Desde el Nuevo MAS entrevistamos a las obreras de la fruta de San Formerio, empaque de fruta que vive al igual que otros la crisis frutícola del Alto Valle y que la patronal quiere descargar sobre los trabajadores con suspensiones y despidos. Los primeros en sufrir el ajuste fueron los trabajadores “golondrina” que vienen a la cosecha desde las provincias norteñas y ahora los compañeros efectivos con muchos años de trabajo.

SoB: Cristina, contanos como fue el proceso de la lucha que dieron.

Cristina (delegada): Llegamos hace diez días porque nos debían el mes de marzo y lo trabajado en abril. Venimos de planta 1 chacra 202 de Gral. Roca. Nos trasladamos a Cervantes a 22km, donde la empresa tiene cámaras frigoríficas llenas de fruta para comerciar y así impedir que salga la fruta hasta que nos paguen.

SoB: ¿Cómo fue que decidieron esta medida de impedir la salida de fruta?

Rauli: Comenzamos la medida en planta uno y después decidimos venir para Cervantes a acompañar a las compañeras, porque estamos todos en la misma situación sin cobrar. Nos mandaron a la policía para desalojar pero nos pusimos firmes y  les dijimos que hasta que no nos paguen no nos vamos y se fueron.

SoB: Cristina, ¿cómo es su experiencia de nueva delegada?

C: Habíamos hecho las retenciones dentro del galpón en Roca para que nos pagaran febrero, y viendo que nos tomaban el pelo, que nos daban de a puchitos el sueldo me cansé y les pregunté a mis compañeras si querían que tomáramos el galpón en Cervantes y me dijeron que si, que estaban cansadas del maltrato y nos vinimos con lo puesto, el termo y el mate.

La primer noche fue dura estábamos a la intemperie, pero después con la solidaridad de los vecinos de Cervantes, armamos el campamento y aguantamos la medida.

SoB: Angélica ¿cuál fue tu experiencia en estos días de lucha?

A: Después de 60 días trabajados y sin cobrar decidimos salir afuera del portón. Somos simples trabajadoras pero tenemos derechos así que apoyamos a nuestra delegada que era nueva apenas tenía una semana, así que nos vinimos para Cervantes a pararle la planta hasta que nos paguen a puro corazón y cuando las compañeras de acá vieron que nos quedamos y entendieron nuestra lucha también pararon en solidaridad, aun perdiendo plata porque trabajan por bulto.

Hicimos una nueva familia de trabajadoras con las compañeras y nos pusimos una coraza entre todas y apechugamos, nos pusimos firmes y cuando uno lucha por lo que le corresponde y está trazado el camino, “ni un paso para atrás hasta que nos pagaran a todas”. Hoy al mediodía llegó la patronal y nos pagó todo lo adeudado.

La experiencia fue muy buena, cuando se lucha por un ideal, estás firme y el camino es claro, los trabajadores podemos ganar.

Corresponsal

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