Jornada del Pensamiento Socialista «Ideas para la revolución» –

Bueno, en primer lugar agradecer la invitación de los compañeros del Nuevo MAS, hoy me reencontré con viejos y queridos amigos. Y felicitarlos por la iniciativa de este evento, de esta jornada, estuve conversando hace un rato con Teddy y me comentaba un poco las ideas para este evento y para lo que vengan más adelante y me parece muy importante incluso una cuestión estratégica. Sobre la base de que no estamos inventando la pólvora, como lo dijo alguien hace muchos años, no hay movimiento revolucionario sin teoría revolucionaria. Entonces los procesos de formación, de estudio, de reflexión son fundamentales para la lucha de clases, para la lucha política, para los grandes combates estratégicos que tiene la clase obrera. Y además no solo desde el punto de vista de la lucha sino incluso pensando en el socialismo como cultura, como tradición, la reflexión teórica es esencial. Evocando a otra grande que es Rosa Luxemburgo, siempre me gustó mucho el prólogo que le hizo a una obra muy importante de Franz Mehring donde decía que el socialismo no es un asunto de cuchillo y tenedor, es un gran movimiento de cultura. Entonces hay que tomar de ese modo a la tradición de lucha por el socialismo, que es la lucha de la clase obrera desde hace muchísimos años. Además pienso en esta mesa titulada “Historia Política del Movimiento Obrero”, todas las mesas fueron por supuesto muy valiosas, pero me parece que esta es esencial por lo que implica avanzar en un balance histórico, en un balance crítico de la clase obrera, de los trabajadores. Porque quizás, entendiendo al movimiento obrero como un movimiento social complejo,como ningún otro movimiento social necesita de la reflexión histórica, porque precisamente la historia, el examen histórico es uno de los capitales políticos más fuertes que tiene el movimiento obrero. Y como toda victoria, toda derrota de los trabajadores, que son coyunturales o incluso pueden ser históricas pero son un punto en un devenir de muy larga duración resulta de vital importancia estudiar qué factores contribuyeron a la victoria y eventualmente qué factores tuvieron que ver con las derrotas, aún las más parciales. Entonces para la clase obrera el examen en perspectiva histórica es fundamental.

Incluso uno puede verificar que a lo largo de los años, siempre, todo fenómeno, cuando han surgido vanguardias o activismos más o menos conscientes es bastante natural que surja la necesidad de esa vanguardia, de ese activismo por estudiar la historia del movimiento obrero. Se ve de algún modo como una necesidad del propio proceso de comprensión y consolidación con vanguardia. Es decir, en este sentido pensar que la historia es un arma política fundamental. Por eso no es casual que a la burocracia sindical no le interese la historia del movimiento obrero.En primer lugar, cuando hable de una perspectiva histórica siempre la mirada se extiende a Perón y al peronismo. Es una mirada muy desde arriba, muy vertical, como que Perón “hizo” a la clase obrera, y eso ha devenido casi en sentido común en los medios: “la CGT la inventó el peronismo”, “todo empezó con perón y el peronismo”. Borrando toda trayectoria previa que es muy importante, si uno ve en perspectiva general la historia del movimiento obrero en Argentina tiene 130 / 140 años. Bueno, la experiencia, la hegemonía peronista ya viene siendo muy larga pero hay una historia anterior que no es una pre-historia, no es una historia en letra chica. Es una historia fundamental, todo el proceso de germinación, de construcción, no de una sino de varias etapas de desarrollo con luchas impresionantes fueron previas al peronismo. Pero la burocracia sindical lo hace no porque es peronista sino además porque tiene una concepción que es obviamente despolitizada y no quiere que los trabajadores se erijan en sujeto consciente, entonces barre la historia. No es casual que haya un fenómeno tan aberrante en la Argentina como que los sindicatos hayan arrasado lo archivos. No sé si ustedes lo saben pero todos lo que estudiamos movimiento obrero vamos a lo sindicatos y no hay archivos, los han tirado, los han destruido.

