El pasado viernes 28 de Octubre se reunieron frente a Congreso miles de científicos, investigadores becarios, estudiantes y docentes para reclamar por el brutal ajuste que se quiere imponer sobre la ciencia, la tecnología y la Universidad, mediante el voto de presupuesto a la baja para el período 2017. La situación de la ciencia en Argentina es alarmante desde hace décadas, motivo por el cual han aparecido en los últimos años organizaciones de científicos y becarios para reclamar por su derechos laborales. La propuesta del macrismo, en un contexto inflacionario como el que vivimos, es de un ahogo presupuestario tal que empuja a la ciencia argentina al borde de la extinción. Es una historia que ya conocemos; la fuga de cerebros, el famoso “los científicos a lavar los platos”, los científicos manejando taxis o directamente desempleados en los 90, etc. En este sentido, cabe destacar los desafortunados dichos del ministro Lino Barañao, quien recientemente declaró con indignación que en Argentina sobran los científicos, ya que aquellos que se han formado en el país insisten en quedarse y desarrollarse profesionalmente en sus lugares de trabajo en lugar “escapar” a universidades extranjeras para poder trabajar.

El presupuesto votado en 2015 para este año destinaba un 0,75% del presupuesto nacional para ciencia y tecnología e implica un sistema en el cual la gran mayoría de los científicos trabaja en negro, bajo la forma de becas que no dan estabilidad laboral alguna, pues duran sólo unos años, ni otorgan derechos laborales que corresponden a cualquier trabajador en relación de dependencia. Mediante la organización y medidas de fuerza se consiguieron en los últimos años algunas mejoras en este sentido. El problema de fondo es que no se reconoce como un trabajo a la investigación científica, hecho que deja a los becarios sin posibilidad de recibir aguinaldo, de que se hagan los aportes correspondientes y sin salarios familiares. Si bien no se ha avanzado en este sentido, mediante la lucha se consiguió el derecho básico a la obra social y a cierta prolijidad en los aumentos “salariales” o, deberíamos decir, de estipendios. Particularmente, después de movilizarse intensamente, los becarios UBA lograron un acuerdo mediante el cual serían incluidos en la paritaria correspondiente a docentes universitarios.  El presupuesto para el Ministerio de Ciencia y Tecnología viene en picada desde 2014, pero el golpe que representa para todos los trabajadores precarizados de la ciencia y la tecnología que se recorte del ya mísero 0,75% al 0,59% que propone el macrismo –que por cierto sería el menor porcentaje otorgado desde la creación del Ministerio de Ciencia- es de consecuencias gravísimas.

Como mencionábamos, la lucha de becarios e investigadores es de larga data, ha realizado ya diversas manifestaciones a lo largo del año frente a Ministerio de Ciencia y Tecnología y frente a otros organismos. Estrechando lazos con otros sectores del sistema educativo que se encuentran frente a los mismos ataques macristas, los investigadores lanzaron la convocatoria del pasado viernes y juntaron previamente un petitorio con más de 25.000 firmas para frenar el plan de ahogo presupuestario. Entre otras medidas de visibilización del conflicto y apelando a las formas de comunicación más modernas, se armaron campañas de fotos y videos en los que científicos explican a qué se dedican. El cierre de sus investigaciones implicaría que se dejen de estudiar enfermedades de transmisión sexual y campañas de prevención, el sexismo en los medios de comunicación, la contaminación viral en los alimentos, hepatitis B, técnicas de fertilidad en el suelo argentino, etc. Todas las investigaciones son públicas y pueden verse en las páginas de los diversos institutos de investigación. Se trata de la producción de conocimiento específico para la Argentina, atendiendo a los problemas de su comunidad y su sistema productivo. La ciencia y el desarrollo de las fuerzas productivas es un acervo de la humanidad, pero su realización implica un arraigo en una comunidad específica con problemáticas específicas. Y a pesar de los años de desinversión y de las pésimas condiciones laborales, la ciencia argentina es de un nivel internacional muy reconocido. Sin ir más lejos, en la edición del 28 de octubre de la revista Science, reconocida internacionalmente como una de las más importantes revistas de divulgación científica, fueron publicados dos estudios argentinos. Uno a cargo del doctor en Biología Alejandro Schinder, jefe del Laboratorio de Plasticidad Neuronal del Instituto Leloir, devela los mecanismos neuronales del aprendizaje en adultos. El otro, encabezado por el vicedirector del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura y jefe del Laboratorio de Fisiología Molecular de Plantas del Instituto Leloir, Jorge Casal. Su trabajo identificó por primera vez que un conocido receptor lumínico de los vegetales también actúa como sensor de temperatura, ampliando la precisión de la información de las condiciones ambientales de las plantas.

El tema ha tomado nuevamente vitalidad  frente a los bochornosos dichos del ex ministro K y actual ministro PRO de Ciencia y Tecnología Lino Barañao quien, frente a la Cámara de Diputados, sostuvo que “Es un problema inverso, de rebalse, porque los investigadores no se van. Como hemos creado condiciones adecuadas, ya tienen 30 años, familia, y dicen: ‘¿ahora me tengo que ir?’, ‘si tengo todo acá’, ‘tengo laboratorio, sigo trabajando’. Eso es tremendamente nocivo.”[1] Estamos frente a un plan político de vaciamiento de la ciencia argentina empezando por atacar las condiciones de trabajo. Al cierre de esta edición hay entre 410 y 450 de investigadores concursados para entrar en CONICET que no tienen nombramiento por falta de presupuesto y no se sabe cuándo entrarán en carrera.

Hay que seguir movilizados en la calle para pararle la mano a este gobierno reaccionario que viene con todo, con convocatorias amplias y que ataquen directamente al poder político que quiere llevar adelante estos planes ajustadores.

 

 

Violeta Roble

[1] http://www.politicargentina.com/notas/201610/17249-insolito-el-ministro-de-ciencia-y-tecnologia-pidio-fomentar-que-los-cientificos-se-vayan-del-pais.html

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