Hace casi quince años, el 14 de febrero de 2002, se publicaba el número 1 del periódico Socialismo o Barbarie. Con él, el Nuevo MAS daba un paso importantísimo en su organización y desarrollo como partido socialista y revolucionario. Aquellos eran momentos de álgida lucha de clases, de crisis política. El Argentinazo estaba dando sus primeros pasos, las asambleas populares surgían como hongos por todos los barrios, y los movimientos de desocupados mostraban una impactante vitalidad. No fue casualidad que en ese caldo de cultivo viera la luz “Socialismo o Barbarie”; como tampoco fue puro azar que aquel primer número que rezaba en su tapa “Peguemos todos juntos” se distribuyera en una masiva concentración en Plaza de Mayo.

En aquellos años el Nuevo MAS empezaba a ganarse por derecho propio su lugar en el seno de la vanguardia obrera y de luchadores; y lo hizo abriéndose paso a fuerza de militancia, coherencia y firmeza política. En ese camino, nuestro periódico, cual lanza en ristre, fue la principal herramienta política de formación y de organización. Pero si Socialismo o Barbarie fungió como ariete en el avance político del Nuevo MAS, fue precisamente porque supo tener una mirada amplia y no sectaria, porque supo pensarse a sí mismo como una herramienta de lucha para el conjunto de la vanguardia de los trabajadores. Así fue como, desde ese primer número, nos hemos esforzado por hacer de SoB una publicación que supere el reduccionismo de los periódicos que se limitan a “bajar la línea” sin mayores explicaciones, como es común en otras publicaciones de la izquierda. Por el contrario, hemos ido construyendo una herramienta que sirva como vehículo de educación y politización de amplios sectores de la vanguardia obrera y juvenil.

Quince años han pasado, hoy podemos estar orgullosos de haber alcanzado el número 400 de Socialismo o Barbarie. No fue nada sencillo. Si sacar el número 1 de una nueva publicación es una ardua tarea, mucho más difícil es construir el número 2 de esa publicación y sostener su regularidad sin bajar su calidad. Así fue como poco a poco Socialismo o Barbarie fue creciendo junto con el Nuevo MAS. Así conquistamos la regularidad quincenal, fuimos mejorando su calidad e impresión; y a partir del número 255, producto de una decisión consciente y de un gran esfuerzo, nuestro periódico pegó un salto de calidad: el viejo quincenal se transformó en un semanario.

Así como estamos orgullosos por haber podido sortear esas dificultades técnicas y organizativas, también lo estamos de haber construido un periódico de alto nivel teórico y político, característica ésta, reconocida y valorada por grandes franjas de la vanguardia, y que lo destaca dentro del universo de la prensa de las organizaciones de izquierda.

Reivindicamos esta condición, hoy más que nunca, cuando los aires posmodernos parecen haber doblegado las convicciones de algunas organizaciones que, con la finalidad de llegar a más “gente”, han optado por “adelgazar” los contenidos de sus publicaciones y hablar más de la farándula y el deporte que del socialismo y la lucha de clases; dejando de este modo los “arduos” problemas políticos y los “grandes temas” para que los discutan los “entendidos”.

Nosotros, junto con Lenin, pensamos lo contrario: “Desearíamos destacar en especial nuestra oposición a un plan que pretende que el periódico obrero inserte en sus páginas, exclusivamente, aquello que de manera inmediata y directa concierne al movimiento obrero espontáneo, dejando todo lo relacionado con la teoría del socialismo, la ciencia, la política, los problemas de organización del partido, etc., al órgano destinado a los intelectuales. Por el contrario, es indispensable vincular todos los hechos concretos y todas las manifestaciones del movimiento obrero con los problemas señalados; es indispensable aclarar, a la luz de la teoría, cada hecho particular; es indispensable difundir los problemas políticos y de organización del partido entre las más amplias masas de la clase obrera; es indispensable incluir esos problemas en la propaganda”.

Nuestra satisfacción por lo hecho, no nos impide ver que aún nos falta mucho camino por recorrer. La elaboración de una prensa revolucionaria es una construcción histórica que está ligada al desarrollo del movimiento obrero, de sus luchas y de sus organizaciones. Socialismo o Barbarie, seguirá su crecimiento junto con el desarrollo del Nuevo MAS como partido de vanguardia en el seno de la clase obrera, las mujeres y la juventud. Con la satisfacción de lo construido asumimos el desafío de lo mucho que nos falta.

Por eso, desde el Nuevo MAS, y del equipo de redacción de Socialismo o Barbarie, reafirmamos por cuadragésima vez nuestro compromiso de trabajar para construir un periódico militante, socialista y revolucionario.

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