Con todo esto se plantea la necesidad de la historia, pero ¿qué historia? ¿con qué abordaje?. A mí me gusta mucho un historiador, un gran historiador del movimiento obrero europeo que se llamó Georges Haupt, un historiador rumano/francés, que reflexionaba sobre este aspecto: la importancia que tiene en el movimiento obrero hacer su historia, entenderla como el gran capital político. Pero, ¿qué tipo de historia? Él decía tres condiciones; tiene que ser una historia comprometida, militante, con compromiso, escrita muy claramente desde el campo de los explotados, del socialismo. Tiene que ser una historia crítica y tiene que ser una historia rigurosa. Muchas veces se pierde alguna de estas tres condiciones. Yo concibo la historia del movimiento obrero desde esta triple concepción: la rigurosidad científica es fundamental, el compromiso, la perspectiva militante y el carácter crítico. En ese sentido, lamentablemente en la tradición del marxismo, del socialismo, hay buenas referencias y malas referencias. Por ejemplo, a mí me gustaba mucho la posición del gran Franz Mehring, que se animó a hacer una historia de la social democracia alemana, una la historia de Marx sin concesiones. Incluso la propia figura de Riazanov, necesitamos más historiadores que trabajen desde esta perspectiva.

Como ustedes saben porque se dijo en la presentación, en mi caso personal es un tema que me apasiona especialmente la historia del movimiento obrero, vengo haciendo hace 25 años este trabajo y como lo mencionó el Tano en la presentación ahora ya no sólo como experiencia individual sino como experiencia más colectiva en torno a la revista Archivos al Centro de Estudios. Ahora, ¿cómo creo que debe ser estudiado el movimiento obrero?, ¿en qué sentido debe ser estudiado el movimiento obrero? Dos precisiones que me parecen importantes; primero que el movimiento obrero es un movimiento social, polito, cultural, pluridimensional. No se puede resumir o reducir a una dimensión estrechamente institucionalista. Esto ha impregnado mucho la historia tradicional dl movimiento obrero. Cuando uno lee historia del movimiento obrero uno lee historia de las centrales, de los sindicatos, como se armaron, se rompieron, los congresos, parece la historia de la Iglesia. Y esto dicho sin animosidad, porque hay una vieja historia militante que uno conoce que fueron muy buenos, muy importantes, pero es una historia muy desde arriba, cómo es la historia de los aparatos sindicales, que por ahí es necesaria esa dimensión pero no se acaba ahí el movimiento obrero. Insisto, me parece que intervienen elementos muy diferentes, lo sindical es un aspecto fundamental, eso es claro, pero también otras dimensiones sociales, políticas, ideológicas, programáticas, incluso culturales. Cuando hice historia de los años 20 al 40 intentando hacer una reflexión de la experiencia del comunismo, le dediqué un capítulo entero de uno de mis libros al problema de la cultura obrera. Cómo un elemento de batalla en la formación de un movimiento obrero era la batalla cultural. Por ejemplo, e combate se daba también no sólo en el tiempo de producción sino también en el tiempo libre de los trabajadores, y que había que ganar la conciencia de los trabajadores en ese tiempo libre. Entonces era importante la escuela obrera, el club obrero. ¡Cuánto se podría retomar de esa experiencias!, ¿no?. Formar una federación deportivo-obrera, para dar la pelea, que los trabajadores socialicen ellos y sus familias en un espacio diferenciado del de la burguesía y el Estado. Con esto quiero decir que una historia del movimiento obrero militante tiene que recurrir a algunos buenos avances que se han hecho en la historia social marxista y no reducir.

