Apoyemos la huelga de hambre de los presos palestinos en las cárceles sionistas

El 1º de mayo se cumplieron 15 días de la huelga de hambre iniciada por los presos políticos palestinos en las cárceles del Estado colonialista y racista de Israel.

Los detenidos demandan algunas mejoras en las brutales condiciones de encarcelamiento, menos restricciones a las visitas de familiares y terminar con la infame “detención administrativa” sin cargo alguno. También piden menos restricciones en la entrada de libros, ropa y comida que le llevan sus familiares.

Como todo Estado de colonizadores –similar a la Sudáfrica del  “apartheid” o la Argelia “francesa”–, Israel tiene por norma aplicar la discriminación y la represión más brutal contra el pueblo colonizado.

Actualmente hay 6.300 presos políticos palestinos en las mazmorras de Israel. Más de 300 de esos presos son niños. Asimismo, más de 500 están bajo el régimen de “Detención Administrativa”.

Según las leyes colonial-racistas que rigen en Israel, su gobierno puede encarcelar a cualquier palestino todo el tiempo que se le dé la gana, sin necesidad de formularle cargos ni ser condenado por ningún tribunal. A esto se lo llama “Detención Administrativa”.

Además, de 6.300 presos actuales, casi 400 están en prisión desde que Israel firmó en 1993 los “Acuerdos de Oslo” con la Organización de Liberación de Palestina (OLP), con la promesa fraudulenta de un “Estado Palestino”… que como era de esperar jamás cumplió…

Pero no hubo dos Estados, uno sionista y otro palestino, sino la organización de una “Autoridad Nacional Palestina”, con sede en Ramala (Cisjordania). Con Mahmud Abbas a la cabeza, no tiene “autoridad” alguna. Su papel, al servicio de Israel, es el de espiar y reprimir a los palestinos que pretendan resistir a los colonizadores. Mahmud Abbas y su pandilla cumplen la misma función traidora que los reyezuelos negros de los “bantustanes” en la Sudáfrica blanca del “apartheid”.

Torturas y tratamientos degradantes

Marwan Barghouti, quizás el más popular líder palestino, preso desde el 2002, denunciaba el mes pasado en el New York Times cómo “los palestinos detenidos sufren torturas y un tratamiento degradante e inhumano… tampoco se les da tratamiento médico… centenares de prisioneros han muerto por esas acciones desde 1967, año en que Israel se apoderó de Cisjordania”.[1]

Allí también explicaba por qué decidió iniciar la huelga de hambre que desató este movimiento de protesta dentro de las cárceles sionistas, y que se ha propagado en protestas masivas fuera de ellas:

“Desde que Israel ocupó Cisjordania y la Franja de Gaza hace ya 50 años –prosigue Barghouti–, más de 750.000 palestinos han sido arrestados y encarcelados por las tropas israelíes, según ha registrado el Palestinian Central Bureau of Statistics. Entre ellos ha habido una porción de muertos por torturas y/o falta de atención médica.”

“[…] Después de considerar todas las otras opciones, decidí que no hay más opción que resistir a esos abusos llevando a cabo una huelga de hambre. La huelga de hambre es la forma de resistencia más pacífica y efectiva a nuestro alcance. Ella produce sufrimientos sólo en los que participan, con la esperanza de que sus estómagos vacíos y su sacrificio ayuden a que su mensaje resuene mucho más allá de sus celdas oscuras.”

Respuestas bestiales del gobierno de Israel

Hasta ahora, las respuestas del gobierno sionista no han podido ser más brutales. Ya anticipándose a la huelga de hambre, el gobierno de Israel comenzó a tomar medidas calificadas por Amnesty International como “ilegales y crueles”.

Las autoridades sionistas desataron represalias contra los huelguistas de hambre, comenzando por transferencias, aislamiento, confiscación de objetos personales, privación de medicinas, etc.

“La política despiadada de Israel contra los prisioneros arrestados en los territorios ocupados de Palestina –señala Magdalena Mughrabi, directora regional de Amnesty– es una violación flagrante de la Cuarta Convención de Ginebra.”

La protesta llega a la calles

En la última semana de abril, la protesta de los martirizados prisioneros palestinos logró extenderse fuera de los muros de las cárceles.

En Jerusalén, Nablus y otras ciudades hubo manifestaciones de solidaridad y protesta. También se hicieron piquetes de denuncia frente a distintas cárceles. Estas acciones desafiaron la acostumbrada y brutal represión del gobierno de Israel.

La huelga de hambre de los presos palestinos tiene también el desafío de trascender internacionalmente. Aunque la mayoría de los grandes medios, como de costumbre, han sido cómplices en ocultar este nuevo crimen de Netanyahu y su pandilla, la protesta encabezada por Marwan Barghouti comienza a resonar en otros países y continentes.

Un amplio apoyo internacional, especialmente en Europa y EEUU, sería decisivo para lograr una victoria.

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1.- Citado en Charlotte Silver, “Palestinians launch mass hunger strike”, Electronic Intifada, April 17, 2017.

Elías Saadi

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