Más que comentarios desafortunados los dichos de Macri nos confirma lo que sabíamos: que no tiene ninguna vergüenza en afirmar que tratar a las mujeres como cosas es muy pro. El jefe de gobierno porteño considera que para nosotras «no hay nada más lindo que te digan qué lindos ojos, por más que esté acompañado de una grosería, como »¡Qué lindo culo que tenés!», y asegura que «en el fondo, a todas las mujeres les gusta que les digan un piropo». O sea, si te digo que no, que no me gusta que me andes diciendo si te gusta mi culo o no, para Macri en realidad es como una especie de mecanismo de negación que tenemos las mujeres cuando en realidad escondemos que nos “encaaanta” que nos griten cosas por la calle, que nos lo repitan en el trabajo, y como somos consecuentes más nos gusta que nos lo digan en el boliche, y en cualquier lugar que ande alguien con ganas.

Que a las mujeres nos tratan como objetos, que el acoso sexual laboral es uno de los grandes problemas que tenemos que aguantar para no perder el laburo, que a Romina Tejerina la violaron por “provocar” con una minifalda seria, según la lógica del jefe de gobierno de la capital del país, que en el fondo es lo que queremos.

Pero atención, no es este un caso particular y aislado del misógino del Pro, cantidades de veces hemos tenido que escuchar y soportar las barbaridades de funcionarios radicales, peronistas. No hace mucho el legislador K Contreras decía lo importante que eran los prostíbulos para las “distracciones” masculinas y para evitar violaciones. Y hubo que poner el país patas para arriba para modificar la ley K sobre la trata, que hasta hace tan solo un año había que demostrar que las mujeres no habían ido con consentimiento a ser secuestradas y vendidas.

Estos dichos son de esas raras sinceridades que de vez en cuando se les escapan a los funcionarios. Por que la verdad es que les importa un cuerno como vivimos las mujeres. Y eso lo vemos todos los días cuando a las mujeres las golpean, las matan y mientras tanto cierran los refugios, absuelven proxenetas, amparan femicidas.

Repudiamos fervientemente los dichos de Macri, pero para acabar con la situación de desigualdad que vivimos las mujeres frente a los hombres no podemos quedarnos en la simple educación lingüística. En que solo con dejar de decir ciertas cosas se va acabar con el acoso sexual. Para destruir la opresión que sufrimos es necesario pelear por cada una de las reivindicaciones que ayudan a fortalecer al movimiento de mujeres, para luchar contra todos los funcionarios e instituciones que perpetúan el capitalismo patriarcal todos los días. Y así cerrarle verdaderamente el pico a Macri para siempre.

 

Pilar G.

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