Para quien no conoce aún la historia de injusticia que rodea la vida de Higui; aquí un resumen hecho por ella misma: «No existe la Justicia porque soy pobre». Pobre, mujer y lesbiana. Un conjunto de factores que es fatal en este sistema capitalista y patriarcal. Quienes quisieron violarla le dijeron “Te vamos a corregir, lesbiana”. Cuando declaró, la policía se le rio en la cara: “¿Quién va a querer violarte a vos si sos fea?” Como si la vejación y la violencia fueran halagos. Higui está presa desde octubre de 2016 por defenderse de una violación en grupo. Mientras ella está detenida «preventivamente», sus agresores están libres y el Estado no da ninguna respuesta por ella.

En su barrio ya había sido atacada más de una vez por su orientación sexual, la misma banda que intentó violarla para “corregirla” le prendió fuego la casa y mató a su perro, dejándolo en su puerta a modo de amenaza y amedrentamiento. En ese entonces la justicia no había hecho nada y cuando ella se defendió del que podía haber sido el último ataque, la policía la encerró.  Higui no fue revisada por médico legista y fue su hermana quien le tomo las fotos que luego se difundieron para mostrar el estado en el que había llegado Higui a la comisaría 2° de San Miguel. La primera noche estuvo incomunicada y sin atención médica. La causa está llena de irregularidades, su declaración recortada arbitrariamente y aparecen contradictores como que la habían encontrado desmayada pero había querido escapar. ¿Escapar mientras estaba desmayada e inconsciente por los golpes? Esto ya lo escuchamos varias veces, la policía miente.

De la importancia de aprender de luchas pasadas para conquistar la libertad de Higui

Desde el último Encuentro Nacional de Mujeres, cuando fue el caso de Lucía Pérez, el movimiento de mujeres protagonizó el primer Paro Nacional acompañado de enormes movilizaciones en todo el país, con el que se consiguió la cárcel para los asesinos de Lucía. El caso de Belén, que tuvo un aborto espontáneo y la mantuvieron presa durante dos años acusada de homicidio, fue liberada y luego absuelta por la enorme movilización y campaña por su libertad. No es casual que todos los casos de violencia y femicidios donde logramos justicia estuvieran intervenidos por la fuerza de nuestro movimiento en las calles. Estábamos ahí. Lucia Pérez, Rocío Girat, Belén, Alika Kinan, las hermanas Jara y muchos casos más que son testigos de este hecho: la única manera de arrancar nuestros derechos es organizarnos y movilizarnos. Es hora de activar en conjunto, de cara a un estado violador, proxeneta, misógino y patriarcal que con la lógica del marido golpeador que te dice que si te resistís es peor, el Estado actúa dejando libres a quienes nos viola y nos mete presas por defendernos con nuestras propias manos. Hace pocos días salimos en todo el país por Micaela, violentada y asesinada por un violador que dejó libre un juez, Rossi… Que luego de una breve licencia, ¡está de nuevo en su cargo! El mismo Estado tiene presa a Higui, tuvo presa a Belén, a Victoria, a Yamila, a Romina Tejerina. Distintas firmas de distintos funcionarios públicos que llevan adelante las mismas leyes represivas, el mismo funcionamiento patriarcal. Si ellos actúan en conjunto, nosotras para derrotarlos tenemos que unirnos también.

Organicémonos todas juntas para dar esta pelea haciéndole frente al gobierno de Macri, por Higui y por todas. Nuestras cadenas son las de ella. Su libertad, la nuestra. El 17 de mayo, en el día internacional contra la homolesbotransfobia se realizó una jornada en Congreso por la libertad de Higui. Debemos redoblar los esfuerzos y hacer una amplia campaña en todas partes y llevando el reclamo el próximo 3 de junio, en un nuevo aniversario del #Ni Una Menos.

Libertad para Higui YA!

¡Exijamos todas juntas su inmediata libertad y el procesamiento y la cárcel a sus agresores!

¡El gobierno y la justicia son responsables!

Mar Rivero

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