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A pesar de la derrota, jornada histórica del movimiento estudiantil cordobés

 

Queremos comenzar este balance señalando que la enorme jornada de lucha estudiantil del 15 de diciembre, lamentablemente saldada con derrota, coincidió con el sexto aniversario de la movilización reprimida junto a la aprobación de la Ley Educativa Provincial 8113, privatista y clerical, de Schiaretti, terminando así el Estudiantazo del 2010. La jornada de lucha de ayer fue la culminación de un proceso gestado durante varios meses, cuyos puntos más altos fueron ella misma y la toma del Pabellón Argentina en noviembre.

 

Breve cronología de una lucha de alcances nacionales

 

Se puede remontar el origen de esta pelea a la asunción del rector morado-radical-macrista Hugo Juri al frente de la UNC este año. Desde ese preciso momento comenzó a gestarse la aplicación de reformas que son la versión universitaria de la política macrista.

Los cambios constaban de dos ejes: una contrarreforma política y una académica. El aspecto político: la implementación de un nuevo método para elegir rector y decanos, la “elección directa” ponderada por claustros con un 50% para el claustro docente (hoy se elige de forma indirecta, a través de los consejos Superior y Directivo respectivamente, con prácticamente la misma ponderación) y de la integración del “Consejo Social Consultivo” al Consejo Superior con voz y voto. Esto implicaba integrar de forma directa y sin disimulo a empresarios, burócratas sindicales y personajes de la misma laya a las decisiones más importantes de la UNC. Señalemos que las “ponderaciones” han estado al servicio de perpetuar en el poder a una pequeña camarilla que ha sido la garante de la aplicación de las políticas privatistas y mercantilizadoras en las universidades del país.

La reforma académica consta de la aplicación de diversas medidas pro empresariales: la del “compromiso social estudiantil” (propuesta por los mercenarios de la Franja Morada), que obliga a los estudiantes a trabajar gratuitamente para empresarios para poder recibirse, y la del “sistema de créditos”, que les pone un puntaje a todas las materias y según dicho puntaje puede recibirse cada estudiante.

Pasando los meses, a pesar de que se anunciaba el avance de las contrarreformas, parecía no volar ni una mosca. La Bisagra (agrupación K, conducción de 7 centros de estudiantes) y La Mella no decían ni una palabra al respecto. Es su entera responsabilidad, siendo ellos las principales conducciones estudiantiles, que esta lucha se haya desarrollado recién en las últimas semanas de clases. Sobre todo La Bisagra apostó hasta el final a poder negociar en la propia Asamblea Universitaria con Juri una salida a la “reforma política” en la que ellos pudieran volver a aspirar al rectorado. Buscaban incluir una ponderación por facultades (“doble ponderación” actualmente vigente en el Superior y en la Asamblea Universitaria) en la que las facultades donde ellos son mayoría (Filo, Artes, FAMAF, Psicología, etc.) no quedaran desdibujadas frente a las más grandes, históricamente gestionadas por radicales (Médicas, Derecho, Económicas). Bajo ningún punto de vista se les ocurrió cuestionar el régimen de camarillas como tal (tampoco a la “izquierda popular” de La Mella).

Paradójicamente, el mismo año en que pierden el Rectorado triunfa en la Federación Universitaria de Córdoba un frente entre La Bisagra, La Mella y Sur. Este hecho casi coincide con el giro político de las dos primeras. En octubre fueron las primeras movilizaciones unificadas entre ellos y la izquierda. Las negociaciones habían fracasado. Juri estaba dispuesto a avanzar sin ningún tipo de discusión con ellos para garantizarse el rectorado. La Asamblea Universitaria que aplicaría las reformas ya tenía fecha para el 19 de noviembre en el Pabellón Argentina: el Pabellón fue tomado y la Asamblea de la gestión quedó trunca.

