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Del capital golondrina al capital electrónico – Domingo Cavallo, Federico Sturzenegger y Arnold Schwarzenegger – El BCRA, una mina de oro en venta – Un pronóstico inexplicablemente optimista – Un pronóstico razonablemente pesimista – Combatir el lavado y asesorar lavadores en una sola persona – Designan un quintacolumnista – Un festival del cinismo y la ignorancia

 

El flamante ministro de Endeudamiento, Luis Caputo, prendió los motores. Nada de vacaciones en enero, como la gran mayoría del “equipo PRO”, incluido el jefe. A raspar la olla de dólares, que nadie sabe cuándo se acaba. Vayan sumando: 1) colocación de deuda en divisas, esta semana, en el exterior, por 5.000 millones de dólares; 2) licitación de 1.350 millones de dólares en Letras del Tesoro, a nivel local; 3) pronta emisión de otros 1.000 millones de dólares, en pesos, también local; 4) operación con un grupo de bancos (inversores internacionales y locales) por 6.000 millones de dólares a corto plazo; 5) Dujovne cerró en Davos un acuerdo con el BID para recibir 5.000 millones de dólares en cuatro años; 6) no se descartan nuevas emisiones en euros ni, por supuesto, recurrir al FMI. Ante la prensa, Caputo estimó las necesidades de endeudamiento 2017 en 40.000 millones de dólares, de los cuáles “sólo” 10.000 millones se tomarían en los mercados externos, y el resto en el interno, “para desarrollar el mercado de capitales local”. ¿No es genial? No es que nos endeudemos a lo bestia, sino que desarrollamos la plaza financiera argentina. Suena tan bonito que uno casi se olvida de que Cavallo dio exactamente el mismo argumento en los 90 para justificar que las AFJPs financiaran el déficit fiscal crónico de la era menemista. Abonando esta idea, Macri renunció a todo control de permanencia de capitales y abolió la norma que obligaba a los inversores a dejar sus fondos al menos 120 días. La gloriosa JP Morgan, agradecida, subió la deuda argentina de “mercado de frontera” a “emergente”. Y sigue la fiesta.

 

Hablando de teorías y prácticas de los 90, en el Banco Central ya están pensando en modificar la normativa que hoy pone un límite a las tenencias de deuda pública que pueden tener los bancos. Sucede que hoy el Estado se financia en parte con las Letras del BCRA (las famosas Lebac), pero eso, además de arruinar la reputación de “independencia” del organismo, se vuelve un instrumento tan peligroso e inmanejable (ya hay casi 700.000 millones de pesos emitidos, esto es, más de 40.000 millones de dólares) que Sturzenegger quiere empezar a acotarlo. Pasa que si las letras no las emite el BCRA (deuda “cuasifical”), las emite el Tesoro (deuda fiscal pura). Para tomar esa deuda es que los bancos tienen un límite, al que ya están llegando, lo que significa que si el Estado quiere endeudarse vía el Tesoro, y no vía el BCRA, hay que mover para arriba ese límite. ¿Quién había hecho esto antes? Adivinaron: Domingo Felipe Cavallo, que bien podría decir “I’ll be back” (regresaré), como Terminator.

 

Una más del BCRA. Resulta que como parte de sus operaciones para “ganar rentabilidad”, Sturzenegger se dedicó a vender reservas de oro: unas 13 toneladas (sobre un total de 61,5), esto es, unos 500 millones de dólares. Según las autoridades del Central, se trata de ventas y recompras a futuro, es decir, no una enajenación de patrimonio sino una simple transacción financiera. Pero si es así, ¿por qué, a diferencia de los datos oficiales, el FMI registra que Argentina pasó de tener 1,98 millones de onzas troy de oro (61,5 toneladas) a 1,82 millones de onzas (56,6 toneladas)? Es un 8% de diferencia, casi 5 toneladas menos, y el número que vale en los operadores internacionales, desde ya, es el del FMI (Ámbito Financiero, 16-1-17). Sabíamos que los PRO son casi la figura arquetípica del vendepatria, pero que empiecen a reventar las reservas de oro ya sería mucho, ¿no?

