En sintonía con la avanzada reaccionaria que el gobierno de Macri quiere imponer a fuerza de represión y criminalización de la protesta obrera y social, el miércoles 3 de enero nos recibió con la noticia de que 20 compañeros de la planta de El Palomar, de la empresa metalúrgica Envases del Plata, habían sido despedidos. Hacía 6 meses que la empresa venía pretendiendo introducir pautas de flexibilización laboral, en la perspectiva de exprimir más a los trabajadores y reducir personal. Y esto no por una situación de crisis económica de la empresa, sino más bien como plataforma para avanzar sobre más mercados (fabrican distintos productos de aluminio, de los cuales buena parte son envases de aerosol para Unilever), claro está, pisándole la cabeza lo más posible a los obreros.
 Éstos, rápidamente, tuvieron los correctos reflejos de parar la producción con permanencia en la planta y pedir a todo el mundo el apoyo y difusión del conflicto, entendiendo que la única herramienta para enfrentar este ataque es la unidad de los trabajadores.

En la permanencia, los compañeros se dieron sus instancias de asambleas para debatir y decidir los pasos a seguir, mientas los despidos se sumaban con cada cambio de turno. Con mucho aguante, dándole a los bombos y redoblantes, altísimo porcentaje de compañeros sosteniendo la presencia en el paro, y una gran recepción sin prejuicios ni resquemores frente a los que nos acercamos al conflicto (que fuimos tratados casi como si hubiéramos estado trabajando codo a codo en la empresa hacía tiempo). Por la puerta de la planta se dieron cita todo tipo de representaciones gremiales y políticas, lo que marcaba la importancia del conflicto y que nadie se podía hacer el distraído gratuitamente. Es así que luego de tres días de resistencia y unidad en la lucha, con la planta permanentemente rodeada por la policía, el Ministerio de Trabajo que había dado “libertad de acción a las partes” (que traducido al criollo es un guiño a la patronal para despedir a sus anchas sin ninguna traba), ante la firmeza de la base obrera, declaró la conciliación obligatoria con los 25 compañeros despedidos adentro.

 Esto para nada es el cierre de esta lucha, sino una primera conquista que permite preparar el nuevo round que vendrá. Pero es necesario estar atentos para rodear de solidaridad este y todos los conflictos que se abran. Como parte de esto hay que prepararse para una gran movilización el jueves 11 de enero a las 17hs de Congreso a Plaza de Mayo contra la persecución y criminalización de los que luchan. Esto es un eslabón más en la próxima “madre de todas las batallas” frente la reforma laboral anti obrera que Cambiemos quiere imponer a sangre y fuego. La situación en Envases del Plata está ligada, como dijimos, al avance de Macri sobre las condiciones de vida y los derechos de los trabajadores, y de conjunto refuerza la necesidad de una huelga general, que tiene que ser preparada y convocada por la CGT y todos los gremios, que tienen que dejar de dar vueltas para ver cómo pueden arreglar con el gobierno algún puntito más o algún puntito menos, para poder derrotar una ofensiva que viene con todo.

¡Unidad de los trabajadores para derrotar al gobierno reaccionario de Macri y sus reformas anti obreras y anti populares!

¡Todos los despedidos adentro!

¡Basta de criminalizar a los que luchan!

¡No a la reforma anti obrera de Macri!

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