Tras la proclamación de Juan Orlando Hernández como ganador de las elecciones más fraudulentas desde tiempos de Carías, Honduras sigue en lucha. Regiones enteras están bloqueadas desde hace varios días por las protestas. En algunos sectores tras fuertes enfrentamientos con el ejército y la policía los manifestantes han logrado sostener las tomas. El precio ha sido alto, más de treinta muertos, decenas de heridos, centenares de detenidos. Pero el ¡FUERA JOH! sigue retumbando en todas partes sosteniendo la lucha.

La imposición del fraude sólo demuestra lo que venimos denunciando desde hace años: el régimen dictatorial lo iba a imponer de cualquier forma. Por eso es cuestión de vida o muerte derrotar al régimen sacando a Hernández del poder, de lo contrario, si se consolida con el probable reconocimiento del imperialismo norteamericano y europeo y los gobiernos de derecha que han avanzado en todo el mundo, lo que le espera al pueblo hondureño es más represión, más explotación, más miseria. Persecución de todo aquel que se atreva a levantar la voz contra el tirano.

Por eso es fundamental fortalecer la lucha logrando mayor claridad de objetivos y extendiendo el frente opositor al régimen, superando la política confusa y contradictoria de la Alianza de Oposición contra la Dictadura que reclama el triunfo en las urnas.

 

¿Cuál es la ruta?

En efecto, tras la proclamación de JOH por parte del TSE y el llamado de éste al diálogo, desde lo más alto de la Alianza hay posiciones encontradas. Nasralla desde Washington acepta el diálogo y apuesta a nuevas elecciones como propone la OEA, en Tegucigalpa Mel Zelaya rechaza el diálogo y apuesta a que EEUU reconozca el triunfo de Nasralla oponiéndose a un nuevo proceso electoral. Ninguno de los dos cuestiona los resultados a nivel de diputados y alcaldes, y ninguno de los dos plantea la salida de JOH del gobierno aceptando que permanezca hasta fines de enero para el traspaso del poder.

Otras voces llaman a desconocer el proceso electoral de conjunto, la inmediata salida de JOH y el nombramiento de un gobierno de transición que convoque nuevas elecciones organizadas y supervisadas por otro organismo que no sea el actual TSE.

Todas estas propuestas se están manejando en las alturas, nadie consulta a quienes en las calles, barriadas y comunidades sufren y enfrentan la brutalidad del régimen dictatorial. La falta casi absoluta de organización facilita este marginamiento de los principales actores en las comunidades, barrios, carreteras y calles donde exigen la salida de JOH y el cese de la represión como punto central para lograr un cambio radical en Honduras. Por el momento, la organización se ha limitado a los puntos de bloqueo en el nivel básico de operatividad y no de debate y posicionamiento.

En este contexto de confusión de objetivos, se hace necesario y urgente romper la actual dinámica construyendo al calor de la lucha una estrategia para lograr el triunfo. En otro momento podremos debatir sobre las similitudes y diferencias con otros procesos de lucha de nuestro pueblo, pero hoy de lo que se trata es de contribuir con propuestas que fortalezcan la actual lucha contra la dictadura.

Nuevos frentes de lucha para sacar a JOH

Posicionándonos claramente en la exigencia echar el dictador Juan Orlando Hernández a partir de la movilización popular libre y democráticamente organizada en las bases, consideramos que es necesario extender la lucha creando tantos frentes como sea posible.

En primer lugar, desde Socialismo o Barbarie hemos venido insistiendo en la exigencia que el sector organizado se incorpore a la lucha mediante sus propios métodos: asambleas informativas, comités de huelga, paros de labores. La no incorporación de la clase trabajadora es un punto débil de la lucha y fortalece al régimen. No es de extrañar que tanto Nasralla como Mel no propongan la huelga como método de lucha por los intereses de clase que representan. Pero es inadmisible que los dirigentes, muchos de los cuales son miembros activos y hasta candidatos de LIBRE o del Partido Liberal, se nieguen a movilizar al sector organizado, cuando son ellos mismos quienes los Primeros de Mayo llevan a la familia Zelaya como principales oradores en las tribunas.

La clase trabajadora tiene motivos más que suficientes para incorporarse a la lucha. Ha sido la más golpeada por el régimen después el Golpe perdiendo importantes conquistas. Pero también es la que va a pagar el costo de la actual lucha si no se logra derrotar la dictadura. Los empresarios ya están recortando horas de trabajo, descontando los días no trabajados por las tomas y despidiendo personal con la excusa de pérdidas económicas. Durante ocho años han visto incrementar sus ganancias y con una semana de paralización descargan sobre los y las trabajadoras la crisis creada por el régimen que ellos sostienen.

