“…podemos pensar distinto, pero no somos enemigos porque somos todos argentinos”. (…) “…la lucha de las Abuelas es por la memoria y la justicia”.  (Estela de Carlotto, Página 12, 24/3/18)

Bronca y dolor. No sé cuál sensación superaba a la otra. No podía creer lo que estaba viendo. Menos aún cuando leí las palabras pronunciadas por la sra. Estela de Carlotto en La Plata el 23 de marzo.

No era porque estaba al lado la gobernadora María Eugenia Vidal, ni tampoco el vicegobernador Daniel Salvador, ni el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, ni el secretario de Derechos Humanos provincial, Santiago Cantón, ni… cuanto funcionario del gobierno de la Provincia de Buenos Aires estuviera presente. Sino porque fueron dichas en la inauguración de un Espacio de la Memoria donde funcionó la comisaría 5ta, parte del maldito circuito Camps, con Etchecolatz al frente, con el médico Bergés encargado de la maternidad clandestina del lugar, con el dolor y el sufrimiento encerrado entre esas paredes. Y un día antes de conmemorarse los 42 años del golpe del 76, en el que nuevamente, los trabajadores, los luchadores, la mayoría de la población salió a repudiar a sus ejecutores y su siniestro accionar. Un día antes que ella misma, estuviera al frente de un acto en Plaza de Mayo.

La gobernadora le cedió por 30 años el Espacio de la Memoria. La titular de Abuelas le entregó a esa usurpadora la memoria de los que allí fueron asesinados y torturados.

El gobierno se quiere lavar la cara. Que se compre su propio jabón. Que la titular de Abuelas no le preste su prestigio en la lucha y las conquistas logradas de los nietos restituidos y las condenas a genocidas conseguidas para que el gobierno reaccionario nos meta por la ventana la prisión domiciliaria a los más sanguinarios, la doctrina Chocobar, la novel docente Pando enseñando en la escuela a los niños.

Claro que podemos pensar distinto entre los miles de luchadores, víctimas, familiares, organizaciones de derechos humanos y políticas. Usted, como nosotros, podemos pensar distinto, actuar distinto, y compartir espacios de lucha y discusión. Pero con un gobierno que defiende el genocidio no se puede polemizar como si fuera un igual, ni avalar sus políticas de Estado, aunque sea la inauguración de un espacio de la Memoria: se lo debe derrotar.

Ese espacio de la Memoria no es una concesión que debamos recibir con alegría, porque es una ¡trampa! Una trampa a favor de una política de impunidad, para lavarle la cara a un gobierno represor que, mientras sonríe frente a las cámaras al lado suyo, cobija a los asesinos de ayer y de hoy, a los responsables de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

Como parte del mismo gesto “derecho y humano”, junto con el nuevo espacio de la Memoria la gobernadora entregó los archivos digitales de bebés nacidos en cautiverio, así como exoneraron a ex integrantes de la Policía Bonaerense condenados por delitos de lesa humanidad.

El gobierno reaccionario de Carlos Menem no necesitó tener “doble cara” porque, cuando decretó el indulto, ya había conseguido lo que quería: privatizaciones, desocupación masiva, derrota del movimiento obrero. Pero bajo el gobierno de Macri, Argentina sigue movilizada, entonces tiene que actuar con algunos manotazos populistas, para tratar de engañarnos.

No le queda otra, porque como usted siempre dice: la Memoria está presente. Y si usted lucha por la Memoria y la Justicia, no colabore a taparla con lodo. Los actos de este gobierno tienen ese objetivo, no preservarla y transmitirla, sino enterrarla bajo siete llaves. Desde la afirmación de: “no fueron 30.000”, los condenados que mandaron a sus casas, hasta las listas de los que intentan liberar hoy hay una continuidad. Lo demás, puro disfraz… (1) No se deje engañar ni colabore a que otros se engañen. Menos en un momento que las nuevas generaciones se están poniendo de pie y recuperando lo que les han robado durante años.

¡Repudiemos las trampas del gobierno!

¡Ningún genocida en libertad!

¡Justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel!

 

Ana Vázquez

 

  • Ver Sob 368, 25/2/16, en ocasión de la próxima visita al país del ex presidente Barack Obama: “Se terminó el carnaval, pero Macri y sus ministros de derechos humanos se pusieron los disfraces”.

 

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