En la primera semana de junio llegó a las escuelas de CABA una notificación del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires que anuncia el comienzo de la «fase II» del Plan Sarmiento.

La misma comunica un hecho gravísimo para los estudiantes y la comunidad educativa de la Ciudad. Lxs niñxs ingresantes en las escuelas no van a recibir más netbooks, sino que la escuela recibirá tablets para los estudiantes de primer grado, pero éstos no podrán llevarlas a sus casas y disponerlas en horarios extra escolar. Esto es un recorte tremendo que atenta al derecho adquirido que tenían las familias a disponer del equipamiento, no hace más que agrandar la brecha al acceso tecnológico e impacta directamente en los sectores más vulnerables de nuestra población.

Si bien el proyecto «uno a uno», lanzado por el gobierno kirchnerista, venía a paliar un poco la brecha en el acceso a la herramienta tecnológica, nunca se montó un plan que logre mitigar la diferencia en el acceso al capital cultural. En muchas provincias y municipios se lanzó el plan y sólo implicó entregar netbooks por entregar, sin ni siquiera ocuparse de una red que brinde internet y que les garantice a los estudiantes el derecho a la información, un bien inalienable.

Como si esto fuera poco, en la misiva se informa que se decidió terminar con Wimax, la red que provee a las escuelas y barrios de la ciudad de internet y que permite a todos los estudiantes y sus familias acceder a conectividad en sus hogares. Este servicio lo presta Grupo PRIMA – FIBERTEL (grupo Clarín) de forma muy desfavorable y la comunidad educativa se ha cansado de denunciar que en las aulas y en algunos barrios no llega la conexión. Durante cinco años no hubo controles y todo sigue igual.  Pero aún más grave, esta red que abarca “toda” la ciudad será reemplazada ahora por conexión WiFi dentro de las escuelas, hecho que solamente limitará el acceso a las familias de menores recursos que no pueden abonar un servicio de internet privado en su casa, otra medida que acrecienta sin duda la brecha mencionada.

Lo dicho no es más que uno de los tantos embates que sufrimos los trabajadores y estudiantes de la Escuela Pública por parte del gobierno macrista; y también debemos llamar a la reflexión a todos los Facilitadores Pedagógicos Digitales (docentes que se encargan de formar y acompañar a los docentes de grado en la inserción de TICs) que asistieron a los consejos consultivos que organizó el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires el año pasado. En los mismos se coló alguna que otra crítica, pero en general primaron los discursos que avalan la no entrega de dispositivos a los alumnos, con el argumento de que no los cuidan o no los llevan a clase. No se debe caer en el simplismo de pensar que las fallas del proyecto son responsabilidad del poco compromiso de las familias, cuando son éstas las que están sufriendo en sus espaldas el ajuste infernal que nos imprime este gobierno a las clases trabajadoras.

AGRUPACIÓN DOCENTE CARLOS FUENTEALBA – LISTA GRIS CABA

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