SARA VIEIRA, pre-candidata a diputada estatal por el PSOL

Discurso pronunciado en el Encuentro del PSOL de San Bernardo

 

Bueno, compañeros, quiero aprovechar este discurso para declarar mi candidatura a diputada estatal por el PSOL. Tarea que asumo para contribuir con la construcción del partido en la ciudad y en la región, de un movimiento amplio de mujeres y de un programa anticapitalista que atienda a las necesidades de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres y de los oprimidos de forma general. Hecho este primer anuncio, voy a dividir mi discurso en tres puntos: evaluación de la situación política post-impeachment; nueva coyuntura abierta con la ejecución de Marielle Franco y propuestas de intervención y organización de la militancia en San Bernardo.

 

Desde el impeachment de Dilma Rousseff, cuando el pacto social lulista se rompe definitivamente, vivimos la intensificación de los ataques neoliberales y del avance de la pauta regresiva en el campo de la economía, de la política y de los derechos sociales. Pero para hacer este análisis de forma mínimamente concreta no podemos dejar de decir que esa ofensiva reaccionaria no comenzó al día siguiente al impeachment, pues Dilma y la burocracia lulista también tienen responsabilidad sobre el proceso en el que vivimos desde entonces.

 

No podemos dejar de considerar que el gobierno de Dilma tomó varias medidas contra los trabajadores, cortó fondos para los servicios públicos, restringió el derecho a beneficios, como ayuda de desempleo y ayuda a la enfermedad y aprobó la «ley antiterrorista». Además, comenzó en el gabinete del entonces ministro de Planificación de Dilma, la elaboración de la PEC del techo de los gastos, llamada después «PEC del fin del mundo». Sin embargo, no podemos desconsiderar, como hacen algunos partidos/corrientes, que hubo un corte político, una ruptura importante entre el gobierno Dilma y el gobierno Michel Temer, pues el post-impeachment inició una situación política caracterizada por una correlación de fuerzas abiertamente desfavorable para los trabajadores.

 

En ese proceso, la clase dominante sustituyó a un gobierno burgués de colaboración de clases (Dilma) que traicionó sus promesas electorales y perdió el apoyo de las masas, por un gobierno ilegítimo y burgués «sangre pura» (Temer), abiertamente neoliberal y entreguista al imperialismo, y eso no fue en vano. Pero porque tenía el objetivo de establecer un patrón de explotación de la clase trabajadora mucho más intenso, de retroceder en relación a las garantías de la Constituyente de 1888 y de imponer un ambiente de «pacificación» política de forma que los de abajo no pudieran resistir o revertir las «Reformas» regresivas que quería imponer.

 

El gobierno Temer transformó el legislativo federal en un sórdido mostrador de negocios para atacar los derechos históricos de los trabajadores. Para ello vendió derechos aprobando la PEC del «fin del mundo» y la reforma laboral, dos contrarreformas que significan durísimos golpes contra nuestra clase. Sin embargo, los ataques no sólo son económicos. Se están produciendo en todos los campos. Ejemplo de lo que estoy diciendo fue la política de crear condiciones para que los parlamentarios más conservadores aprobasen en una «Comisión Especial» la PEC 181 que tiene por objetivo criminalizar el aborto.

 

La fuerza de este gobierno no viene sólo del apoyo unánime de la clase dominante a las medidas regresivas, también se apoya en las traiciones y maniobras de la burocracia sindical y política. Sin ese apoyo, seguramente, Temer ya habría caído. El vergonzoso boicot a las luchas el año pasado, cuando las grandes centrales sindicales (principalmente la CUT) y el PT desmovilizaron la huelga general como moneda de cambio para el mantenimiento del impuesto sindical obligatorio, dieron a este gobierno ilegítimo aliento para seguir atacando.

 

Proceso que permitió la aprobación de la «reforma laboral» y de la «reforma política», esta última impuso la cláusula de barrera con la que tendremos que enfrentarnos en las próximas elecciones de octubre. Entonces, esa combinación de factores, sumados a la fragilidad organizativa del campo independiente de los patrones y de los gobiernos, fue lo que posibilitó el avance de esos terribles ataques contra los trabajadores.

 

Temer apuesta por el autoritarismo

 

Compañeros, no nos engañemos con el gobierno Temer. A pesar de tener una bajísima popularidad -gira en torno al 7%, la menor de la historia- cuenta con el total apoyo de la clase dominante para imponer sus contrarreformas. Sin embargo, a pesar de haber avanzado en sus contrarreformas, el gobierno fue obligado a gastar su capital político evitando que en el Congreso las denuncias de corrupción, lavado de dinero y formación de pandillas fueran hacia adelante.

