Alex



Las becas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) son de las más precarias del sistema científico-universitario. Se trata de becas de iniciación a la investigación para estudiantes de grado avanzados de las universidades nacionales. Son de dedicación exclusiva, sólo compatibles con un trabajo docente en la universidad, algo sumamente difícil de conseguir para un estudiante de grado. Su “estipendio mensual” (algo así como un salario que no es reconocido como tal) es, hasta ahora, de unos míseros $2600.

Por razones que aún no conocemos, pero que tienen que ver con el ajuste que el gobierno nacional está imponiendo a la educación y la ciencia, los becarios CIN no cobramos nuestro estipendio mensual por unos seis meses hasta abril de 2018. El organismo encargado de expedir las partidas presupuestarias y transferirlas a las universidades es la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), perteneciente al Ministerio de Educación y actualmente a cargo de Danya Tavela, una oscura figura vinculada al sector de Stolbizer. Encima este año va a haber un recorte de 3 mil millones en la educación universitaria.

Los becarios CIN de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA nos venimos organizando por esta situación de precariedad a la que tanto el CIN como la universidad nos han abandonado. El entramado burocrático entre la SPU, el CIN –un cuerpo colegiado compuesto por representantes de las universidades nacionales, cuya existencia es casi ficcional– y la UBA posibilitó la dilución total de cualquier responsabilidad. Nadie se hace cargo de nada. De hecho, los becarios hemos exigido explicaciones públicas al CIN, pero aún no nos han contestado. Ni siquiera se han subido los listados de los nuevos becarios, que están de esta manera en una situación de completa incertidumbre.

Presionando de diversas maneras, con volanteos en el marco de jornadas de lucha, reuniones y presencia en Consejos Directivos, así como pedidos de solidaridad a diversas organizaciones gremiales, los becarios logramos estas dos últimas semanas que el CIN transfiera la totalidad de los estipendios. A nosotros nos queda, específicamente, que el Rectorado baje los fondos para que se nos acrediten. Por otro lado, le hemos exigido a nuestra universidad que se presione para modificar las condiciones de la beca –particularmente la cláusula de exclusividad– y que se aumente el valor del estipendio para las próximas convocatorias. Esta experiencia demuestra que la organización política y la presión a los organismos responsables es necesaria y eficaz para que se escuchen nuestros reclamos.

 

No al ajuste de Macri en Ciencia y en Educación

 

 

 

 

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