“Las semillas de rebelión que ha dejado la gesta de los pibes de Gestamp no hay manera de liquidarlas, y es uno de los legados más importantes que deja esta pelea: ha dejado la posibilidad de progresar en el SMATA y llegar, por qué no, a cuestionar a la monarquía Verde, un reinado que tiene décadas, que carga sobre sus hombros con la entregada de decenas de compañeros a la represión bajo la dictadura militar y que como toda monarquía va a terminar cayendo: ¡que se cuide Pignanelli de que la base no le termine cortando la cabeza, como a Luis XVI en la Revolución Francesa!” (Gestamp, Lear y las enseñanzas de dos grandes luchas obreras, Revista SoB 235, abril 2015, pág. 239)

“Que pase el que sigue…” Heredero directo, sin intermediarios, del ex dirigente de la UATRE (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores), su ignoto sucesor, Ramón Ayala, se deshizo en elogios al proyecto de reforma laboral macrista y, para que no quedaran dudas de su devoción, le deseó suerte en su gestión al flamante ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, ex titular de la Sociedad Rural Argentina. En este caso, no se le puede reprochar falta de sinceridad. No hubo medias tintas, como tampoco las hubo cuando su predecesor festejó el 1° de Mayo de este año en un acto junto a Macri.

El que siguió en la fila es un secretario general de uno de los gremios más importantes de nuestro país: Ricardo Pignanelli al frente del SMATA. No sólo importante en número y concentración de trabajadores, sino en historial de heroicas huelgas, tomas de fábrica, delegados y comisiones internas independientes y también clasistas. Por lo cual, sin desmerecer el gesto obsecuente del titular de la agremiación de los trabajadores rurales, digamos que la presencia del dirigente mecánico en Volkswagen junto al primer mandatario (para nada decorativa) tiene una proyección política aumentada, tanto en el campo de los empresarios como en el de los trabajadores. Sobre todo cuando han sido miles los despedidos y suspendidos desde la gestión de Cambiemos en ese sector de la industria.

Porque este señor no da un paso en falso. Da un paso en una dirección clara para que la patronal y el gobierno entiendan bien en qué país está ubicado: en el de ellos, no en el de los de abajo. Porque aunque no es un idilio reciente, sí es distinto el momento político del abrazo con el presidente: a la semana del golpe en la nuca a los trabajadores de lanzamiento del proyecto de reforma laboral.

Su antecedente inmediato es cuando inauguraron juntos el Sanatorio San Francisco de Asís de la obra social de la UOM a fines de mayo de este año, ocasión en la que el Presidente brindó un discurso en el que expresó que esperaba que “cuando pasen los tiempos electorales nos podamos sentar más dirigentes con responsabilidades alrededor de una mesa para eliminar trabas y generar condiciones para que cada familia tenga más oportunidades de desarrollarse a partir del propio trabajo”. (La Nación, 29/5/17)

Aunque en esa ocasión se tuvo que aguantar algunos silbidos y abucheos, pasaron las elecciones… y se volvieron a abrazar… Sin ser obstáculo alguno que Pignanelli haya apoyado la candidatura de Cristina en las legislativas.

Otros son más papistas que el Papa y eligieron el camino de Roma. Dio el puntapié inicial Pablo Moyano, de Camioneros, que ya aterrizó en el lugar, pero está prevista una nutrida concurrencia a la reunión convocada por la máxima autoridad de la Iglesia en dos semanas. En la cual, habrá invitados de otros países, pero suena con una marcada preocupación hacia la situación argentina. “Desde hace meses, la CGT y la Pastoral Social argentina organizan un encuentro sindical internacional en el Vaticano (…). El eje será el rol del movimiento obrero y el desarrollo. Participarán más de 300 sindicalistas de todo el mundo, pero la comitiva argentina promete ser la más numerosa”. (La Nación, 11/11/17) ¿Será que están preocupados por la reacción de los trabajadores argentinos frente al proyecto de reforma laboral en cuestión?

Pero ninguno de ellos, de la mano de Macri, de Pichetto o del Santo Padre, nos traerá ninguna alternativa que sirva a los trabajadores y sus luchas.

Argentina: dos países, un solo Pignanelli

El secretario general del SMATA fue electo en diciembre del 2011 por lista única, sucedió a Mario Manrique, que desde ese momento lo secunda como secretario adjunto. Una auténtica lista de unidad burocrática, fiel a la tradición de la Lista Verde de José Rodríguez, que estuvo al frente de la misma durante 36 años.(1)

En la fábrica Gestamp (mayo del 2014) tuvo una participación muy relevante en el conflicto, por cierto. Amenazó con “poner veinte mil mecánicos en la Panamericana para resolverlo por nuestros propios medios”. Al compañero/a que aún no lo conoce, puede pensar que su plan era movilizar a los trabajadores en su apoyo, pero era el opuesto: era para poner en acción a su “patota” para desalojar a quienes estaban en la planta defendiendo los puestos de trabajo. Esa amenaza la hizo efectiva el mismo año en el conflicto de Lear.

Si va a cambiar su apoyo político para las próximas elecciones, no lo sabemos. A pesar de sus apariciones públicas con el Presidente, no se mostró ni en el Coloquio de IDEA ni en el Centro Cultural Kirchner; tiene manejo “just in time”(2) de cómo y dónde aparecer al lado del poder. De lo que estamos seguros es que siempre va a defender el país de los de arriba. Para luchar contra el proyecto de reforma laboral y sus defensores, reafirmando la cita del comienzo de la nota, organicémonos por:

¡Asambleas por fábrica y lugar de trabajo!

¡Exigencia de plan de lucha para arrancar la pelea desde abajo y hasta ganar!

 

Ana Vázquez

 

  • Para conocer su prontuario, ver: Para muestra basta un “botón”, Oscar Alba, periódico SoB N° 97, 22/2/07
  • “Justo a tiempo”, método para organizar la producción en el cual se trabaja sin stock, para evitar la acumulación de piezas.

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