Inflación, dólar, Presupuesto, paritarias, deuda…
por Marcelo Yunes
Inflación: a malas noticias, cara de hiena – El primer semestre termina en abril – A las paritarias libres las mandaron en cana – Dólar 2018 mata Presupuesto 2018 – INDEC: mentiras públicas, verdades secretas – El cuento del déficit primario y la amenaza de la deuda
El Banco Central presentó su primer Informe de Política Monetaria del año. Allí, Sturzenegger, siempre viviendo en su planeta, dio un panorama de lo más rosado de lo que bien que vamos y lo controlado que está todo. Claro que a veces usó el tono optimista para dar noticias poco alentadoras, lo que confundió a su auditorio. Por ejemplo, se jactó de que la inflación núcleo, es decir, la que no considera las tarifas de servicios y los combustibles, “hoy está viajando a una velocidad del 18,5% anual”. A ver si entendimos: dos semanas después de haberse puesto como meta anual el 15% de inflación con tarifazos y todo, el presidente del BCRA festeja que la inflación actual sin contar los tarifazos está rozando el 20%. No hay caso: o Sturzenegger es como la hiena del cuento, que nadie entiende de qué se ríe, o el buen hombre sabe mejor que nosotros que la supuesta meta de inflación es, en realidad, la meta de paritarias. El macrismo quiere que el 15% sea para los aumentos de salarios; la inflación, vemos…
Entre los que no creen nada lo del 15% de inflación están, bueno, absolutamente todas las consultoras privadas, por muy neoliberales y amigas de Macri que sean. Por ejemplo, el IERAL, instituto que depende de la Fundación Mediterránea, usina neoliberal de donde salió Domingo Cavallo, entre otros, estiman que entre los tarifazos y la devaluación del dólar, que lleva un 10% en menos de un mes, “es posible que hacia fin de abril la inflación haya consumido la mitad de la meta del año”, es decir, el 7,5%. Claro que esta gente ve enseguida dónde está la clave: “Las paritarias de bancarios y de docentes de la provincia de Buenos Aires serán un buen test para este nuevo enfoque de la política económica”.
Justamente, en aras de encauzar las primeras paritarias es que el gobierno posiblemente deberá desarmar una de las tantas mentiras de sus ministros, en este caso el del Interior, Rogelio Frigerio, que tuvo el cinismo de decir que “las paritarias son libres y no tienen techo… pero nosotros queremos que no pasen del 15%”. Veamos en qué consiste la idea de “libertad” estilo PRO. No contento con armar sucesivos carpetazos (reales o inventados, poco importa a esta altura) contra los burócratas sindicales a fin de “sugerirles” que acepten la reforma laboral, ahora el gobierno apela a una bala de plata. Se trata de la “cuota solidaria” que cobran los sindicatos a todos los trabajadores de su gremio, afiliados o no al sindicato, que según el gremio va del 0,5 al 2% o más del sueldo (en general pagado por el trabajador, aunque en algunos casos por el empleador). La sutilísima maniobra de negociación es ésta: sindicato que no acepta el techo del 15% no recibirá la cuota solidaria.
Al trabajador de a pie esto no lo afecta nada en lo inmediato, pero para los burócratas sindicales se trata de una de las dos grandes fuentes de ingresos (la otra es el aporte a la obra social, cuando es administrada por el mismo sindicato). Desde ya, el primer dirigente sindical advertido de la “nueva situación” es el bancario Sergio Palazzo. Si el gobierno logra plafón legal para este chantaje y la burocracia cede, será un nuevo triunfo de la libre libertad liberal.
Mientras tanto, el gobierno deja disparar el dólar, que en 2017 aumentó por debajo de la inflación, pero de esa manera socava sus propias metas. Por empezar, el Presupuesto 2018, que ya no valía nada después del “recálculo” de metas de inflación, vale ahora menos que nada porque establecía como valor del dólar promedio para todo 2018 de 19,33 pesos. Cifra que en lo que va del primer mes del año se ha superado holgadamente, seguramente para no volver atrás. ¿Y entonces? Entonces, que todas las condiciones del Presupuesto 2018 se basan en un tipo de cambio totalmente ficcional. Francamente, hasta los presupuestos truchos del kirchnerismo duraban un poco más…
Del dibujo del “crecimiento” a la mentira del “déficit primario”
El dato pasó casi inadvertido, y es lógico: la información tiene carácter “técnico” y para colmo no favorece el discurso-verso del gobierno, de modo que los medios amigos no se molestaron en difundirla. Pero existe, y tiene el carácter irrefutable de provenir de fuente oficial. Súbitamente, el INDEC reveló que en diciembre hizo una “corrección” de los datos de un indicador clave, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). ¿Resultado? El cuento de “la recuperación económica más sostenida de los últimos años”, que repitieron los voceros PRO, se derrumba con los propios datos oficiales. Más bien, según advirtió el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), “la actividad económica atraviesa un relativo estancamiento desde agosto último, y en los últimos dos meses disponibles el crecimiento de actividad es nulo. (…) Es un comportamiento distinto al que mostraban los datos del EMAE de noviembre de 2017 [antes de la “corrección”. MY], reflejando el estancamiento de la actual recuperación” (Ámbito Financiero, 8-1-18).
