La última semana gran parte del debate político en el país se ha dado alrededor de las suspensiones y despidos. La industria automotriz ha estado en el centro de la escena, mostrándose Pignanelli casi en cadena nacional: reportajes en radio y TV, en La Nación, Página 12, etcétera. Pero algo no ha «funcionado» de todo lo que viene diciendo: la lucha de los obreros de Gestamp. Se ha creado la duda alrededor de que si es verdad que «no hay despidos» porque despidieron los 70 compañeros de dicha planta.

Esto es simplemente producto de la campaña nacional que se ha puesto en marcha alrededor de su lucha. De la fuerza e iniciativa de los compañeros despedidos, de las organizaciones que como nuestro partido nos estamos jugando con todo por el triunfo de su pelea.

Realizamos dos cortes exitosos de la Panamericana, cortamos Callao y Corrientes y nos movilizamos a La Plata, se están recorriendo fábricas del gremio y se comenzó a llevar adelante todo el trabajo del fondo de huelga con recorridas por diversas universidades. Además, desde nuestro partido hemos puesto en pié una verdadera campaña nacional que está llegando no solamente a Capital Federal, los partidos del gran Buenos Aires y La Plata, sino en Córdoba, Rosario, Neuquén, Mar del Plata, Río Gallegos y un largo etcétera.

Producto de estas acciones es que días atrás los compañeros fueron invitados al programa «Palabras más, palabras menos», una llegada a los medios que debemos extender y alentar.

Pero el factor más importante que los está proyectando es el simple hecho de ser una de la peleas más importantes de actual la coyuntura contra los despidos y suspensiones y, sobre todo, que se trate de una planta autopartista del gremio automotriz, una de las empresas autopartistas más importantes del rubro en el mundo (producen el estampado para las carrocerías de las terminales).

Como señalamos en el editorial de esta edición, el instalar nacionalmente el conflicto de Gestamp es una de las formas más importantes de crear las condiciones para el triunfo de esta durísima lucha; una lucha que debe enfrentar un cerrado frente único entre la patronal, el gremio y el gobierno que se niegan rotundamente siquiera a abrir un canal de discusión con los compañeros despedidos, que mantienen una escandalosa militarización de la planta, y la definición de que «no hay conflicto» simplemente porque, por el momento, y con la fábrica militarizada, no se están llevando adelante acciones de lucha dentro de la planta.

De ahí que junto con extender nacionalmente la campaña, la otra tarea de primer orden sea la de los vínculos entre los compañeros de afuera y de adentro. Hay que hacerle entender a los de adentro que no tienen ninguna «garantía» si se quedan quietos como le dice el gremio. Que si los principales activistas quedan realmente afuera, la empresa estará en mejores condiciones para seguir despidiendo y aumentar los ritmos de trabajo a un nivel enloquecedor.

El clima político nacional se está «enrareciendo»; crece la bronca no solo por el salario, sino también por los despidos y las suspensiones. Y si bien la burocracia pretende mirar para otro lado, incluso en la UOM el recontra-alcahuete k de Calo se vio obligado a realizar un paro por 24 horas esta semana.

Esto quiere decir que la lucha de Gestamp no está sola. Y que si sigue creciendo la bronca podrían mejorar las condiciones generales en las cuales se desarrolla su pelea y forzar a la empresa la reincorporación de los compañeros despedidos.

A esa perspectiva se juega toda la militancia de nuestro partido que está acompañando a los compañeros día y noche en el acampe y en todas las medidas que han venido resolviendo.

¡Viva la lucha de Gestamp! ¡Adelante por la reincorporación de todos los compañeros despedidos! ¡Fuera los milicos de la planta! ¡Apelamos a la base del gremio y, sobre todo, de las plantas de la zona, para que le impongan al SMATA medidas de lucha en favor de la reincorporación de todos los compañeros!

 

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