Tras la enorme lucha nacional del último diciembre, y los rumores de  renuncia que lo rodearon, el ministro de Ciencia y Técnica Lino Barañao comenzó el año saliendo a la ofensiva, buscando derrotar a los trabajadores de la ciencia. Observa así la táctica del gobierno todo de Macri, que consiste en hacer pasar la mayor cantidad de ajustes brutales antes que se instale el clima electoral. Barañao ha cubierto todo el arco de ataques posibles: desde maniobras contra las organizaciones hasta provocaciones en los medios de comunicación, pasando por la ratificación de nuevos recortes en el sistema científico. Referimos a continuación algunos de ellos.

En primer lugar está el asunto de la implementación del acta acuerdo firmada en diciembre. Dicha acta establecía que los compañeros que se intentó expulsar del sistema a pesar de haber sido formados durante años y haber sido recomendados para ingresar a carrera de investigador serían reubicados en otros institutos y, “en la medida de lo posible”, en Conicet. Oportunamente, desde la corriente de Becarios del Nuevo MAS, cuestionamos los términos del acta, denunciando que no conseguía ni dar seguridad a los compañeros expulsados, convirtiendo una lucha nacional en cientos de pequeñas pujas,  ni frenar el ataque de conjunto al sistema científico que implicaba reducir casi a la mitad los ingresos a carrera. Ahora el gobierno se aprovecha de esta debilidad del acta para intentar fragmentar nuestras fuerzas. No sólo no quiso recibir a la totalidad de los representantes de los científicos en lucha en la primera mesa de negociación para la implementación del acta, desconociendo escandalosamente a la delegada de la asamblea de Córdoba, sino que ha puesto en tela de juicio el sentido de la existencia misma de dicha mesa: sostiene que resolverá caso por caso cada ingreso. Así, estará en mejores condiciones de presionar individualmente a cada compañero para que acepte lo que sea y no lo que le corresponde. ¡Es tarea de las decenas de asambleas regionales en todo el país organizarnos para quebrar esta maniobra y que todos los recomendados entren a carrera de investigador!

En segundo lugar, están las gravísimas noticias del nuevo llamado a carrera de investigador para el año que viene. El ministro y el Directorio de Conicet pretenden convertir el ajuste del año pasado en una regla. Se anunció que este año sólo entraran 450 investigadores, en oposición a los cerca de 900 que ingresaron en 2015. Peor aún, el 50% de esos cupos deberán ser cubiertos por investigaciones en “temas estratégicos”, es decir, desarrollos técnicos, por ejemplo, para el agro, la industria petrolífera o la farmacéutica; se  reducen así enormemente las chances de continuar investigando de aquéllos que hacen ciencia básica y especialmente humanidades.

La orientación del gobierno clara: desmantelar todo el sistema científico argentino. ¿Para qué formar cerca de 10.000 becarios durante 7 años o más si luego sólo una ínfima parte de éstos podrán continuar investigando? Frente a este interrogante, el ministro Barañao se ha extendido profusamente en la gira mediática que realizó en las últimas semanas, lo cual nos lleva a la tercera parte de sus ataques. Su respuesta ha consistido en insistir en que la ciencia argentina necesita un “cambio cultural”: los investigadores en formación deben convertirse en “emprendedores”  capaces de adaptar el conocimiento que producen a las necesidades del mercado. De este modo, los becarios expulsados por el sistema público de ciencia serán oportunamente absorbidos por diferentes empresas privadas. El cambio cultural no es, entonces, más que un avance más de la orientación mercantilista de la ciencia y la universidad: que el estado forme investigadores al servicio de la ganancia empresarial. De esta orientación se desprenden los últimos dichos del ministro, en los que acusa a los doctores de investigar lo que se les antoja desoyendo la “deuda moral” que tienen con la sociedad. ¡Nosotros le respondemos que no vamos a creernos el cuento de que desarrollar una patente para una farmacéutica o una empresa como Monsanto sea devolver nada a la sociedad sino todo lo contrario!

Frente a estas provocaciones globales los trabajadores de la ciencia venimos preparando hace semanas una respuesta nacional. El 1ro de Marzo, en la apertura de las sesiones parlamentarias, nos manifestaremos en todo el país, mostrando con ferias de ciencia que lo que hacemos es valioso y exigiendo que el ajuste se detenga y el ministro renuncie.

¡Movilicémonos en todo el país el 1ro de Marzo!

¡Basta de ajuste en Ciencia y Técnica!

¡Que los 500 despedidos ingresen a carrera!

¡Rechacemos la nueva convocatoria a carrera!

¡Fuera Barañao!

José Girolamo
Becario

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