En la madrugada del domingo 27 de abril un mail llegó a todas las casillas del movimiento de mujeres del Oeste de la provincia de Buenos Aires. Una nena de 13 años, que había sido violada por su padrastro, estaba internada en el Hospital zonal Mariano y Luciano de la Vega, solicitando un aborto no punible. Las autoridades del hospital se negaban a realizar la práctica, con una y mil maniobras dilatorias. Agrupaciones de la zona, como Mujeres al Pie del Cañón, Las Rojas, Conurbanas y otras, nos fuimos autoconvocando en la puerta del Hospital para acompañar a la mamá de la nena. Fue clave también la presencia de compañeros y compañeras trabajadores del Hospital, que estuvieron en todo a disposición de la nena y su mamá para ayudar en la exigencia de que se practicara el no punible.

Después de horas de hacer esperar a la mamá, fueron las pintadas, el agite en la puerta y la presión de las activistas, las que hicieron que el Hospital firmara la declaración jurada de la madre donde decía que la nena había sido violada. Más espera, más presión y largas horas después, la directora asociada del Hospital, Mariana Dunayevich, apareció en el Hospital y aceptó reunirse con la madre acompañada por nosotras. Era evidente que Dunayevich había estado hablando con distintas personas que la asesoraron. Utilizaba argumentos de tipo técnico sobre el tiempo del embarazo, para negarse a realizarlo. Mintió deliberadamente diciendo que “puede estallar el útero de la niña” (sic). Ese discurso, el de amedrentar a las mujeres, amalgamando amenazas y mentiras, ¡es el que usan todos los reaccionarios que se oponen a los derechos de las mujeres! Y Dunayevich se negó a autorizar la realización del no punible.

El día lunes la autoconvocatoria fue creciendo y se acercaron más organizaciones de la zona, como activistas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, ATE seccional Moreno, Confluencia 29 de Mayo, y otras. Durante horas cortamos la calle, realizamos una radio abierta y seguimos exigiendo que el Hospital se hiciera cargo. Mientras tanto, la prensa se empezaba a hacer eco de la aberrante situación. A esa altura, la negativa del director del Hospital, RubenRossi, se había transformado en escandalosa. Tenían a la nena internada sin ningún motivo y se negaban a realizarle el aborto no punible. Según Rossi y Dunayevich, no sólo todos los médicos del Hospital son objetores de conciencia, sino que el propio Hospital lo es. Aunque la mamá de la nena había realizado la denuncia por violación más de 30 días antes en la Comisaría de la Mujer de Las Catonas y en la Fiscalía 3 de Mercedes, el padrastro no había sido detenido. Con el escándalo en el Hospital aparecieron funcionarios judiciales y policías que se hacían los sorprendidos, pero intentaron amedrentar a la madre, en vez de ocuparse de la denuncia que ya estaba radicada.

Finalmente, la presión de las organizaciones en la puerta del Hospital y la visibilización que tomó el caso en los medios, colaboraron para que le dieran el alta a la nena.

Al día siguiente las organizaciones de mujeres nos convocamos frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires en Capital Federal para exigir que el gobernador Scioli y el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, se hicieran responsables de la situación. Fue el movimiento de mujeres el que finalmente logró que a la nena se le respetara su derecho, y se realizara el aborto no punible en otro hospital. La nena se encuentra en perfecto estado de salud y de ánimo.

Es el movimiento de mujeres el que seguirá presionando y acompañando a la mamá para escrachar al Hospital de Moreno, a sus autoridades, al haberse negado a realizar el no punible y por jugar con la vida de las niñas y las mujeres.

 

Manuela Castañeira

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