Ese día se cometió un grave error. Se había logrado imponerle a Juri una “mesa de diálogo” además de la suspensión de la Asamblea. Apostando nuevamente a la negociación por arriba, La Mella y La Bisagra lograron hacer votar en una importante Asamblea interclaustros el levantamiento de la toma y una “mesa de diálogo” compuesta sólo por ellos, con 500 votos contra 300 de toda la izquierda (menos el FIT) y decenas de independientes. Finalmente, la política del “diálogo” sin medida de fuerza fue un fracaso. Juri no cedió nada y convocó a una nueva sesión de la Asamblea Universitaria para el 15 de diciembre.

 

La política de la Unidad de acción puesta a prueba

 

Cuando asumió Macri, desde el Nuevo MAS adoptamos la definición de que el giro en la situación nacional imponía un giro en la táctica política. Había asumido un nuevo gobierno que pretendía cerrar la etapa abierta con la rebelión popular del 2001 de una vez y para siempre, tarea que el kirchnerismo no pudo terminar. Ante cada ataque del gobierno se nos impone la unidad de acción con todo aquel que quiera enfrentarlo, incluidas las organizaciones kirchneristas, burocráticas, etc. Es un grave error depositar expectativas en que estas organizaciones vayan hasta el final, por supuesto. Más aún lo sería darles algún tipo de apoyo político, siendo el kirchnerismo (o el ex kirchnerismo en desbandada) y las burocracias sindicales claros cómplices de la “gobernabilidad” macrista. Pero esto no se contradice con la necesidad de golpear juntos. Es una imposición de la realidad.

Asimilar verbalmente una orientación de unidad de acción con un apoyo político a las organizaciones con las que se hace dicha unidad es sólo confundir a propios y ajenos. Esta confusión sobre nuestra política, deliberadamente difundida por el PO, sólo puede servir para debilitarse a uno mismo. Para ellos (según convenga, por supuesto), unidad de acción y apoyo político son una sola y misma cosa. La táctica de la unidad de acción se trata de fortalecer las luchas con la participación de diversas corrientes, a la vez que se intenta socavar las bases y puntos de apoyo de las direcciones oportunistas demostrando su inconsecuencia, enfrentando cada traición y mostrando sus compromisos con la “gobernabilidad” capitalista. Esta política fue enfrentada por el FIT todo este año, sobre todo el PO.

El más importante polo de referencia de izquierda alternativo a La Bisagra y La Mella (que actuaron como una misma cosa) en esta lucha fue nuestro frente La Trinchera, surgido en las elecciones de junio y compuesto por el Nuevo MAS, el FIT, CAUCE, otras agrupaciones locales y muchos compañeros independientes. Podemos decir con toda seguridad que lograr instalar el frente como referencia fue una batalla contra la política sectaria y autorreferencial del FIT. Sobre todo, en este caso, del PTS. Frente a la primera medida de lucha que frenó a Juri y sumó a cientos de nuevos compañeros a la lucha: evitar la sesión del 19 de noviembre, los compañeros propusieron a La Trinchera… no participar. Aunque suene ridículo, así fue. Su argumento fue aún más desopilante. Planteaban que los medios sólo reflejarían la participación de los K, entonces había que marginarse de las medidas de lucha reales y hacer un corte de calle marginal de la izquierda en soledad mientras quienes evitaban de forma efectiva la sesión serían La Bisagra y La Mella. Semejante orientación sólo hubiera servido para arrojarse dinamita a los propios pies y aislarse del movimiento estudiantil. Afortunadamente, quedaron en minoría.

Sin embargo, esta polémica fue una constante en todo el proceso con todas las organizaciones del FIT.

Cuando se tomó el Pabellón Argentina, los compañeros proponían a La Trinchera un comunicado que planteaba que la toma era para imponer “los intereses de La Bisagra”. Nuestra posición (junto a los compañeros de CAUCE, los independientes y otras agrupaciones) fue que había que llenar de estudiantes la toma, que era imperioso exigir la realización de Asambleas, etc. Esta política fue la que nos permitió dar una pelea en la Asamblea del 19 de noviembre para mantener la toma algunos días hasta afianzar el triunfo. El presidente de la FUBA, en una nota recientemente difundida por el PO, festeja que ese día La Trinchera agrupó a unos 300 compañeros con sus mociones. Se olvida de contar que no había ni una organización del FIT presente, todos ellos sin excepción estaban en su acto de Atlanta. Debería el compañero, en todo caso, felicitar a las organizaciones e independientes que sí estábamos ahí dando pelea.

