Entre “solicitud” o “recomendación” de la ONU, el gobierno sigue manteniendo presa a Milagro Sala

 

La resolución de la ONU solicitando al gobierno argentino la inmediata libertad de Milagro Sala puso nuevamente en la escena política la detención de la referente kirchnerista de los movimientos sociales jujeños.

La excusa en los términos del secretario de Derechos Humanos Avruj es que es una “recomendación no vinculante”, con lo cual da a entender que con la aprobación o no de la ONU la van a seguir manteniendo presa.

Esta dureza del gobierno nacional y provincial de Gerardo Morales hacia la primera presa política de la actual gestión no es casualidad. Su detención fue el primer manotazo represivo hacia una figura del movimiento popular para hacer “tronar el escarmiento”. Escarmiento que quieren imponer hacia todos los trabajadores y sectores populares que salgan a pelear. Detención que, sin entrar en ningún galimatías jurídico, intenta sentar un precedente hacia la protesta en una de las provincias más pobres y castigadas del país. Por eso los trabajadores, las mujeres, la juventud y todos los sectores explotados, junto a las organizaciones de izquierda y democráticas, debemos ponernos en primera fila en la lucha por su libertad. Su detención no es una cuestión jurídica ni para dirimir negocios mal habidos. De esta cuestión es el movimiento popular al que deberá rendir cuentas la dirigente de la Tupac Amaru y no a la justicia patronal. Su detención es contra el derecho a la protesta y a la organización, en este caso de un sector de los más castigados por la miseria.

Desde el Nuevo MAS nos sumamos una vez más al reclamo, en unidad con todos los sectores sindicales y políticos que así lo levanten.

 

La política al servicio de una necesidad

 

Parte de un debate en la izquierda y entre los compañeros del FIT, por parte del PO, es el de la unidad de acción con los sectores K para reclamar la libertad de Milagro Sala. Como lo expresan en el documento convocante del acto de Atlanta: “Asimismo, reclamamos la libertad inmediata de Milagro Sala”, pero durante el transcurso del año se han opuesto consecuentemente a unirse en la pelea común por este reclamo democrático.

Decimos, desde estas páginas: si no llamamos a las corrientes K a la unidad en la acción por la libertad de Milagro Sala, ¿cómo podemos avanzar en la lucha por su libertad? A menos que nos metamos en un frasquito no contaminante los que somos de izquierda, ¿cómo vamos a demostrar a los trabajadores y los jóvenes peronistas, independientes o de otras organizaciones políticas, que realmente queremos luchar por su libertad? ¿cómo vamos a discutirles sino es en base a una lucha común, con sus avances y contratiempos, nuestras posiciones antipatronales y clasistas? Las únicas conquistas democráticas que se pueden lograr, bajo un gobierno dictatorial o reaccionario más aún, son con la más amplia unidad de acción. Sin esa imprescindible unidad no salimos de los lindos deseos.

 

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