Ya hemos visto la incorporación de trabajadores y trabajadoras de maquila en algunas tomas del norte y occidente de Honduras, ese es el camino a seguir. Lo mismo puede decirse de los médicos que se encuentran en lucha. A los paros que ya tienen definidos deberían, junto al resto de trabajadores de la salud, ponerse a disposición en los diferentes sectores en lucha para atender a los heridos, gaseados y la población afectada por la brutal represión, y que en muchos casos muere por falta de atención oportuna.

Otros sectores, como las iglesias de los barrios y comunidades deben expresar su solidaridad con sus comunidades manteniendo las puertas de sus iglesias abiertas para que puedan servir como espacio de organización, debate y refugio para los manifestantes ante la represión.

Caso especial es la exigencia a los Partidos LIBRE, Liberal, PINU y los seguidores de Nasralla que actualmente tienen cargos de elección popular y que han denunciado el fraude y se pronuncian contra la dictadura. En primer lugar los diputados. Con el giro del Partido Liberal se puede conformar una nueva mayoría en el Congreso Nacional que convoque con carácter de urgencia a sesiones del Congreso para poner en evidencia ante todo el mundo el quiebre institucional del Estado hondureño. Las Alcaldías donde estos partidos tienen mayoría deben implementar servicios de emergencia en sus municipios que sirvan de apoyo a la población en lucha, por ejemplo un servicio de transporte y atención médica para movilizar a la población reprimida. Los regidores de los partidos opuestos a la dictadura deben utilizar sus cargos para apoyar la lucha del pueblo.

Esta lucha contra la dictadura asesina, no se lleva a cabo sólo en Honduras. Es necesario el llamado a los pueblos del mundo para que mediante su solidaridad y movilización obliguen a los diferentes gobiernos a desconocer el régimen dictatorial y suspender todo tipo de ayuda al gobierno de JOH. No podemos tener expectativas en los organismos controlados por el imperialismo norteamericano o europeo. La única forma que rompan con la dictadura es mediante la presión de sus propios pueblos.

Estamos convencidos que a partir de un amplio debate pueden y van a surgir muchos otros ejemplos de cómo crear nuevos frentes de lucha contra el dictador hasta acorralarlo y echarlo del poder. Lo que debemos tener claro es que cualquier propuesta que desmovilice o dilate la lucha en estos momentos sólo sirve para fortalecer la propuesta demagógica del régimen.

Propuestas desde abajo

En la medida que en las alturas de la Alianza de Oposición, no definan con claridad los objetivos inmediatos de la lucha, la posibilidad de caer en la trampa de una negociación que sólo beneficiará al régimen y sus amos está planteada.

Por ello, desde las bases se debe empezar a discutir y acordar los objetivos centrales de la lucha y cuáles son los puntos básicos previos a cualquier negociación. Desde Socialismo o Barbarie proponemos los siguientes puntos mínimos no negociables:

  1. Salida de Juan Orlando Hernández del gobierno. Es el principal responsable de la crisis, es el que ha ordenado reprimir al pueblo que lucha por el respeto a la voluntad popular.
  2. Cese de la represión, regreso del ejército a los cuarteles en particular la Policía Militar, y cárcel para los responsables materiales e intelectuales de los asesinatos y represión.
  3. Cárcel para los miembros del TSE y todos aquellos que participaron del fraude.
  4. Libertad a todos los detenidos en las protestas y suspensión de cualquier causa que se haya iniciado contra ellos.
  5. Prohibición de despidos y reintegro de los que se hayan producido como causa de la crisis generada por el régimen. Ni un centavo de deducción por los días no trabajados debido a las tomas de carretera.

Sin la garantía mínima de estos puntos sentarse en una mesa de negociación es una traición a la heroica lucha del pueblo hondureño.

Finalmente, para poder dar rumbo a la lucha y derrotar la dictadura, reiteramos lo planteado el 27 de noviembre: es necesario organizar los Comités de Defensa Barrial o Comités contra la Dictadura en donde el pueblo movilizado pueda debatir y posicionarse sobre el curso de la lucha y evitar que las dirigencias terminen negociando a sus espaldas.

Al mismo tiempo reiteramos que la salida de JOH del gobierno no es más que el primer paso de los muchos que el pueblo hondureño deberá recorrer para lograr un cambio real en nuestras condiciones de vida, para lo cual los invitamos desde ya a ir construyendo una Alternativa Política de los Trabajadores y Trabajadoras independiente de cualquier empresario, militar o caudillo que luche consecuentemente contra el sistema capitalista dependiente, atrasado, corrupto y criminal de Honduras.

 

Socialismo o Barbarie de Honduras

Honduras, 20 de diciembre 2017

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