Parece ridículo

Nos conocíamos hace 8 o 9 años, nunca fuimos amigos, y aún así, fueron apenas los últimos 6 meses en los cuales empezamos a conversar, y me apasioné -creo que fue mutuo-, charlando con vos.

Pensaba cada vez que escuchaba las palabras París, Macron, Hollande, Melénchon, o cualquiera de todas las relacionadas, en que algún día viajaría a tus nuevos pagos y me mostrarías un poco de la ciudad, te acompañaría a las marchas, y por supuesto, tomaríamos en persona la birra que sellaría esta nueva etapa de fraternidad que empezó de la mano de The Chemical Brothers y Groove Armada, y que continuó recordando entre bromas y confesiones nuestras antiguas rivalidades de claustro y de agrupación.

Es triste aceptarlo pero no puedo sino sumarme al coro de gente que te conoció en la lucha y lamenta tu partida, con el amargo sabor de quien cree que quizás se haya acercado demasiado tarde a un ser humano excepcional.

El último verano intercambiamos indistinta pero frenéticamente sobre música electrónica, anécdotas e internas del trotskismo francés e internacional, la cultura cotidiana y sentimental de los dos países, autobiografías y novelas de o sobre revolucionarios, y por supuesto, sobre nuestras trayectorias, experiencias e ideas políticas.

Yo estaba lleno de dudas, y vos, fiel a tus convicciones y a tu forma de ser, me ayudabas a razonar desde tu posición, a pensar mi decepción y a buscar la esperanza, pero al mismo tiempo, creo que me comprendiste y pudiste ver, más allá de las rencillas y maniobras que caracterizaron los enfrentamientos entre nuestras tradiciones, que había buenas razones por las que en el pasado yo había militado con tanto fervor, incurriendo en sacrificios y resignaciones que ahora ya no podía soportar.

Fueron horas y horas de chat en las que, yo, de formación marxista y atea, viví el acontecimiento de nuestras conversaciones casi como una liberación espiritual. Al fin y al cabo, nuestro desencuentro en la militancia de grupos diversos no era solamente una cuestión de ideas, sino, en parte, de cosmogonías vitales, de maneras más o menos satisfactorias de asumir la responsabilidad histórica que nos toca en suerte. En esto, no me molestó admitirte, yo creía vos habías sido (y eras) inmensamente superior.

Imagino entonces el contraste entre mi andar por el Colegio, que luego de la difícil toma de 2008, seguramente era con el ceño fruncido y electrizado por mis propias elucubraciones, y vos siempre alegre, magnético. Nuestra conducción del Centro había peleado con uñas y dientes contra las autoridades, y aunque conseguimos lo que buscábamos, la erosión y el desgaste que sufríamos eran irrefrenables.

Yo había intentado ganarte a las filas del PO, pero fue inútil. Debe haber sido en ese momento que sentí una gran impotencia y frustración política, la de quien sabe que la herencia que intenta perpetuar, se verá castrada debido a que determinados miembros destacados de las nuevas camadas no desean asumirla. Tu actuación posterior demuestra que mi tristeza había sido unilateral. Desarrollaste un hermoso legado para tus amigos y compañeros, y para varias de las generaciones que te siguieron, con el Nuevo Mas y con Tinta Roja. Sin ningún miedo a caer en la demagogia, creo que fuiste el cuadro más reluciente de tu generación, y desde la distancia, se ve que llevaste la combatividad con la algarabía, que uniste la tesón con la capacidad, es decir, de manera profundamente humana.

En ese 2008, nos reunimos algunas veces en el comedor y me escuchabas atentamente, para luego replicar a mis postulados. A diferencia de casi toda tu generación, al menos en ese entonces, no sólo hablabas muy claramente y eras un polo de atracción social, sino que tenías preocupaciones teóricas y eso inmediatamente despertó mi interés.

Luego de algunas reuniones en las que vislumbré tu temperamento sólido pero apacible y tu forma cálida de sostener una disidencia, pasamos a un nuevo estadio, post-toma, en el que discutimos entonces enconadamente en la previa de una asamblea, y debo decir que en mi mentalidad infantil de aquel entonces, no poder convencerte fue una de las primeras veces que empecé a hacerme la idea que los luchadores, por más consecuentes y honestos que fueran, no pueden marchar juntos del mismo lado en todas las ocasiones.