Se entendió, ¿no? Cuando el INDEC difunde informes inspirados en Disneylandia, sale en la tapa de todos los diarios amarillos y es arranque de todos los noticieros pro PRO. Cuando el INDEC sigilosamente corrige esas fabulaciones y regresa a la Argentina, nadie se entera. Otra vez la libre libertad liberal, ahora en versión prensa “independiente”.
Pero hablando de amigos que dan malas noticias, vale la pena detenerse en la falacia del déficit fiscal. Para Macri, el problema fiscal consiste en que los empleados públicos son más de los necesarios y ganan demasiado, además de que mucha gente recibe subsidios que no merece por servicios que hay que pagar a precio de mercado. Con eso, según la óptica PRO, se reduciría el déficit fiscal “primario” (esto es, la plata que al Estado le falta sin contar los pagos de la deuda). Cuando Macri habla de reducir el déficit fiscal, se refiere siempre al déficit primario, y nunca al déficit total real, financiero, que incluye los pagos intereses de la deuda pública.
Ahora bien, esta curiosa forma de razonar no sólo no nos convence a nosotros, marxistas, sino a los propios economistas del establishment. Todos ellos coinciden en advertir que el déficit fiscal real supera el 6% del PBI, cifra que representa una luz naranja oscuro y que se asemeja mucho a la de la crisis de 2001.
Veamos lo que dicen las consultoras neoliberales. Ecolatina: “Desde Hacienda se están enfocando sólo en acotar el rojo primario; sin embargo, los intereses de la deuda están en constante crecimiento, saltaron del 1,6% del PBI en 2016 al 2,2% en 2017. (…) El gobierno no logró en 2017 trasladar las mejoras del déficit primario al resultado financiero; la cuenta de intereses de la deuda aumentó más de un 70% respecto de 2016. La pregunta es ¿quién le pondrá un límite al pago de intereses, el gobierno o los inversores?” Economía y Regiones: “Mientras que en 2015 los pagos de intereses de la deuda significaban un 2,1% del PBI, hoy se incrementaron hasta un 3% del PBI. (…) El déficit primario no bajó nada: 3,9% en 2017 contra 4,0% en 2015”. IDESA: “El pago de intereses ya representa un tercio del déficit fiscal, y con proyección creciente, ya que el déficit primario obliga a contraer más deuda [y el déficit financiero también, agregamos nosotros]. A menos que se esté dispuesto un nuevo default, al pago de intereses hay que considerarlo en la misma categoría que al resto de los compromisos (salarios, jubilaciones, transferencias sociales, obra pública)”. INVECQ: “Los intereses de la deuda crecieron en 2017 un 71% interanual en términos nominales y un 36,4% en términos reales. El resultado: un aumento del déficit fiscal del 5,9% del PBI en 2016 al 6,1% del PBI en 2017”. Cerremos el círculo con una conclusión de Ecolatina: “Las medidas graduales adoptadas por el gobierno están generando un cambio en la composición del déficit financiero: baja el rojo primario, pero sube al pago de intereses. (…) Deberían fijarse pautas explícitas para el déficit financiero [y no sólo el primario. MY]. De lo contrario, comenzarán a abrirse interrogantes sobe la sustentabilidad del presente esquema de endeudamiento”.
El saldo es lapidario: nadie con un mínimo de seriedad cree las ficcionales y engañosas cifras del gobierno, que cuando habla del déficit oculta la parte del león. Que no son, claro está, los “privilegios” de jubilados o empleados públicos, sino el cada vez más inocultable drenaje de ingresos que se van por la cañería de la deuda.
Entonces ¿el gobierno miente siempre? Pues no, no siempre.
Vean ustedes cómo al personaje menos pensado se le escapó una inmensa verdad, lo que no dejó de notar la propia prensa especializada, que no podía creer el sincericidio del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne: “El déficit del gobierno argentino es el financiero, el que incluye los intereses de la deuda pública. Es el déficit que hay que financiar. Pero las metas fiscales se fijan sobre el déficit primario, que es el que podemos controlar” (17-1-18, en conferencia de prensa). Dicho más simplemente: para Macri, los pagos de la deuda son sagrados. Se puede “controlar” el gasto en jubilados, en discapacitados, en docentes y en obra pública, pero la deuda que contrajo con sus amigos es algo que “no podemos controlar”. Hambrear a millones es una decisión consciente y “bajo control”; los pagos de la deuda, en cambio, son un fenómeno meteorológico, como la lluvia, “no se puede controlar”. Así piensan, así son, así actúan. Al PRO nada le importa: yira, yira…