“Causa: ‘Violación y Aborto Clandestino en Campo de Concentración (Silvia Suppo) (textual de S.) …Luego me llevan a una de las habitaciones, me atan de pies y manos, estaqueada, desnuda, en una cama chica, me amordazan la boca, me mantienen la capucha, y empiezan a entrar de a uno a violarme, tres en total. En ese momento yo tenía dieciocho años de edad. Ellos no emitían ninguna palabra y mis gritos no se escuchaban por la mordaza en la boca… Dos meses después… María Eva AEBI (guardiacárcel) me lleva a la oficina de Perizzotti (ex jefe de la Guardia de Infantería Reforzada [GIR] y coordinador del Área de Defensa 212, condenado y actualmente con prisión domiciliaria) y ahí me entero de boca de éste que yo estaba embarazada como producto de las violaciones. Me dice textualmente: ‘A este error hay que repararlo’ y me anuncia que María Eva AEBI me iba a acompañar a un médico de esta ciudad de Santa Fe quien me iba a practicar un aborto…”. (Presentación a la Justicia: Formulan denuncia penal. Solicitan medidas)

Estas palabras expresó en su denuncia ante la Justicia, en forma clara y dura, Silvia Suppo, secuestrada durante la dictadura y asesinada luego de haber sido testigo de un juicio de lesa humanidad en el cual se condenó, entre otros, al ex juez santafecino Víctor Hermes Brusa. Estaba designada como testigo en otras causas, a las cuales no pudo llegar. Fue asesinada el 30 de marzo de marzo de 2010 y su crimen aún sigue impune.

A su memoria, tan fuerte como su testimonio, dedicamos estas líneas en homenaje a todas las mujeres que sufrieron delitos sexuales durante la dictadura, estando secuestradas en cárceles clandestinas o legales, o simplemente por ser familiares, amigas o compañeras que visitaban detenidos/as.

Los “defensores de la vida” son los mariscales de los genocidas violadores

Saludamos que se abra profundamente el debate en la sociedad. Se ha metido por todos los rincones y no lo pueden parar. Ha superado en intensidad al pedido de reconciliación repetido en todos los tonos y por todos los máximos responsables del gobierno y de las FFAA, así como el pase a casa de los genocidas y sus reconocimientos oficiales en el Museo de la Casa Rosada. Los mismos que torturaron, violaron e hicieron abortar compulsivamente a compañeras como Silvia Suppo.

Su abogada, Lucila Puyol, realizó un profundo estudio sobre los delitos sexuales cometidos por los represores. Menciona, entre otros casos, el de aquellas compañeras que se las catalogó como que “eran amantes de los genocidas”, cuando fueron, en realidad, víctimas de la más atroz esclavitud sexual. A otras los guardias las insultaban y degradaban por no haberse quedado en sus casas ocupándose de sus familias. Gracias a los avances logrados por la lucha del movimiento de mujeres –cuenta Puyol- también estas compañeras que pudieron ser liberadas empezaron a contar lo que les había pasado, se las empezó a escuchar y entender su martirio. (Hay una sociedad preparada para escuchar, LP, Programa Radioactivas, 11/12/12)

Estos tremendos atropellos revelan crudamente que el derecho al aborto no está cuestionado por la burguesía, sus gobiernos y las iglesias por un problema ético: es un derecho que quieren que se mantenga en sus manos. En manos de nuestros opresores. Para ejercerlo no a favor de las mujeres, su salud y su futuro, sino para oprimirlas más y decidir ellos nuestro futuro.

En una situación extrema como en un campo de concentración, es el comandante del campo u otro jerarca el que decide sobre la vida de sus víctimas en todas sus aristas. En la vida civil, es el Estado patriarcal que decide, a través de su legislación y sus instituciones, como en Argentina, negar ese derecho.

La lucha perseverante en la acción y en extensión mundial del movimiento de mujeres ha logrado que este gobierno reaccionario se vea obligado a abrir el debate. Ha traspasado las tribunas de los actos, de las marchas, de las expresiones artísticas, de los programas televisivos. Está en la calle, en la vida cotidiana, en los medios.

Eso no significa que la batalla sea fácil. Todo lo contrario, es una dura pelea contra el gobierno y el Estado: estará presente el 8 de Marzo, el 24 de Marzo y en cada lucha a favor de todos los derechos de los explotados y oprimidos.

 

Ana Vázquez

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