 

El escenario de baja popularidad del gobierno y de crecimiento del descontento popular hizo que Temer y sus aliados en el Congreso llegasen a la conclusión de que no se podría votar la «reforma de la previsión» sin que hubiese un mortal desgaste para los diputados en un año electoral. Coyuntura que hace retroceder momentáneamente la reforma reaccionaria y la sustituye por una política no menos reaccionaria que es la intervención militar en Río de Janeiro.

 

Este retroceso táctico del gobierno demuestra que, a pesar de los terribles ataques que sufrimos y de estar en una situación política conservadora, no sufrimos ninguna derrota histórica y la polarización social abierta en 2013 de alguna forma se mantiene presente. Así, a pesar de los ataques reaccionarios imputados por el gobierno y las traiciones de la burocracia, los trabajadores han resistido y demostrado en las calles que es posible revertir esa correlación de fuerzas desfavorable que vivimos.

 

Para ese gobierno la única forma de sostenerse a partir de la derrota de la propuesta de «reforma de la previsión» sería cambiar el foco político hacia una medida no menos regresiva. Esto porque Temer, como gobierno ilegítimo, sólo tiene el apoyo de la clase dominante si es capaz de seguir haciendo el trabajo sucio, atacando las conquistas históricas de los trabajadores, imponiendo condiciones de vida y de trabajo cada vez peores.  Así, en el lugar de esa contrarreforma, Temer presentó la intervención militar federal en Río de Janeiro como «tabla de salvación» de su mandato.

 

Todos aquí saben que esa es una medida muy peligrosa para la frágil democracia burguesa de Brasil. Democracia con «d» minúscula que tiene deudas históricas -reforma agraria, urbana, educativa, tributaria, derechos anticonceptivos, fin de la policía militar y etc.- con los trabajadores y que sólo serán subsanadas a partir de un intenso proceso de movilización realizado por los de abajo. De esta forma, Temer continúa apostando por la estrategia reaccionaria, el autoritarismo y la represión. Pero como todo gobierno burgués, asume medidas que sólo tocan la superficie de los problemas.

 

Nosotros apostamos en una salida antagónica, es decir: queremos solucionar las raíces de la seguridad a partir del combate a la desigualdad social, de la realización de las reformas democratizantes y del fin del prohibicionismo en relación a las drogas.

 

La ejecución de Marielle abre una nueva coyuntura de polarización política

 

Esta coyuntura de retroceso de la «reforma de la previsión», intervención militar en Río y fuerte represión a la población pobre culminó con la ejecución política de nuestra compañera Marielle.

 

Para abrir un paréntesis. Como militantes del partido, aun sin conocer personalmente a Marielle y Anderson sentimos como si fueran uno de los nuestros. La ejecución de esa joven mujer, talentosa, valiente, radical y con toda la vida por delante, nos causó un inmenso dolor. Pero por otro lado, la historia de Marielle nos llena de orgullo y sólo sirve para fortalecer aún más nuestra convicción de que tenemos que luchar a muerte contra ese sistema de explotación y opresión y que para eso el PSOL lentamente se está transformando en una herramienta fundamental.

 

Volviendo a la coyuntura política, Marielle siempre fue una crítica férrea del gobierno ilegítimo de Temer, de sus medidas reaccionarias y se colocó contra la intervención militar en Río desde el principio. Además, apenas unos días antes de su ejecución, denunció el abuso policial y el asesinato de jóvenes en Acari por policías del 41º batallón de policía de Río de Janeiro.

 

El asesinato de una parlamentaria elegida por más de 45.000 votos, defensora de los derechos de las mujeres, de los negros, de los favelados y del colectivo LGTBI simboliza el conjunto de los ataques contra el pueblo trabajador, contra los oprimidos y contra la izquierda independiente. De ahí la conmoción internacional que su muerte ha generado. Y, por otro lado, demuestra que la resistencia que se ha hecho de manera fragmentada, desarticulada y molecular en todo el país puede desbordarse y huir al control ejercido por la burocracia política y sindical y ganar masivamente las calles.

 

Por eso, los días que siguieron a la ejecución fueron marcados por manifestaciones que reunieron a miles de personas en Río y en otras ciudades de Brasil y del mundo. En nuestra opinión, se abrió una nueva coyuntura política que no cambia totalmente la correlación de fuerzas, pero las calles volvieron a ser ocupadas por las masas y la política de intervención militar como solución a los problemas de seguridad pasa a ser cuestionada masivamente.