 

A todo esto, no sólo el BCRA sino varias consultoras hablan de que el crecimiento de 2017 se va a basar, entre otras cosas, en un “aumento del ingreso y del consumo”, pese a las advertencias anticonsumo del flamante jefe del Banco Nación, Javier González Fraga, el amigo de los pobres. Humildemente, desde aquí nos preguntamos: ¿de dónde cazzo sacan ese dato? Justo un día después de la desopilante conferencia de prensa de Macri, en la que entre cientos de disparates dijo que “en la Argentina está creciendo el empleo”, el propio INDEC reconoció que entre enero y septiembre de 2016 se perdieron 127.000 empleos en blanco (si sumamos los empleos en negro, la cuenta no debe bajar de 300.000). Seguimos preguntándonos: ¿por qué se van a recuperar los ingresos con paritarias que el gobierno quiere a la baja, cuyo modelo es el de los empleados públicos bonaerenses, a quienes Heidi Vidal les ofreció el 18% con una previsión de inflación del 25%?

 

Ya que estamos con ese tema, por favor que alguien le diga a Macri que deje de repetir estúpidamente eso de que “este año vamos a crecer después de cinco años sin crecimiento”. Le pasamos los datos del PBI del INDEC oficial, incluida la revisión de años anteriores y publicada en junio pasado, por si no los tiene: 2011, +6,1%; 2012, -1,1%; 2013, +2,3%; 2014, -2,6%; 2015, +2,4%. Esto es, tres años de suba y dos de moderada caída. Gracias a Macri, en 2016 el PBI cayó de nuevo más del 2%. Y en cuanto a los delirantes pronósticos optimistas oficiales para este año, gente un poco más realista, como el FMI: volvió a revisarlo a la baja, con un modestísimo 2,2%, inferior al de 2015 bajo el kirchnerismo. Los “brotes verdes” viven en el mismo país que la “lluvia de inversiones”. Ese país no es Argentina, sino Disneylandia.

 

Cerramos con la sección inaugurada la columna pasada, que bautizamos provisoriamente “los imPROsentables”. Dos botoncitos de muestra. Primero: al coordinador nacional para el Combate del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo, Juan Félix Marteau, la Oficina Anticorrupción (OA) le prohibió actuar como abogado particular en el área de… lavado de activos. Resulta que este mamarracho, que antes de ser funcionario se dedicaba a asesorar a sospechosos de lavar activos, después de ser designado “combatiente” oficial contra el delito que ayudaba a cometer ¡seguía alegremente asesorando a sus clientes privados a esquivar las acciones de su propio organismo! ¡Y el no menos mamarracho de Laura Alonso, titular de la OA, en vez de eyectar de una sola patada a este caradura, se limita a recordarle, como si fuera un niño travieso o tonto, que “no puede actuar como abogado particular asesorando o prestando servicios profesionales a personas sospechadas de lavado de activos”!

Segundo: el ministro de Hacienda Dujovne designó como representante del país en el Fondo Monetario Internacional a Gabriel Lopetegui (si tiene o no parentesco, y cuál, con Gustavo Lopetegui, el vicejefe de gabinete, es algo que nadie se molestó en aclarar). Ahora bien, este Lopetegui es ejecutivo del FMI desde el año 2000 (antes había sido funcionario y consultor con connotados menemistas), y está radicado en Washington. Fue economista del Fondo para Venezuela y Bahamas, fue subjefe de la división Centroamérica, encabezó las misiones del FMI a Bolivia y Paraguay y desde hace años está a cargo de capacitar funcionarios del Fondo para la división Europa y Medio Oriente. Francamente, ¿no era más fácil y honesto decir “el FMI designó su representante en el gobierno argentino”?

 

Frase PROtuda de la semana: otra vez premio compartido. Sí, son algo viejitas y conocidas, pero queríamos dejar constancia escrita del talento comunicacional de nuestros gobernantes. Aquí van:

“En tus vacaciones, vení a disfrutar de la provincia [de Buenos Aires], de sus playas y su gente”. Eso pedía la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en infinitos spots televisivos oficiales, semanas antes de irse a México, a disfrutar de sus playas mexicanas y su gente mexicana. Y vaya que disfrutó: ni las inundaciones lograron sacarla de allí.

“Seamos precisos. Hay un grupo inversor que quiere hacer un desarrollo… (pausa) no sé bien dónde queda…” . A las trompadas con la coherencia, igual Mauricio Macri salió en defensa de su amigo terrateniente británico Joe Lewis. Ah, la contradicción flagrante entre una oración y la siguiente fue cuidadosamente editada por la agencia oficial Télam y el diario Clarín, que no publicaron esta nueva muestra de la información precisa y la facilidad de palabra que caracterizan al primer mandatario.

Marcelo Yunes

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