Hoy 6 de septiembre dejó de existir un luchador que dio su vida por la gestion obrera. Luchador incansable, buen compañero, militante y ceramista de corazón.

Padecía una grave enfermedad que le jugó en contra y no la pudo esquivar. Supo llevar y soportar sobre sus hombros la difícil tarea de luchar no tan sólo con su enfermedad sino también con la situación de ahogo que sufre nuestra fábrica y nunca bajó los brazos.

Enfrentó al capitalismo con el convencimiento de soñar un mundo mejor, de creer que la lucha de clases era el camino y no dudó en enfrentar a la burocracia de los Montes, organizando la interna y poniendo a producir la fábrica.

Hasta el último momento estuvo yendo a la fábrica. Con su paso lento, caminó y observó que su lucha no fue en vano. «Viejo Mario» como te llamábamos, hoy no estás pero queda tu legado que supiste construir con compañerismo, con lucha y con la fortaleza que nosotros todavía no tenemos.

Hoy, como militante del Nuevo MAS, no sé si decirte adiós Mario o decirte gracias, porque no alcanzaría para agradecerte lo que hiciste por los desocupados, por los docentes, por las Madres de Plaza de Mayo. Hoy despido a un obrero clasista, a un luchador, a un ejemplo. Sos parte de la historia de la clase trabajadora junto a muchos que soñaron con un mundo sin explotados. Eso era Mario Balcazza, un ceramista con todas las letras.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE MARIO VICENTE BALCAZZA!

Pedro Córdoba

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