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La UIA  y la CGT con la misma estrategia (Ámbito Financiero 12/9/16)

 

El sugerente título con que Ámbito Financiero comenzaba su nota del día lunes 12, anunciando la próxima cumbre de empresarios agrupados en la Unión Industrial Argentina (UIA) y los máximos dirigentes de la CGT, de forma muy similar fue presentada por otros medios gráficos de “desinformación masiva”. El artículo también señalaba que la dirigencia sindical “cree que en la actualidad son más las coincidencias que las diferencias con la entidad fabril”. Paralelamente a esto, como se comenta en otras notas de SoB, se celebraba el encuentro de empresarios internacionales, CEOs y tutti quanti del arco patronal mundial en Buenos Aires, que contaba con la presencia de “una integrante del Partido Socialista”, tal cual nos anoticiaba el mismo diario. Más allá de que sabemos qué “clase” de socialismo expresa la organización que gobierna Santa Fe, aún así, cómo suena de fea dicha participación “socialista” en ese antro de lo más granado de gran parte de la patronal internacional!!

 

Como sabemos, la cumbre empresarial/sindical se llevó a cabo en el día de ayer y uno de los ejes que pusieron los dirigentes gremiales fue el de convalidar con argumentos una eventual medida de fuerza en contra del gobierno el mes que viene”. Debe haber pocos casos en el mundo, en donde una conducción gremial intenta convencer de la bondad de un paro a los que precisamente (más allá del gobierno) dicha medida de fuerza afectará. El moyanista Juan Carlos Schmid  se encargó de subrayar: “la preocupación compartida con la UIA respecto de la caída del empleo (…) Aclaró, por las dudas que no hubo alusión a los salarios, tema que según recordó queda reservado para las paritarias”, agregó no sin sarcasmo el cronista de AF. Para certificar lo de “la misma estrategia” la UIA emitió al finalizar el encuentro un comunicado que entre otras cosas, señalaba: “se ponderó el rol del diálogo social para integrar de manera equilibrada lo económico, lo social y la competitividad de largo plazo” sin mencionar los salarios como vimos… toda una agenda PRO patronal consensuada con los “representantes” de los trabajadores!!!! Como si esto fuera poco, en la tarde de hoy, esa misma dirigencia gremial tendrá una reunión  con el presidente del Episcopado, José María Arancedo, con la misma “agenda” y sintonía que la anterior.

 

 

Los socialistas revolucionarios tenemos otra estrategia opuesta por el vértice a la anterior, que parte de un estudio  objetivo y científico de las contradicciones que la sociedad de clases posee, siendo la fundamental, la que vertebra toda

esa estructura dinámica y que no es otra que la existente entre capital y trabajo. Nuestra pastilla socialista de hoy, refiere a un breve texto de Marx, que en verdad fue una conferencia que dio a un círculo obrero (su nombre es precisamente “Trabajo asalariado y capital”) en donde afirma:

 

La parte del capital, la ganancia, aumenta en la misma proporción en que disminuye la parte del trabajo, el salario y viceversa. La ganancia aumenta en la medida que disminuye el salario y disminuye en la medida que éste aumenta (…) Vemos pues que aunque nos circunscribamos a las relaciones entre capital y trabajo asalariado, los intereses del trabajo asalariado y los del capital son diametralmente opuestos. Que incluso en la situación más favorable para la clase obrera, el incremento más rápido posible del capital, por mucho que mejore la vida material del obrero, no suprime el antagonismo entre sus intereses y los intereses del capitalista. Ganancia y salario seguirán hallándose exactamente lo mismo que antes, en razón inversa.

 

La tradición marxista posterior (y lo que es más importante: la propia realidad) avaló dicha premisa. Esto no significa (Marx lo tuvo siempre muy en cuenta tanto en sus trabajos históricos como en el tomo III de su principal obra) que no se constate que existen distintos tipos de capitales (y capitalistas), el volumen de éstos (la lucha del pequeño contra el grande), ni tampoco la especificidad que cada país y Estado nacional tienen (no es lo mismo Gran Bretaña que Haití, etc.). Y ya que mencionamos luchas entre capitalistas, Marx en el mismo trabajo decía (tome nota Sr. Schmid):

 

Esta guerra presenta la particularidad de que en ella las batallas no se ganan tanto enrolando a ejércitos obreros, como licenciándolos. Los generales, los capitalistas, rivalizan a quien licencian más soldados industriales.

 

Las primeras organizaciones obreras en nuestros país (seguramente por su fuerte peso inmigratorio europeo), no sin errores y sectarismos varios en muchas ocasiones, tenían bien en claro estos principios. Capital y trabajo, empresarios y trabajadores son opuestos. Muchas caricaturas de los periódicos de principios de siglo, ejemplificaban esto con el dibujo del capitalista y el obrero tirando de una cuerda que se tensaba: si el capital lograba unos metros más de esa cuerda, obviamente era a costa de reducir la del obrero y vicecersa. O como magníficamente graficara John Reed, brillante cronista de la Revolución Rusa, cuando contaba que un metalúrgico decía que los bolcheviques le habían dejado y grabado a fuego la premisa de que “el interés de patrones y obreros son como el agua y el aceite”.

 

¿Qué quiere decir esto? ¿Que jamás hay que sentarse en una mesa con una cámara empresaria, que no se puede incluso hacer unidad de acción con un sector patronal por un hecho y una coyuntura puntual como ocurrió por ejemplo en la última Marcha Federal? Por supuesto que se debe. Todos seguramente tenemos múltiples experiencias de lo primero que decimos. Nuestro partido participó el 2/9 pero no firmó el acta conjunta con las PyMEs pues eso sí, sería “avalar la misma estrategia”.

 

Ni qué decir que tampoco acompañamos estrategia alguna de la Iglesia (respetando las creencias religiosas de los compañeros) ya que ésta, fue y es pionera aquí y en el mundo en promover la “paz social” a costa de la sumisión de los trabajadores a sus patrones. Cuando el anterior ministro de Trabajo K, Carlos Tomada, decía que el actual sindicalismo, tanto en su organización vertical como en su estrategia política, había nacido en los cuarenta con el peronismo, tenía razón. El discurso de conciliación de clases (mezclado según las circunstancias con bravatas ante el “capital internacional o no productivo”), fue un punto cardinal de su concepción político económica y el reconocimiento y los preceptos de justicia cristianos que la Iglesia expresa (también con algunos roces memorables en dicha relación) formaron la otra gran pata de esa búsqueda de conciliación de clases que el peronismo de diversas formas y maneras, expresó siempre.

 

Los socialistas revolucionarios decimos con Marx, que patrones y obreros conforman una relación asimétrica y contradictoria, que los primeros se apropian de parte del trabajo producido por los segundos y que por ende, los trabajadores tienen que poseer una organización y una estrategia política que defienda a capa y espada la independencia de clase.

Guillermo Pessoa

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