En los talleres de femicidios, Las Rojas fuimos con mucha fuerza con compañeras que de víctimas se transformaron en luchadoras y referentes. Lorena Galle –tía de Mica, asesinada en el cuádruple femicidio de La Plata-, Florencia Cabrera –madre de Claudia Salgán, asesinada por su pareja en Gonnet-, Delfi y Luna del Liceo Víctor Mercante –compañeras de Lucía Ríos, la joven de 16 años que fue asesinada por su pareja- también de la ciudad de La Plata, entre otras. Es que al deterioro de las condiciones materiales de vida de las mujeres, hay que sumarle un factor fundamental que sostiene a la violencia patriarcal: la impunidad de la justicia. Los testimonios de las compañeras siempre dejaban el saldo de que hay una única manera de enfrentarse a las instituciones del patriarcado, se necesita de la más amplia unidad en la calle.

Las luchadoras venimos de una victoria importante: presionando a la justicia conseguimos que el femicida de Lucía Ríos fuera encontrado luego de dos semanas prófugo. Fue gracias a la movilización de cientos de estudiantes y mujeres a la fiscalía que se lo encontró a Gustavo Arzamendia. Cuando en la calle se escucha la voz de las mujeres, la justicia no puede hacer oídos sordos. El camino de la movilización es el único capaz de poner en evidencia este flagelo y a la vez combatirlo.

Noe

Dejanos tu comentario!