Carta abierta del Nuevo MAS a los simpatizantes de la izquierda

Macri se apresta a completar su primer año de gestión. Doce meses donde la tónica estuvo dada por un duro ajuste económico y medidas reaccionarias en todos los órdenes. El salario real se redujo un 10%. Los despidos aumentaron dejando decenas de miles de trabajadores en la calle. Se intento desconocer el número de desaparecidos bajo la dictadura militar y detener a Hebe de Bonafini. Se han puesto en marcha medidas de privatización de la salud y la educación. No se ha dado una sola respuesta a un país entero que reclama #NiUnaMenos.

Todo esto no es casual. Se trata de un gobierno representante directo del empresariado y el imperialismo, que viene a llevar adelante el trabajo que el kirchnerismo no supo completar. La realidad es que los esposos K vinieron a “emparchar” la Argentina capitalista después de la rebelión del 2001; no tomaron ninguna medida de fondo que cuestionara el sistema imperante.

Macri expresa un giro conservador. Apuesta por una política de libre mercado y “apertura al mundo” que significa un duro ajuste económico y medidas antipopulares en todos los órdenes. Un gobierno de CEOs y empresarios que son el regocijo de la burguesía y el imperialismo.

No sólo lo apoyan la patronal y los gobiernos imperialistas. La Iglesia Católica se ha transformado en un actor de primer orden para garantizar la gobernabilidad. En el mismo sentido actúa la mal llamada “oposición”: desde el Frente Renovador de Massa, pasando por los gobernadores del PJ e, incluso el kirchnerismo y la misma Cristina, todas las fuerzas políticas patronales trabajan para que al gobierno de Cambiemos “le vaya bien” facilitando la aprobación de la mayoría de sus leyes en el Congreso.

Un actor fundamental en la estabilidad de Macri es la burocracia sindical. Como acaban de justificarse los dirigentes cegetistas, “no quieren quedar como los chicos malos que le hacen un paro al gobierno”. Es por eso que entregaron el paro general a cambio de migajas (el bono de fin de año y concesiones menores).

Se trata de un acuerdo vergonzoso que ha dejado el salario real un 10% por detrás de la inflación, que ha posibilitado que pasen 120.000 despidos formales (por no hablar de aquellos que están en negro) y que ha cajoneado el reclamo de la eliminación del impuesto al trabajo. Estas medidas tampoco han sido enfrentadas consecuentemente por las dos CTA que, si pusieron en pie una Marcha Federal exitosa a comienzos de septiembre, de todas maneras dejaron pasar despidos y paritarias a la baja entre los estatales y docentes.

Sin embargo, desde abajo crecen las luchas. La bronca contra el gobierno aumenta. Se inicia la experiencia con Macri. Los cacerolazos contra los aumentos de las tarifas fueron una expresión de esta bronca que crece. Hay paros. Incluso algunas luchas se ponen duras, como la de los colectiveros de la línea ESTE en La Plata, que debieron enfrentar al gobierno y los propios burócratas de la UTA.

Además, el movimiento de mujeres se encuentra más activo que nunca. Se viene de realizar un histórico Encuentro en Rosario con 90.000 mujeres, así como de protagonizar el primer “Paro de Mujeres” en la historia del país. También se muestra activo el movimiento estudiantil, como se pudo apreciar en la rebelión educativa contra el ajuste en la educación.

Lo concreto es que más allá de las intenciones de Macri, las relaciones de fuerza entre los trabajadores y el gobierno no han sido probadas. La Argentina sigue siendo un país movilizado. Hubo casos de represión a las luchas en varias provincias del interior (como Tierra del Fuego y otras, gobernadas por el kirchnerismo), pero el protocolo anti protesta no pudo ser aplicado.

En este contexto, las principales tareas de la izquierda en el próximo período, son impulsar la unidad de acción en las luchas para derrotar a Macri, su ajuste y los ataques reaccionarios que está llevando adelante, así como presentar en el 2017 una alternativa política independiente tanto de Cambiemos como del kirchnerismo y demás fuerzas patronales.

Esto le plantea grandes responsabilidades a la izquierda. La izquierda argentina vive un proceso contradictorio. Nos venimos fortaleciendo, acumulando inserción entre los trabajadores, el movimiento de mujeres y la juventud. Incluso hemos logrado éxitos electorales.

Sin embargo, el Frente de Izquierda (FIT) ha venido actuando como un permanente factor de división en vez de unión (¡división multiplicada por los enfrentamientos entre el PO y el PTS!), tanto en las luchas como en el terreno electoral. Su actuación es tan autorreferencial, que en cada una de las expresiones de la lucha (movimiento de mujeres, obrero y estudiantil), trabajan para dividir y no para unir.

No es algo que afirmemos sólo nosotros; es la opinión compartida de una gran porción de los simpatizantes de la izquierda, que están hartos que el punto de referencia de los integrantes del FIT, nunca sean los intereses generales de los explotados y oprimidos.

Lo mismo ocurre en el terreno electoral. El Frente de Izquierda se corta solo. Se ampara en la cláusula proscriptiva del 1,5% para monopolizar artificialmente la representación de la izquierda; para autoproclamarse “la única izquierda”. De manera profundamente oportunista, no denuncia el escandaloso régimen electoral reaccionario que introdujera el kirchnerismo y defienden todas las fuerzas patronales. Un régimen electoral que tiene como uno de sus objetivos, proscribir a la propia izquierda.

De ahí que los múltiples llamados unitarios que le hemos hecho desde nuestro partido, nunca hayan tenido respuesta. Incluso ahora mismo, anticipándose a la apertura de la coyuntura electoral, vuelven a cortarse solos convocando a un acto en el estadio de Atlanta a puertas cerradas, dejando afuera al resto de las organizaciones del sector.

La pelea por la independencia política de los trabajadores es una lucha histórica de toda la izquierda en nuestro país. Es un error que intente ser monopolizada por una sola de sus expresiones; esto debilita dicha pelea.

En la coyuntura creada por el nuevo gobierno de Macri, y a pesar de las importantes diferencias políticas que tenemos entre las distintas organizaciones, no deberían existir obstáculos para que podamos avanzar en una alternativa unificada.

Sin embargo, si el PO y el PTS siguen negándose a la unidad, nuestro partido pondrá empeño en conformar otro frente de la izquierda socialista, esto sobre la base de las definiciones generales contenidas en esta carta, y con el objetivo estratégico de plantear que la Argentina sea gobernada por los que nunca gobernaron: los trabajadores en la perspectiva del socialismo.

De ahí que hagamos este llamado a los simpatizantes de la izquierda, convocándolos a luchar juntos por la unidad de la izquierda.

Nuestro partido se apresta a multiplicar su actividad para apoyar cada lucha contra Macri y colaborar para que una porción creciente de los trabajadores, las mujeres y la juventud avance en la independencia política de clase y en el relanzamiento de la lucha por el socialismo; si lo hacemos juntos será mucho mejor.

Manuela Castañeira, Héctor Heberling, Alcides Christiansen, Jorge Ayala, Eduardo Mulhal, Marina Alonso, Martín González Bayón, Eric Simonetti, Julia Di Santi, María Hidalgo Robles, 

8 de noviembre del 2016.

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