Como muchos la describieron, Anahí era una artista, pero no era cualquier artista. Anahí usaba su arte para expresar toda la sensibilidad que tenía por las injusticias de este mundo, usaba su arte para luchar y transformar esta sociedad. Así fue que la conocimos, siendo activista del centro de estudiantes del ENAM. Corría el 2016 y los jóvenes y docentes impulsábamos la rebelión educativa en defensa de la educación pública, Anahí empezó a acercarse a nuestra agrupación de secundarios Tinta Roja, participando de las actividades que llevábamos a cabo en esta lucha. Pero Anita iba más allá, buscaba algo transformador. Participó de los cursos de marxismo que dictamos ese invierno en la regional Sur, se acercó a Las Rojas, se movilizó en el paro internacional de mujeres, pintó el primer mural de Las Rojas en Zona Sur (en los paredones de la Universidad Nacional de Lanús), se movilizó contra la represión policial a sus compañeros, fue parte de la toma del ENAM en contra del Operativo Aprender y las últimas conversaciones que tuvimos con ella fueron sobre la lucha en Pepsico, porque como dijimos más arriba, Ana pretendía transformarlo todo.

Cada compañera que nos arrancan duele, se llevan un pedazo de nuestro movimiento, un pedazo de nosotras mismas. Ana estuvo ahí, por cada piba que luchamos. Ahora nos toca salir a luchar por ella. El vacío es inmenso, incomprensible, no encontramos palabras para describir el dolor, la impotencia y la bronca que sentimos.

La policía, la justicia y el gobierno no salieron a buscarte cuando estabas viva. Fuimos nosotras, tus amigas, tus compañeros, las agrupaciones, quienes nos juntamos en la puerta del colegio y nos movilizamos para que te encuentren. Te encontraron porque nosotros te buscábamos, sabíamos que podíamos encontrarte viva, pero el abandono por parte del Estado hizo que te encontraran cuando ya era tarde. El sábado 5 de agosto era una movilización para buscarte, para exigir tu aparición con vida, lamentablemente se transformó en un grito de justicia. Miles nos movilizamos, transformamos esa bronca y ese dolor en lucha. Estuviste ahí en cada abrazo, en cada canto, en cada piba que se sumaba al movimiento, en cada compañero tuyo.

Desde Tinta Roja y Las Rojas nos comprometemos a no parar de luchar hasta que se haga justicia por vos. Te podrían haber salvado si te buscaban a tiempo, el gobierno y este Estado patriarcal son responsables de tu femicidio. Seguiremos en las calles exigiendo cárcel al femicida y a los cómplices, seguiremos en las calles hasta terminar con esta barbarie.

Abrazamos en este dolor a tu familia, amigos y compañeros.

Pero no te despedimos, porque seguís viva en cada mujer que lucha, en cada joven que se rebela contra este sistema inhumano.

¡Anita, hasta el socialismo siempre!

¡Justicia por Anahí!

Tinta Roja – Las Rojas Sur

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