ANDRÉIA SILVA – Socialismo o Barbarie Tendencia del PSOL

Se cumple hoy un mes de la ejecución política de Marielle Franco y Anderson Gomes, un crimen que ha movilizado miles en todo Brasil y en otros países. Marielle fue ejecutada porque era una parlamentaria joven, negra, de la periferia, lesbiana y socialista. Pero su mayor «pecado» para quienes la asesinadaron fue denunciar de forma contundente la intervención federal militar en Río de Janeiro, la masacre cotidiana de la juventud negra y todos los ataques contra la clase obrera y los oprimidos.

Hasta ahora, poco sabemos de los resultados de las investigaciones sobre el caso, además de que fue una ejecución política con el objetivo de callar a Marielle – que tarde o temprano iba a canalizar un la bronca popular contra esa masacre diaria. Esta lentitud en la investigación hace aumentar nuestra desconfianza de la implicación directa de la policía y del aparato militar y exigir una investigación independiente.

Por otra parte, en las últimas semanas la negación del hábeas corpus bajo presión del comandante del ejército y el impedimento de que los últimos recursos de la defensa pudieran estar en la causa en medio de la ofensiva reaccionaria que vivimos, dejaron en evidencia que la prisión de Lula tuvo un carácter indudablemente político y que tiene por objeto profundizar los ataques contra los trabajadores.

Tenemos profundas diferencias políticas con Lula y su corriente (genéricamente llamada lulismo): su prisión -al igual que el impeachment y la ofensiva reaccionaria en curso- fue fruto de un largo proceso de conciliación de clases que comenzó en la década de 1980. Su rendición en el último fin de semana una vez más traicionó la expectativa de resistencia de millones. Por todo ello, pensamos que la lucha por los derechos democrático y contra su prisión tiene que ser hecha a la par de la lucha por la construcción de una dirección que supere radicalmente el lulismo.

La intervención militar federal en Río de Janeiro es un hecho central en la lucha de clases en Brasil, pues facilitó el asesinato de Marielle, aumentó el número de ejecuciones y la represión sobre la población pobre y negra de las periferias en todo el territorio nacional. Así, tanto la prisión de Lula como la ejecución de Marielle tienen un carácter directamente político y pretenden imponer una situación de aplastamiento de la clase trabajadora, de las mujeres y de la juventud.

En este escenario es obligación de todos los luchadores y organizaciones participar e impulsar la unidad de acción contra la prisión de Lula, pero con total libertad de crítica, exigencia y denuncia. Así, ante este escenario de ofensiva reaccionaria, de intervención militar en Río de Janeiro y de ejecución política de Marielle no podemos limitar nuestra agitación y campaña nacional a la bandera «Lula Libre».

Por eso, debemos exigir que en todos los actos, comités, vigilias en defensa de los derechos democráticos deben tener como eje Justicia por Marielle, el rechazo a la Intervención Militar en Río y libertad a Lula.

 

 

 

 

 

 

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