La semana pasada la Sala II del Cámara Federal de Casación Penal confirmó la histórica sentencia a los explotadores de Alika Kinan: los proxenetas tendrán que cumplir la condena en la cárcel, y el Municipio, declarado “estado rufián o proxeneta” por el propio Tribunal, deberá resarcir económicamente por el daño ocasionado.

Sin lugar a dudas este es un nuevo triunfo en la lucha de Alika Kinan, que no es sólo un paso más para ella, sino para el conjunto de las mujeres que luchan para salir de las redes de trata y explotación sexual. Y junto en este momento, donde las mujeres y el colectivo LGTB copamos las calles por nuestros derechos, para conquistar el derecho al aborto, es un gran impulso para seguir todas las peleas, porque está demostrado que luchar, da sus frutos!

Alika Fue captada por una red de trata con fines de explotación sexual en la Provincia de Córdoba y trasladada Ushuaia, cuando tenía 18 años. En ese momento Alika estaba sola a cargo del cuidado de su hermana menor, sin la presencia de su padre ni su madre, y con la experiencia a cuesta de la prostitución: tanto su madre como su tía, habían sido explotadas sexualmente. Esas fueron las condiciones de las que se aprovechó Pedro Montoya para introducirla en la red que él y su entonces esposa manejaban.

Alika fue víctima de esta red por casi 20 años, pasando por varias provincias y países, y por distintos prostíbulos de las mismas ciudades.

Las mujeres eran retenidas con el mecanismo de la deuda que nunca se termina, pero también con mecanismos de devastación subjetiva, limándoles de a poco la autoestima hasta hacerles creer que ése era su único destino posible. Claro que las amenazas y violencia física eran parte del sometimiento.

En el año 2012 un allanamiento dispuesto por la Protex (Procuraduría especializada en delitos de trata) irrumpe en el Sheik, prostíbulo donde estaba Alika junto con otras 6 mujeres. Durante varios meses Alika fue procesando qué significaba haber sido víctima de una red de prostitución, verse como víctima, pensar un proyecto radicalmente distinto del que había transitado hasta ese momento. Fue su fuerza la que la alentó a acercarse al movimiento de mujeres, a la lucha abolicionista; así fue como pasó de ser una víctima a una luchadora.

Alika fue la primera víctima en querellar no sólo contra sus proxenetas, sino también contra el Estado. Puso sobre la mesa la responsabilidad del estado para que la red de explotación pudiera funcionar sin trabas. Para esto demostró a través del uso de la libreta sanitaria, cómo era el municipio el que regulaba la prostitución. Durante su declaración también dio datos acerca de las implicancias de funcionarios estatales, en la habilitación de los locales del proxeneta Montoya, en el cobro de coimas, y todo el negocio que el municipio tenía atrás de la explotación de estas mujeres.

Todo lo denunciado por Alika fue confirmado con el primer fallo en noviembre de 2016. Y finalmente la Cámara de Casación lo ratificó.

Haber conseguido el castigo a los proxenetas es muy importante, porque esta justicia patriarcal es una de las grandes herramientas del Estado proxeneta que educa en la impunidad: educa a los proxenetas tratantes y prostituyentes que los cuerpos de las mujeres y trans pueden ser intercambiados como simples mercancías. Pueden ser golpeados y hasta asesinados, porque antes se les despojó de su humanidad. Y esa misma impunidad también educa a las mujeres, enseña que nada se puede hacer porque nadie va a escuchar ni proteger. Si hasta el proxeneta Montoya les repetía una y otra vez hasta convencerlas, que “las putas no denuncian”. Pero Alika denunció, y luchó junto a sus compañeras hasta lograr justicia!

Pero el fallo deja también un escalón muy importante en la pelea contra las redes de trata y explotación sexual: la condena al Estado!

Dijo el presidente del Tribunal en la sentencia: “el Estado municipal reforzaba la vulnerabilidad de las mujeres explotadas sexualmente y participaba en el beneficio económico de tal explotación, transformándose en un verdadero ‘estado rufián o proxeneta’ que a su vez habilitaba un circuito de servicios vinculados con la revisión médica y análisis clínicos que debían realizarse las ‘alternadoras’ periódicamente a fin de obtener y renovar la libreta sanitaria”.

El rol del estado es de una doble responsabilidad: por un lado al reforzar y sostener a las mujeres en la situación de vulnerabilidad y pobreza. Ninguna de esas personas tenía la opción de un trabajo genuino, y todas contaban con la presión de mantener a sus familiares, incluso algunos viviendo en otros países.

Y por otro lado, al ser una parte, un eslabón más en la cadena del sometimiento. Con su reglamentación, habilitaba la existencia de los prostíbulos, lucraba a través de los impuestos que cobraba, y lucraba con el negocio de las libretas sanitarias.

Este fallo condena al Estado por reglamentar y alentar la prostitución, y eso es un enorme triunfo! Un precedente que da cuenta que la explotación sexual y la trata no es un delito aislado o una conducta individual: es parte de un régimen de opresión y explotación que tiene sus raíces en lo más profundo del sistema patriarcal y capitalista.

La confirmación de la sentencia por parte de la Cámara Federal es un gran paso, es una victoria para todas las mujeres, que puede ayudar también a aquellas mujeres y trans que hoy siguen siendo explotadas sexualmente. Y es un gran impulso, porque sobre esta victoria nos paramos y nos hacemos más fuertes para seguir peleando contra este Estado Proxeneta y por todos nuestros derechos!

Desmantelamiento de las redes de trata y explotación sexual!

Cárcel a los proxenetas y funcionarios cómplices!

Trabajo genuino para mujeres y trans!

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