La otra cuestión que me parece fundamental y ese ha sido todo mi enfoque, históricamente, es que no puede entenderse la historia de la clase obrera desde posiciones objetivas ni, lógicamente tampoco desde el subjetivismo militante, sino desde una interacciónentre ambos. Una interacción entre el análisis de la lucha, la organización y la conciencia, es decir, entre la clase y su vanguardia, entre la clase y sus partidos. Me parece que este enfoque, estudiar de este modo la historia de los trabajadores, siempre me pareció fundamental. Y lo digo porque en el terreno dela historia establecemos elementos de diferenciación con corrientes que son muy objetivistas, que ven solo la lucha, la lucha, la lucha y luego lo político es una especie de emanación de la propia lucha. No, en realidad ni siquiera podes comprender mucho la propia lucha sin los procesos de organización y de despliegue de una subjetividad política militante que es clave. Esa es la historia de la clase obrera argentina, no se pude entender nada de la historia sino, eso lo vengo debatiendo hace muchos años. Ahora vamos a poner algunos ejemplos de cómo la historia del movimiento obrero en la Argentina no se pude ver si esta interacción. Esto no significa hacer una historia subjetivista, politicista o a veces culturalista sino apelar a esa interacción entre estos dos niveles. La sana historia del movimiento obrero en la Argentina por supuesto es bien interesante porque es un caso muy especial, esto no es hacer patriotismo, argentinismo. Pero tenemos realmente un movimiento obrero de una trayectoria, una riqueza impresionante. La historia del movimiento obrero es un arcón del que uno saca de todo, hay de todo, formas de organización, experiencias de lucha, derrotas, discusiones programáticas, experiencias culturales, cooperativas, uno puede aprender casi todos los fenómenos. Todas las grandes culturas o identidades políticas que dio la clase obrera, el movimiento obrero a nivel mundial y dio la izquierda tuvieron un desarrollo en la Argentina extraordinario. No es muy frecuente. Por lo menos las primeras grandes cuatro corrientes o culturas políticas de fines de siglo XIX hasta mediados de siglo XX: el anarquismo, el Partido Socialista el Sindicalismo Revolucionario, el Comunismo, las cuatro tuvieron sus más altos desarrollos en la Argentina en un contexto latinoamericano, por supuesto. Yo creo que haciendo un muy somero repaso,  yo diría que para ordenar esta historia del momento obrero desde los comienzos, hay dos ejes fundamentales para picotear algunos temas. Uno es si uno se puede estudiar la historia del movimiento obrero a partir de sus fases, a partir de la dinámica de la lucha de clases, y ver las fases de ascenso y de repliegue desde una perspectiva estratégica, no tanto coyuntural sino más de estrategia. Ahí me parece que hay un nivel muy interesante y es polémico, esto se discute mucho, los historiadores tenemos esta manía de la periodización pero nos parece que es útil, es fundamental saber en qué situación está, en que etapa está la lucha de clases. Esta es una cuestión, la cuestión de las fases. El segundo nivel de análisis es ver las características de las direcciones, de las vanguardias, de las corrientes o las culturas políticas que incidieron en cada fase, cómo interactuaron. Estamos hablando por supuesto de la Argentina. Yo creo que uno pude ver desde los inicios del movimiento obrero hasta por lo menos los años 60/70 pude ver las siguientes fases, y de cada una se pueden sacar conclusiones bien interesantes. La fase constitutiva del movimiento obrero se ubica en un ciclo de grandes huelgas y grandes conflictos que podemos ubicar de algún modo entre los años 1888 y 1896. Esa es la etapa germinal. Comienza con un reguero de huelgas, asociadas a la formación de los primeros sindicatos, sociedades de oficio, en los años 1888 -1889. No casualmente luego empalma con la primera gran crisis económica y social, ustedes saben que la crisis de 1890 fue, después de la del 2001, la crisis económica más grave que sufrió la Argentina, fue impresionante. Y es tuvo un impacto en las condiciones de vida de los trabajadores muy fuerte y no es casual que el movimiento obrero se termine de fraguar en ese contexto. Yo creo que ahí hay un ciclo germinal, y después voy a hacer alusión a facto subjetivo, es decir cuánto se puede entender de estas luchas, de esta forma de organización sin la acción consciente de socialistas y anarquistas. Esto es interesante, porque no es que primero aparecieron las fábricas, los obreros, vinieron las luchas y luego como emanación surgió el Partido Socialista y el anarquismo. No, en realidad el momento constitutivo, el socialismo y el anarquismo coadyuvó al proceso de organización y de constitución