Una cuestión de alto valor simbólico y político ocurrió en la reciente marcha de Congreso a Plazo de Mayo el martes pasado: el estreno del nuevo frente electoral entre nuestro partido y el MST justamente en el 15° aniversario de la rebelión popular.

La movilización y acto en la Plaza dieron lugar a una intensa discusión entre los convocantes. Básicamente: el FIT y nuestro nuevo frente.

Por nuestra parte, dado el peso del aniversario, opinábamos que correspondía hacer un acto más político; finalmente se acordó un formato dándoles más peso a los dirigentes sindicales independientes; por nuestro partido tenemos el orgullo de decir que fue orador Roberto Álvarez, secretario general de la comisión interna de la Pilkintong.

De todas maneras, la naturaleza política de la fecha se vio reflejada en la circunstancia de sus convocantes: los dos frentes de la izquierda que existen en nuestro país.

Es ese el contexto que expresó tanto la presentación en sociedad mediante una hermosa columna de la Izquierda al Frente por el socialismo como las tensiones que se vivieron en la Plaza de Mayo, sobre todo con el Partido Obrero.

Es que a los integrantes del FIT les cuesta reconocer su entera responsabilidad en esta división; el haber actuado como si nadie más existiera, el haber sido por tres elecciones consecutivas gendarmes de la ley proscriptiva en el seno de la izquierda.

Ahora la cosa ya está; se deberá hacer la experiencia en las próximas elecciones y ver qué sale de ese resultado.

La Izquierda al Frente por el socialismo está dando sus primeros pasos; se debe avanzar con “pies de plomo”: defender el programa y el manifiesto político tan progresivos que acordamos.

Un frente de estricta independencia política de los trabajadores que viene transitando sus primeros meses de manera fraterna, respetando los acuerdos y que deberá ir verificando en la lucha de clases concreta en qué medida la experiencia se desarrollará; no conviene anticiparse a la experiencia misma.

De ahí que estemos felices de esta primera exitosa intervención común en la marcha a la Plaza de Mayo, donde la IFS fue, evidentemente, una de sus columnas principales, lo mismo que en otras partes del país como Córdoba, el Comahue, etcétera.

Paso a paso, verificando acuerdos políticos y en la lucha de clases, haciendo la experiencia, pasando, claro está, por la prueba electoral, se podrán ir viendo los alcances del frente mismo, sus potencialidades.

Por ahora se trata que toda la militancia de la Izquierda al Frente por el socialismo festejemos este primer éxito: haber hecho nuestra primera acción común en el aniversario de la rebelión popular, nada menos.

J.L.R.

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