 

Una gran jornada de lucha

 

El 15 de diciembre sufrimos una derrota. La Asamblea Universitaria logró sesionar. Sin embargo, el saldo es mucho más rico y complejo. Veamos por qué. La primera convocatoria fue en el campo escuela de Agronomía, a 25 km de Córdoba Capital. Dos días antes la gestión anunciaba dos nuevas sedes, el Complejo Ferial y el Hospital de Clínicas. Esta maniobra fue gestada frente a la voluntad del movimiento estudiantil, que se preparaba para evitar la asamblea. Con una convocatoria a las 8 en el campo escuela, otra 9.30 en Ferial y otra a las 11 en el Clínicas pretendían dispersar las fuerzas estudiantiles para así garantizar la sesión.

Sin embargo, se logró hacer un inmenso despliegue organizativo que logró garantizar delegaciones de varios cientos de compañeros en cada uno de los lugares de la posible sesión. Éste fue preparado en la llamada “Coordinadora en defensa de la educación pública”. Diremos algunas palabras sobre ella. Surgió de una moción en una asamblea para supuestamente aplicar los mandatos de base y estaba compuesta por las organizaciones que participaban de la lucha junto a compañeros independientes. Sin embargo, fue terreno de diversas maniobras burocráticas por parte de La Bisagra y La Mella, que desconocieron mandatos de asamblea y acuerdos hechos en la Coordinadora misma. Nuestra política fue participar de ella para disputar su orientación y asegurar la participación de la izquierda en cada medida realizada. Consideramos que fue un acierto hacer esto, pues así logramos ser parte activa de la organización del 15 de diciembre a pesar de ser víctimas reiteradas veces de diversas maniobras y aparateadas.

Claramente, no fue esta la posición del FIT, que se tuvo que sumar sobre el final para no quedar completamente marginado. El día definitorio fue una enorme novedad para todo el movimiento estudiantil. Hasta ahora, jamás se había realizado una Asamblea Universitaria hecha a kilómetros y fuera de los días de clase. ¡Enorme antecedente!

El mismo 15, cientos de compañeros se juntaron a las 3 de la mañana en el Pabellón Argentina para desde ahí distribuir fuerzas en los diversos puntos de la posible sesión. La primera parada fue en el campo escuela, donde a pesar de la presencia de la policía, la Franja y sus patotas alquiladas, nada pudieron hacer. Habíamos llegado allí en una caravana de unos 50 autos. Cuando fue evidente que allí no sesionarían, las fuerzas fueron volcadas al Complejo Ferial, enorme terreno muy difícil de cubrir en su totalidad. En ese lugar se dieron algunas de las imágenes más impactantes del día. Había cordones de compañeros en cada uno de los accesos, enfrentados a los cordones de un importante operativo policial. Uno de ellos frente a un cordón policial con perros y caballería, tenía varios cientos de metros de largo. Allí, a fuerza de imposición policial, lograron sesionar. Después de eso, nuevamente de a muchos cientos, hicimos un corte y acto en Colón y Gral. Paz, importante centro neurálgico de Córdoba.

Las consecuencias de la derrota aún están por verse, pues el saldo es contradictorio. Dependerá de un conjunto de factores. Posiblemente la primera consecuencia será cierta dispersión y desmoralización, más teniendo en cuenta que entramos en período vacacional y muchos compañeros sacarán conclusiones de forma individual, aislados del resto. Sin embargo, la pelea contra Juri y el macrismo en general tendrá nuevos capítulos el año que viene y dependerá de su evolución, de su relación con la situación universitaria, las posibilidades de desarrollo del movimiento estudiantil en el mediano plazo.

Hay algo que es seguro. Esta lucha ha quedado grabada a fuego en la conciencia de cientos de estudiantes que hicieron sus primeras armas en ella y este caudal potencial puede ser importante en un futuro cercano.

 

¡YA BASTA!-Nuevo MAS

Universidad Nacional de Córdoba

 

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