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El conflicto de la gráfica AGR-Clarín ya suma 40 días. Una lucha heroica contra el ataque descargado por la dupla Magnetto-Macri para reventar el convenio, las conquistas y la organización combativa de la planta.

Ya lo hemos dicho en reiteradas oportunidades, la toma de la planta, las marchas, los cortes y piquetes, el bloqueo en Zepita, el fondo de lucha, los plenarios, en fin, todas las actividades desplegadas con gran combatividad por los trabajadores y apoyados por un sinnúmero de organizaciones, hasta ahora no han logrado lo que se busca: torcerles el brazo al matrimonio Clarín-Gobierno, obligando a la reincorporación de los despedidos y la reapertura de la planta.

Y esto se debe a que el conflicto no ha logrado transformarse en un hecho político nacional, es decir no ha llegado a ser un problema –un hierro candente- que deba ser solucionado por el gobierno y la patronal, no es una piedra en el zapato.

Desde el comienzo era una caracterización común decir “vamos a un conflicto largo y difícil”. Frente a esto, desde el Nuevo Mas dijimos que el ataque coordinado de Magnetto- Macri le daba al conflicto un carácter político y había que responder con una campaña política denunciando este matrimonio antiobrero y tirarles con todas las denuncias posibles, por ejemplo que Clarín-Magnetto y Macri comparten haber sido socios de la dictadura y también declarados antiobreros. Largar una campaña política tenía el objetivo de dialogar con amplios sectores que odian a Clarín y Macri, para ampliar la base de sustentación del conflicto, y lograr que se sumen al apoyo y la lucha para que triunfe AGR.

Pero también dijimos que eso no bastaba, que visto la coyuntura en la que se desarrolla el conflicto y su aislamiento era necesario endurecer las medidas, había que patear el tablero y dar un paso más allá, forzando el status quo en el que están contenidas las medidas.

El tiempo juega en contra, no a favor, ya son muchos días y pese a que se mantiene la pelea, las perspectivas no son claras.

Al cierre de esta edición venimos de la marcha a la Plaza de Mayo junto al sindicato gráfico y sus aliados peronistas. En primer lugar: no es la gran marcha política para denunciar la responsabilidad política del gobierno, ha sido una pequeña marcha sindical que entrega una nota en la mesa de entrada. No fue una acción disruptiva.

Al final de la marcha, Bravetti de la Naranja Gráfica manifestó: “la movilización convocada por la CGT será para el movimiento obrero combativo un terreno de disputa y de lucha política”, «nuestro planteo (y entiendo que vamos a tener un acuerdo) es que hay que armar una columna diferenciada, encabezada por los trabajadores de AGR, con un programa que nos delimite del intento de llevar al movimiento obrero detrás de programas hostiles a los trabajadores, de subsidios y beneficios a las patronales». Por su parte Pablo Viñas de AGR destacó: “la gran perspectiva del conflicto de la gráfica, en la medida en que empalma con un calentar motores, por abajo, en toda la masa trabajadora, que no se aguanta más a esta CGT y a su pasividad», así como con las nuevas ocupaciones, la lucha salarial de los docentes y la pelea contra la reforma laboral, «es la perspectiva de todo un movimiento obrero peleando contra el ajuste de Macri y de los gobernadores».

Desde el Nuevo MAS, al mismo tiempo que partimos del respeto a las decisiones soberanas de la asamblea de los compañeros de AGR, queremos debatir esta opiniones, con el derecho que nos ganamos por haber estado y estar desde el primer día en el acampe, en las marchas, impulsar el fondo de lucha, etc. Solo nos impulsa el interés de que AGR gane, opinamos que el conflicto entra en una etapa de definiciones, por eso hay que centrar el foco ‘en como ganamos’, ese debe ser nuestra obsesión, insistimos en que hay que ‘endurecer’ las medidas, hay que hacer algo que moleste, pero no para salir en la televisión, sino para joder a Magnetto y Macri, sino hacemos algo que cambie esta situación de “impasse”, corremos el riesgo de que siga todo igual, y nadie nos de bola.

Hablar de “disputa y lucha política con la CGT” o de la “gran perspectiva de empalmar con otras luchas”, pueden sonar bien a los oídos del PO pero también pueden hacer olvidar el “eje” de la cuestión, de “que hacemos para ganar en AGR”. Es hora de poner los pies sobre la tierra y dedicarnos a discutir las medidas para que dejen de dar vueltas, y lo decimos claramente, hay que hacer algo que mueva la estantería. Pongamos manos a la obra en esto y después se verá que hacemos con la marcha de la burocracia sindical, el PJ y los patrones del 7 de marzo.

Héctor “Chino” Heberling

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