El pasado viernes 23 de marzo se realizó la marcha a 42 años del golpe genocida del 76 en la ciudad de La Plata.
Como venimos señalando en estas páginas, este aniversario se dio en un contexto particular: luego del masivo acto convocado por Moyano el 21 de febrero, el cual terminó siendo una medida simbólica donde no se llamó a un paro general ni mucho menos, la coyuntura aparece “planchada”. En este marco, el gobierno no desconoce que existe una bronca creciente y generalizada entre los sectores populares contra sus medidas políticas (la cual se expresó en las jornadas del 14  el 18 de diciembre del año pasado, así como también en las calles, en las canchas y en los subtes al compás del hit del verano “Mauricio Macri la… que te parió”), motivo por el cual está ensayando un giro al centro con su política. De ahí el apaciguamiento de su embestida contra los derechos humanos. Sin embargo, es importante señalar que no retrocede del todo, haciendo que la coyuntura sea contradictoria: por un lado, el gobierno ha retrocedido con el beneficio de la domiciliaria a Etchecolazt, debido a la presión que ejerció la lucha sostenida en las calles. Por otro lado, el mismo gobierno pretende, por medio de la justicia, otorgar domiciliaria a varios genocidas importantes, con Astiz a la cabeza de la lista.

En este marco, la particularidad de este año en la ciudad es que se han impulsado dos marchas diferentes, producto de una discusión política dentro de la Multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada, por un lado, y el espacio que componen ATE, PCR, PG y Organismos de DDHH afines al kirchnerismo, por otro. Como producto del giro rotundo a la gobernabilidad y a las elecciones en 2019, fue imposible poner en pie una jornada unitaria, con un único recorrido y un mismo documento político. Este espacio político afín al kirchnerismo no se ha posicionado como una verdadera oposición de lucha con la política de frenar al macrismo en su avanzada contra los derechos humanos. La muestra clave de esto es el encuentro que sostuvo Estela de Carlotto con la gobernadora Vidal el mismo día de la marcha, con la finalidad de inaugurar un espacio de memoria donde antes existía la Comisaría N°5 de La Plata. Es decir, han llevado adelante una terrible lavada de cara al macrismo y su política de impunidad y negacionista del genocidio.

Por todo ello, la única marcha que tenía como definición montar una jornada de lucha ha sido la que ha convocado la Multisectorial. Sin embargo, dicho espacio se encuentra atravesando una crisis política, similar a la que está ocurriendo en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia en CABA.  El FIT y la agrupación HIJOS intentan imprimir una línea política a la Multisectorial donde el problema central es la diferenciación con el kirchnerismo, colocándolo como un sector que cogobierna el país junto con Macri, idea expresada en la consigna “contra Macri y los gobernadores”. Desde el Nuevo MAS venimos sosteniendo que el rol del kirchnerismo es ser cómplice del ajuste y garante de la gobernabilidad. Poner en igualdad de condiciones las dos cosas, flaco favor hace a disputar un sector de los trabajadores y la juventud que tiene que romper con esta dirección y girar para la izquierda. A pesar de los debates abiertos en el seno de la Multisectorial, hemos logrado poner en pie una gran movilización. Sin embargo, la Franja Morada-UCR que forma parte del gobierno de Cambiemos, consciente del carácter opositor de la jornada, intentó romper nuestras columnas montando una provocación burda. Nuestro partido y otras organizaciones estuvimos a la cabeza de evitar que fueran parte de la marcha y que opacaran el acto con su accionar.

Desde el Nuevo MAS seguiremos aportando al fortalecimiento del espacio de la Multisectorial, el cual debe tener como desafío continuar siendo el espacio independiente y de lucha en la región, y al mismo tiempo debe colocar como objetivo aglutinar y dirigir a más amplios sectores.

 

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