5/04 todos a tribunales. Nos encontramos a las 11 en el obelisco

Hace algunas semanas el Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional, emitió un nuevo dictamen (el segundo) que confirma lo que siempre dijimos: que el compañero Maxi “Mosqui” Cisneros está en condiciones físicas para volver a su puesto de trabajo, y que si no lo hace es sencillamente por una decisión de la patronal de mantenerlo aislado en el quincho de la fábrica.

Recordemos que el “Mosqui” viene peleando hace años por esto. Fue despedido en noviembre del 2011 cuando conformamos la Lista Naranja para presentar una alternativa antiburocrática y antipatronal en la elección de cuerpo de delegados. Con su despido se intentaba descabezar esta incipiente organización que después de muchos años cuestionaba los ataques de la patronal y la complicidad de la Violeta.

Luego de dos años de durísima pelea, que incluyó cortes de calle, actos en la puerta de la fábrica, movilizaciones a los Tribunales, y de conseguir un amplísimo apoyo de comisiones internas, cuerpos de delegados, sindicatos, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas, se consiguió su reincorporación efectiva en noviembre del 2013.Se demostró judicialmente; y así se reflejó en la sentencia, que el despido del “Mosqui” era parte de la política antisindical de la empresa, que no permite la libre organización de los trabajadores, y mucho menos, de los que cuestionan las condiciones de trabajo, el salario, el convenio flexibilizado, etc.; y que, además, afectaba un “derecho humano fundamental” como es el trabajo.

La empresa intentó atenuar este fuerte golpe enviándolo a trabajar en un depósito en Lanús, a 15 km. de la planta. Ante las denuncias que hicimos ante la Justicia y el Ministerio de Trabajo, tuvo que retroceder y que volviera a ingresar en la planta, pero con una nueva trampa: lo enviaron a cumplir tareas livianas en el quincho, aislado de sus compañeros, y con un “carcelero” que diariamente controla sus movimientos y los informa a Recursos Humanos. Ni siquiera fueron capaces de garantizarle condiciones mínimas como el horario o el acceso al comedor y los vestuarios.

Además, cotidianamente es víctima de una persecución brutal que se manifiesta en sanciones y suspensiones, descuentos de su salario, hostigamiento por parte de los líderes y de Recursos Humanos. Tratan de desgastarlo y de quebrarlo, de asfixiarlo con el aislamiento, de que se sienta afuera de la fábrica, y cortar los lazos de solidaridad con sus compañeros.

La patronal tiene un particular ensañamiento con el “Mosqui”: a ningún otro compañero lo sometieron a tanta persecución. Por eso, conseguir que vuelva a su puesto de trabajo sería un gran triunfo para todos los compañeros de la fábrica y del gremio: es demostrar que con la lucha se puede torcerle el brazo a la patronal, y esto posicionaría mejor a todos los compañeros para pelear contra las arbitrariedades cotidianas: contra los aprietes, las suspensiones, los despidos y para la próxima paritaria.

El papel de la Justicia

Si todo esto es posible, es porque la Justicia le viene regalando un tiempo precioso a la patronal. La sentencia de que Maxi debe volver a su puesto de trabajo es del año 2013, de hace ¡4 años!

El nuevo dictamen médico lo dice muy claro: “las imágenes de resonancia magnética de la columna lumbosacra y de la columna cervical del 2013 que se han adjuntado, no configuran patologías francas susceptibles de producir trastornos en las actividades de la vida cotidiana o laborativas (…) Se reiteran las conclusiones del informe anterior en el sentido de que, al momento del examen, MAXIMILIANO MARTÍN CISNEROS se encontró en condiciones de desempeñar las tareas de origen”.

Que quede claro: no estamos discutiendo si Maxi debe volver a su puesto. Eso lo dicen dos dictámenes médicos llevados adelante por el perito oficial, y el Cuerpo Médico Forense en dos oportunidades. Lo que tenemos que exigir es que la Justicia se deje de dar vueltas y que la patronal acate. Ya quedó demostrado que el despido fue antisindical y discriminatorio, que el compañero Maxi no tiene ninguna enfermedad que le impida estar con sus compañeros, que más hay que esperar?

Acompañemos al “Mosqui” a Tribunales

Estamos en esta dura pelea que lleva casi 6 años porque nos asiste la verdad y las pruebas en la Justicia. Ahora estamos ante la oportunidad de garantizar que eso se concrete. No dejemos que sigan dilatando una lucha que no pueden quebrar.

Tenemos la oportunidad de demostrarle a la patronal que no puede hacer lo que quiere con nosotros, que no somos material descartable, que peleamos por nuestro salario y el de nuestras familias, contra las flexibilizadas condiciones de trabajo en el gremio.

Es una oportunidad inmejorable porque estamos peleando en otras circunstancias, distintas a otros años. Porque después del “Mosqui” se produjeron otras reincorporaciones de compañeros luchadores como “Tehuelche”, y la semana pasada la del “Rony”, con quienes hemos compartimos la  pelea.  Pero sobre todo porque en el gremio no está más la Violeta, entregadora de una y mil luchas, sino la Lista Negra, que son compañeros luchadores que viene acompañando nuestro reclamo pero ahora es el momento de jugarse, porque falta el último empujón. Porque si el “Mosqui” gana ganamos todos y se fortalece aún más la perspectiva de echar a la Violeta de  su último reducto: Firestone.

Por todo esto, llamamos a los compañeros de la Directiva del Gremio, con Alejandro Crespo a la cabeza, a las seccionales recuperadas, a los delegados de las fábricas, a todos los trabajadores, a las organizaciones sindicales, sociales y políticas que quieran acompañar, a hacer una gran columna y marchar a la enésima audiencia a para exigirle a la Justicia y a la patronal que se concrete la vuelta de Maxi a su puesto de trabajo.

Con la fuerza de los trabajadores organizados, impóngales la derrota que vienen dilatando.

Nos encontramos a las 11 en Cerrito y diagonal norte. Obelisco del lado de Tribunales y marchamos a la Cámara Federal del Trabajo Lavalle Nº 1554

Lista Marrón 

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