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Altos de San Lorenzo de La Plata es un barrio que en los últimos tiempos sufrió el desarraigo y el abandono por parte del Estado a nivel municipal y provincial, y quienes más sufren esta situación son los chicos y chicas que viven, juegan, estudian y crecen en el barrio.

La Escuela N° 45 es la única secundaria que tiene el barrio y en ella estudian más de 400 alumnos con tres horarios distintos de cursada que van desde las 7.30 hasta las 21.30 horas. Hoy los más de cien profesores que enseñan en el establecimiento no solamente están encargados de las currículas escolares, sino que en ellos también descansa el deber del Estado y los hace cargo de una responsabilidad que, sin serles ajena, los excede.

Los chicos del barrio entraron en un estado de vulnerabilidad social luego de que en diciembre del 2015 el polideportivo Altos de San Lorenzo fuera desmantelado y puesto en venta. Este lugar era fundamental en la contención y la recreación de los pibes y pibas del barrio, ya que en él funcionaba el Centro de Prevención de Adicciones, así como también una dependencia de la Secretaría de la Niñez y centros barriales para jóvenes en situación de calle, además de programas recreativos, deportivos y hasta una biblioteca.

Todo esto sumado al rápido deterioro de las condiciones económicas en todo el país consecuencia de los tarifazos, los despidos y la inflación, generaron particularmente la desprotección de estos chicos y chicas, y una degradación social que hizo imposible que la conclusión sea lo que hoy en día viven los alumnos y profesores de la Escuela 45. Quienes sufren cotidianamente robos, chicos que llegan al colegio o a sus casas sin zapatillas, campera ni mochila, y hasta los autos de los profesores rotos. Esto es moneda corriente en los tiempos que corren.

Ante la desprotección estatal que padece la comunidad de Altos de San Lorenzo y los docentes que trabajan en ella, se realizó una asamblea en la escuela en la que se planteó a la Comisaría 8ª la presencia policial permanente, creyendo ésta una solución al problema. Sin embargo, la realidad que viven los vecinos del barrio necesita urgentemente de la intervención del Estado, no por medio de la policía, sino de brindar las condiciones reales para solucionar los problemas de drogas, falta de trabajo y demás. Recurrir a las fuerzas no es una solución, y más en un contexto donde lo que se ve a diario es la brutalidad policial y la “defensa propia”.

Germán, Lista Gris Carlos Fuentealba

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