 

Construir una alternativa de masas al lulismo

 

Marielle y su lucha personifica la lucha de las mujeres que hoy -tanto en Brasil como en todo el mundo- es un catalizador de todas las otras luchas sociales: por vivienda, trabajo, derechos y etc. Pero es importante que quede evidente que tenía en su argumento político un recorte de clase, en el cual género, raza y sexualidad componían una totalidad indisoluble y que tenían que retroalimentarse.

 

La lucha de las mujeres ha sido una poderosa fuerza política no sólo en Brasil. En todo el mundo se ha levantado y colocado al frente de varias luchas imprescindibles para la resistencia de la clase trabajadora, de los jóvenes y de los oprimidos. Así, el movimiento de mujeres ha sido el punto de intersección de las luchas sociales y de la organización de diversos sectores de la población, con un espectro que abarca la lucha por la vivienda hasta la lucha por la educación.

 

Por el papel decisivo que continúa cumpliendo la clase obrera para las luchas inmediatas e históricas, tenemos que construir un partido y organizaciones sindicales que disputen su dirección con la CUT y el PT. Pero no podemos desconsiderar que hoy es el movimiento de mujeres y los movimientos populares los que están a la vanguardia de la lucha política. En este sentido, es acertada la elección del PSOL por la candidatura Boulos/Guajajara, pues es una fórmula que desempeña un importante papel táctico -con gran fuerza estratégica- dentro de la construcción de una alternativa al lulismo.

 

Son ellos representantes de luchas importantes, como vivienda y de los pueblos indígenas, movimientos que combinan demandas de todos los sectores de la clase obrera. Además, es una fórmula que coloca como condición política no realizar ninguna alianza con nuestros enemigos de clase y sus partidos y un programa que parte de la suspensión de todas las contrarreformas del gobierno Temer y se encamina hacia la democratización radical del país como única salida posible para la solución de nuestros problemas.

 

Aunque tengamos algunas consideraciones en relación al método de la definición del nombre Boulos como candidato, la consideramos extremadamente acertada porque pensamos que ella materializa un frente de izquierda independiente y que será capaz de llevar adelante el enfrentamiento con la derecha reaccionaria en el plano electoral. Para ello, es necesario que la falta de discusión con la base en la elección de esta candidatura sea corregida movilizando hacia el debate programático al conjunto de la militancia.

 

Evidentemente no podemos resolver ningún problema sin medidas anticapitalistas, tema que necesita ser discutido con todos los compañeros del partido, tanto a nivel local como nacional.

 

En ese sentido, un plan de gobierno de izquierda en el campo de la seguridad debe tener parámetros políticos contrarios a la intervención militar, al genocidio de la juventud negra, a la policía militar y a las políticas prohibicionistas en relación a las drogas.

 

Este plan tiene que defender abiertamente el archivo de la PEC 181, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y realizado en los hospitales públicos, el fin del feminicidio, la igualdad salarial y el derecho a la educación universal y gratuita en todos los niveles.

 

Un plan en que la sustentabilidad no se reduzca a la cuestión del manejo de los residuos, sino que cuestione la apropiación capitalista de la naturaleza y desastres provocados por los patrones y su codicia que  no pueden quedar impunes.

 

Además, se plantea desde el punto de vista programático la necesidad de luchar por reformas fundamentales y bajo control del pueblo trabajador. Reformas que han sido vetadas por los distintos gobiernos, también los petistas, tales como: reforma agraria, urbana y tributaria.

 

Tareas políticas para esta coyuntura

 

Desde el punto de vista de las tareas más inmediatas es necesario mover todas nuestras fuerzas y una fuerte campaña a nivel regional para que la ejecución de Marielle y Anderson no sea olvidada y que los asesinos no queden impunes. Por eso tenemos que exigir que la CUT y el PT construyan en unidad de acción con todos los sectores, actos y actividades para exigir que los mandantes y ejecutores sean castigados y la suspensión de la intervención militar federal en Río de Janeiro.

 

El tema de la seguridad está en boga y nos alcanza cotidianamente. Por eso, necesitamos abrir un debate programático sobre el tema en San Bernardo do Campo y en la región con la perspectiva del fin del prohibicionismo, el genocidio de la juventud negra y la policía militar. El proceso preelectoral plantea de forma imperativa la necesidad de construcción programática local y nacional en la que la base de nuestra militancia tenga espacio de habla y contribuya de hecho a la construcción del programa de nuestros candidatos.

 

En memoria de Marielle y de otros que cayeron en la lucha, que ese encuentro sirva para que nuestro partido siga adelante y se fortalezca como partido anticapitalista y de combate en las luchas y en las elecciones. Y que nuestra organización de base, nuestra lucha, nuestros actuales y futuros mandatos estén al servicio de los intereses de los trabajadores y del fortalecimiento de la lucha hacia la sociedad socialista!

 

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