Sin duda inconscientemente, para ser justos con esta red social, yo aprendí a ser de otra manera mirandote por acá. Desde el primer momento que supe que te ibas a construir a Francia, te admiré a pesar de nuestras divergencias, y eso elevó la estima que te tenía de antes. Me sorprendió tu capacidad para compatibilizar la militancia de alto compromiso con el éxito académico, algo que siempre me resultó traumático.

Quien hubiera dicho, todo empezó cuando posteabas temas de Justice, y terminó con este humilde texto que será olvidado apenas los algoritmos lo condenen al ostracismo, pero, que debo decir, creo que es lo mínimo que puedo hacer para demostrar que, a pesar de nuestras antiguas conflagraciones estudiantiles, siempre te respeté.

Debe haber sido eso lo que me movió a decirte, ya en 2009 o 2010, que me vendieras una colección completa de las revistas «SoB». Quería darte a entender, de esta manera, que no había rencor en mí por la discusión de aquella asamblea ni por las discusiones que siguieran, sino que estaba dispuesto a examinar mis prejuicios y mis juicios sobre la organización que habías elegido.

Quedamos en vernos la última vez que viniste. Hasta conseguí un periódico con notas tuyas en la Facultad -de modo que recordé aquellas épocas en que te leía desde la redacción que la TPR había montado en Córdoba y Pueyrredón-, pero yo me enfermé y no pude ir a tu charla. La próxima oportunidad sería en unos meses, también este año, me dijiste, y prometimos tomar una birra.

Tal vez sí, sea ridículo, pero si es para recordarte, no importa que sea por aquí, ni por ningún lugar. Vos lo hubieras comprendido. Tu ausencia repentina no me permite quedarme callado. El mundo es peor sin vos, aunque sea verdad de perogrullo, y me toca. Es que ya estoy cada vez más harto de que se vayan jóvenes valiosos y se queden viejos podridos.

El newsfeed explota con tus fotos, veo lo que escriben tus amigos y compañeros, me doy cuenta que, ahora que marcho sin bandera ni me identifico con ninguna sigla, que hice bien en hablar con vos la vez que te intenté «reclutar», para recordar el léxico de trinchera que utilizaba.

Tal vez yo intuía, cuando te busqué, que aunque perdiera un debate, ganaría la posibilidad de quedar aunque sea en los márgenes de la luz que emanabas, esa sensibilidad que pude disfrutar cibernéticamente mientras nos escribíamos separados por el Atlántico.

Tal vez la filosofía que tu expresión denotaba contenía, también, esa revolucionaria idea de que una birra no se le niega a nadie, ni siquiera a un ex rival duro y mañoso como yo. Te lo agradeceré por siempre.

No habremos sido amigos, y no podría incluirme injustamente nunca en ese lugar. Quizás, si hubiéramos tenido más tiempo, quien sabe. Pero si estoy seguro de que fuimos compañeros, porque a pesar de las fronteras que nos separaron, estuvimos en las batallas importantes del mismo lado, y me enorgullezco de haberte conocido.

Hasta siempre, donde quiera que estés, te mando un abrazo sincero, Alejandro, estoy seguro de que, sea cual sea el resultado final de nuestra época, habrá muchas cosas buenas para los de abajo mientras otros sigan tu ejemplo y el de la gente que con vos aprendió el ABC del socialismo. Gracias por la onda, guachín.

Lucas Malaspina

 


Ante la triste noticia y en este momento difícil, desde Revire mandamos un abrazo a la militancia del Nuevo MAS, a los amigos y a la familia. Ale fue un cuadro, un ejemplo de militancia y su ausencia es un golpe para todos los que luchamos por el socialismo. Lo despedimos con el puño en alto y estará presente en todas las luchas.

Hasta el socialismo, siempre, compañero.

Revire


Desde La Emergente, queríamos dejar un fraternal saludo a toda la militancia de Tinta Roja y el Nuevo MAS, en este doloroso momento.

