El parque industrial de Neuquén se encuentra nuevamente conmocionado por el conflicto de las trabajadoras de la empresa Textil Neuquén, conflicto que ha despertado la simpatía de amplios sectores ante el panorama de ajuste y descontento creciente con el gobierno de Macri.

Esta fábrica está ubicada a escasos doscientos metros de dos importantes posiciones de la vanguardia obrera de Neuquén, Cerámica Neuquén (puesta a producir bajo gestión obrera en 2014) y la histórica Zanón. No es casualidad que los Huerta (patronal de la fábrica y dueños de los locales de ropa Amici) se hayan mancomunado con el gobierno y la patronal para llevarse las máquinas al tiempo que abandonaron la empresa, evidentemente quisieron evitar la puesta en pie de una nueva cooperativa obrera ante el cierre de la planta, extendiendo la experiencia de las gestiones obreras en el parque industrial de Neuquén.

Gutiérrez y Macri son cómplices del vaciamiento

Los Huerta montaron la fábrica con préstamos estatales que nunca pagaron. Uno de sus principales clientes fue, en estos diez años, el Estado provincial, confeccionando las obreras la ropa de la policía, trabajadores del EPAS y otros sectores. Esto pone sobre la mesa un debate insoslayable: el de la estatización de la planta, debate al cual el gobierno no pudo hacer oídos sordos, siendo noticia su negativa a la estatización, con la excusa de que «es un conflicto entre particulares». Lejos de esta perspectiva Gutiérrez exige el desalojo de la planta a cambio del pago de indemnizaciones y la promesa incierta de reubicación en otros sectores o cooperativas. Es una política que apunta a la fragmentación de las compañeras, que no ofrece ninguna garantía hacia el conjunto de las trabajadoras y que (como en el reciente caso de los petroleros de la zona, que mandaron a casa con la promesa de volver a tomarlos cuando se reactive el sector) puede terminar en el incumplimiento liso y llano por parte del gobierno.

¿Legalismo o estrategia de clase?

Hay otro aspecto que queremos plantear sobre la orientación del conflicto: la orientación sumamente legalista que ha imprimido el PTS a la lucha. El enfoque central ha sido que la patronal es «chorra» y las obreras tienen la ventaja de «no haber violado la ley», el reclamo central es a la patronal (la devolución de las máquinas), y el medio son los reclamos a la justicia, mesas de diálogo con la patronal con el gobierno de intermediario, además de los escraches a los locales de los Huerta. Un enfoque que pone al gobierno del MPN más como «mediador» que como responsable, salvándolo de pagar un costo político mayor en pleno año electoral y dándole mayores márgenes de maniobra.

¿Cómo seguir?

Después de 21 días de lucha, estamos en un momento político distinto. Las últimas semanas han generado un fuerte desgaste de la figura presidencial producto de los escándalos de corrupción y el brutal ajuste que está aplicando contra los sectores populares. Más que nunca hay condiciones para enfrentar al gobierno nacional y provincial, exigiéndole a los sindicatos que se pongan a la cabeza de las luchas, y denunciando con nombre y apellido a las patronales y los gobiernos nacional y provinciales que mancomunadamente avanzan con el ajuste contra los trabajadores.

Creemos que en este contexto, debemos organizar una gran movilización a casa de gobierno convocando a los sindicatos y sectores combativos del movimiento obrero y estudiantil, exigiendo a Gutiérrez una salida de fondo: la reapertura de la fábrica y su estatización bajo control obrero, al tiempo que nos preparamos para dos jornadas donde las trabajadoras tienen que ser protagonistas, el 7 en el marco de las movilizaciones de la CGT y el 8 en el paro internacional de mujeres que coincide con los 100 años de la revolución rusa de febrero, cuya chispa fue encendida por el paro de las heroicas obreras textiles de Petrogrado.

Sólo con esta política podemos hacer sangrar al gobierno, responsable político del ajuste, y presionarlo generando una relación de fuerzas favorable que nos permita triunfar, al tiempo que generamos lazos de unidad entre diferentes sectores para enfrentar el ajuste. A esta estrategia nos jugamos desde el Nuevo MAS.

Facundo M.

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