Desafuero de los delegados

El viernes pasado la lucha de los choferes del transporte público de Córdoba tuvo un nuevo capítulo. Por un lado, la quita de fueros a los delegados, principalmente de AuCor-E TAMSE, que llevaron adelante la lucha durante los nueve días de paro y, por otro lado, la carpa que montaron las trolebuseras en la puerta de la Municipalidad de Córdoba para exigir su reincorporación. En ambos casos tenemos que mencionar que el rol nefasto de UTA Córdoba les está haciendo un juego favorable cada vez más evidente primero, al intendente Mestre, y segundo, a las empresas de transporte nucleadas en FETAP, y en ninguno de los casos a los propios delegados (que fueron elegidos por los choferes y que ahora están fuera de representación) y menos que menos, a los choferes despedidos.

El intendente radical, fiel seguidor de Macri en su política de privatizaciones y tercerización de áreas públicas del Estado –como es el transporte, la recolección de basura e incluso la administración estatal municipal- y en sus ataques constantes a los trabajadores municipales y a los choferes, repite cada vez que puede, que no van a reincorporar a los que hayan sido despedidos. Su línea es clara: disciplinar a los trabajadores y los revoltosos a llorar al campito. La UTA ante esto se planta, pero del lado de Mestre y de la patronal: los despidos (algunos) van a ser discutidos si los delegados que llevaron adelante la lucha son desaforados.

 

Una maniobra de uta para deslegitimar a los delegados

Esto lo lograron con una maniobra burocrática, una asamblea minoritaria en la sede del sindicato, alejada de la real base que los eligió,  bañada de irregularidades, con la presencia de una patota sindical el día mismo de su realización, y con un número de asistentes bajo, siendo que la misma se hacía con la aprobación del 10% de los choferes sindicalizados, que después debían votar qué hacer con los delegados. Sumada a estas maniobras, está la complicidad de las propias empresas que presionaban a los choferes para ir a la asamblea del viernes por la noche a quitarle la representación a los propios delegados elegidos meses atrás, y quitándoles el margen de acción a éstos, ya que se les negaba la entrada a las empresas en donde trabajan. Una medida burocrática del sindicato por un lado, y otra completamente ilegal desde las empresas de transporte.

 

Continúa la resistencia en las trolebuseras

Con los delegados sin representación, queda la lucha de las trolebuseras, que en el Palacio Municipal plantaron una carpa con la exigencia de su reincorporación. Las mujeres despedidas son 66 de cerca de 185 choferes despedidos en total, lo que demuestra un nivel de ensañamiento y de misoginia desde el municipio y las empresas. El rol de la UTA en el tiempo que va de esta medida es nulo. Los despidos ya son algo del pasado para ellos, y la intención de reincorporar a los que lucharon es básicamente inexistente. Por otro lado, Mestre bien gracias, ni una respuesta ante la medida que se está haciendo en sus propias narices.

Hay varias conclusiones que se desprenden de estos hechos. Primero, que los gobiernos que están llevando adelante los ajustes y el quiebre de las luchas cuentan con las complicidades de las direcciones sindicales. En este caso de la UTA Córdoba, que está intervenida y que sigue la línea de Fernández a nivel nacional, cuyo perro de correa en el Interior es Kiener. Éste se jugó y se sigue jugando a destruir completamente la solidaridad que surgió de las bases durante esos días, que paró todas las líneas de transporte y que podía llegar a desestabilizar la miseria salarial arreglada en la paritaria nacional.

Quitarles la representación a los delegados es otra maniobra más que va en esa línea. Poner a los trabajadores contra los trabajadores. Dividir para quebrar y luego disciplinar, algo similar a lo que sucedió con Daer y los despedidos en Pepsico: las direcciones tradicionales de cualquier color se juegan en contener para aislar y luego derrotar. Las trolebuseras que están acampando no han recibido apoyo ni de Daniele, ni Suárez, ni Saillén, ni Pihen… nadie de los dirigentes sindicales se ha acercado a aquéllas que lucharon.

Otra conclusión que queda de estos hechos es que los trabajadores deben organizarse de manera independiente y con asambleas desde abajo, porque las centrales sindicales van a traicionar una y otra vez. Y esta organización debe unir a los que ya están despedidos con los que quedaron trabajando, para dar la pelea por su reincorporación.

Desde el Nuevo MAS nos solidarizamos con la huelga de hambre y con el fondo de lucha para las trolebuseras de TAMSE.

Por la reincorporación de los despedidos. Basta de despedir a aquellos que luchan.
Abajo el ajuste y la represión de los gobiernos de Macri, Schiaretti y Mestre.
Repudiamos la complicidad de los dirigentes de la UTA y de la burocracia sindical.

Facundo M.

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