Muchos de nuestrxs compañerxs de nuestra organización militaron en el movimiento estudiantil al mismo tiempo que Alejandro. Compartiendo marchas, reuniones de la coordinadora y distintos momentos de lucha.

Sabemos del profundo dolor de perder un compañero que le ha dedicado sus mejores esfuerzos a la causa de emancipación de nuestros pueblos, que es la lucha por el socialismo.

Para nosotrxs, lxs revolucionarixs son lxs mejores hijxs del pueblo, y en las crónicas rebeldes de nuestras luchas Alejandro tiene un lugar privilegiado. Hoy nos toca llorar una pérdida invaluable, pero también tomar conciencia de su ejemplo de inclaudicable entrega y de ese contagio de alegría revolucionaria con la que formó a tantos y tantas compañeras.

De pie, que ha muerto un revolucionario.

¡Que viva la revolución!

¡Hasta la victoria siempre, Alejandro!

La Emergente

 


Desde toda la militancia del Partido Obrero, queremos mandarle un enorme abrazo a la militancia del Nuevo MAS, a los amigos y familiares de Ale, en un momento tan doloroso.

Los que lo conocimos, ya sea actuando en común o en diversos debates políticos, podemos afirmar que, a pesar de las diferencias que podemos tener, era un verdadero cuadro que luchaba incansablemente por la revolución y el socialismo.

Desde lo personal, en mi paso por Tinta Roja, pude ver como hacía de su militancia una tarea diaria, y del crecimiento y desarrollo del partido, un objetivo irrenunciable.

Reivindicamos su lucha, su militancia y lo recordaremos con muchísimo cariño. Hasta la victoria siempre compañero.

Miles Harvey, por el Partido Obrero


Desde La Mella queremos mandarle un enorme abrazo a la militancia del Nuevo MAS, a los amigos, amigas y familiares de Ale, en un momento tan difícil como este.

Más allá de las diferencias que se puedan tener, siempre duele perder a alguien de este lado del mundo. Y sin duda Ale lo era, parte de esa juventud que no se conforma con la realidad en la que vivimos y que tanto hizo para cambiarla.

Desde lo personal, compartí militancia con él en Tinta Roja. Si bien fueron pocos meses, me alcanzaron para reconocer en él a un compañero de lucha, y así fue más allá de las distancias.

Hasta la victoria siempre.

Ariel Reyes, por la Mella


Quería transmitirles, en nombre de todos/as nosotros, nuestro abrazo fraternal a todo el nuevo MAS y SoB, por la inesperada y dolorosa muerte de Ale Bustamante, a quien he tenido ocasión de tratar con frecuencia en las luchas del CNBA. En especial durante la que en 2010 enfrentó las medidas autoritarias del nefasto Consejo Superior de la UBA, lo que derivó en una autogestión del colegio q se prolongó por un mes: estudiantes, docentes y no docentes discutíamos en asambleas comunes y hacíamos funcionar el CNBA sin autoridades! Fue un proceso inédito que nos tuvo, desde diferentes lugares, a Ale y a nuestros compas como protagonistas. Tenía, ya de muy jovencito, sensibilidad y pasta de   dirigente, también notoria a la hora de discutir sea con las autoridades reaccionarias, sea con un viejo militante como yo.

Reciban nuestro abrazo socialista, revolucionario y solidario en este duro momento.

Compañero Alejandro: hasta el socialismo siempre!

Mario Larroca por la dirección de Comuna Socialista


Compañeros y compañeras del Nuevo MAS y de SOB Europa:

Apenas sucedidas las absurdas muertes de nuestros compañeros Ezequiel y Laura de La Plata, nos enteramos de otro fallecimiento en un accidente banal de otro joven militante revolucionario, en este caso miembro de vuestro partido que estaba militando en Francia: Alejandro.

Acompañamos la tristeza de sus familiares, amigos y compañeros de militancia, en la seguridad de que su lucha y militancia seguirá presente y se multiplicará en la lucha internacional por la emancipación de la humanidad del yugo del capital, a cargo de la clase obrera.

Compañero Ale B: ¡Hasta el socialismo siempre!

Comité Ejecutivo del PTS

 

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