del movimiento obrero como sujeto, esto es fundamental. Ahí hay un primer momento que fue inicialmente aplastado por el Estado conservado, por el régimen conservador y no casualmente algunas de las primeras medidas represivas tienen que ver con esto. Hay un segunda gran fase que yo ubico entre los años 1901 y 1910, es la etapa de la gran expansión de la FORA anarquista y sus ocho o nueve huelgas generales, una etapa muy heroica. Aquí las determinaciones subjetivas son claves tienen que ver con una caída del salario real muy fuerte que se produce en estos años y es el momento en el cual el movimiento obrero logra dar vida a la primer gran federación obrera que va a ser la FOA para luego tomar el nombre de FORA. La heroica FORA que acaudillada por el anarquismo que con su estrategia de acción directa lo conduce a una serie de conflictos fundamentales pero que termina en una profunda derrota que es la derrota de la huelga del centenario de 1910. Tras un período de repliegue hay una tercer fase de ascenso que es muy interesante que es la del ciclo del 1917 a 1921. Uno va a encontrar en esos cuatro-cinco años de la Argentina algunas experiencias de lucha extraordinarias, por rama, como la de los ferroviarios, los marítimos, sin duda ahí el punto de referencia es la Semana Trágica de 1919 que empieza con una lucha de los obreros metalúrgicos de la fábrica Vasena y deviene en huelga general con una dinámica insurreccionalista. Fracasa precisamente por un problema de dirección, que después podemos comentar algo. Pero no es solamente la Semana Trágica, son las huelgas de la Patagonia, son las huelgas de la Forestal, es un fenómeno general de lucha muy vinculado con una radicalización política e ideológica. No casualmente son los años obviamente de la Revolución Rusa, donde el profundo impacto que eso significa, que eso provoca, una nueva escisión del Partido Socialista, la formación del Partido Comunista, la radicalización del sindicalismo con corrientes del llamado sindicalismo rojo, la radicalización de sectores del anarquismo, surge el anarco-bolchevismo, es decir, todo un proceso de reagrupamiento de la vanguardia que está muy vinculado con la lucha. Es un punto muy agudo que se produce durante un gobierno teóricamente reformista, porque era el gobierno radical que venía a inaugurar otro tipo de gobierno pero sin embargo se ve comprometido en una serie de represiones a la clase obrera que fueron mucho peores que las de los gobiernos conservadores anteriores. Yrigoyen mató muchos más trabajadores que los que mató Roca y  algunos delos peores representantes del régimen conservador. Esto cierra otra vez con una derrota en la huelga general de junio de 1921 y viene una fase de repliegue no homogénea, hay momentos de recuperación. Peroyo creo que la nueva gran fase, que yo creo que hay que estudiar mucho, es bien interesante, porque es con una dirección con la que uno tiene poca simpatía en el sentido de su posicionamiento estratégico es el período 1935-1943. Es decir, la fase que abre la gran huelga de la construcción, en la cual la dirección la tiene el Partido Comunista. Y fue durante unos años el Partido Comunista la gran dirección de la clase obrera industrial, esto es así, fundó los grandes sindicatos únicos por rama. En la huelga de la construcción, poco tiempo después, fundó el segundo sindicato a nivel nacional del país, el primero era el de los ferroviarios, era muy burocrático y reformista. El segundo era la poderosa FONC, Federación Obrera Nacional de la Construcción, creada por los comunistas luego de la gran huelga de 1936. Bueno, ustedes conocen esa huelga, fu una cosa impresionante, de las grandes huelgas de la historia argentina, tres meses con asambleas, se alquilaba el estadio del Luna Park para que 40, 50, 60 mil obreros de la construcción votaran la continuidad de la lucha con Comité de Huelga, con Comité de Autodefensa se mataron policías, se enfrentaron con los fachos de la Liga Patriótica, fue un fenómeno extraordinario.Y bueno, la dirección era del Partido Comunista, después vamos a ver un poco las limitaciones que esto significó. Luego de eso el PC avanzó mucho en la clase obrera industrial y fundó todos los grandes sindicatos por rama en la industria, construcción, metalúrgicos, textil, madera vestido, la federación de la carne, etc. El dato que siempre yo menciono es que hay que partir de esta constatación: el Partido Comunista fue probablemente el partido de izquierda globalmente considerado que más penetración en la clase obrera industrial. Ese es un dato, hay que trabajar desde ahí. En el año 1943 el Partido Comunista tenía en el Comité Central a los seis secretarios generales de los sindicatos industriales más grandes del país: carne, construcción, metalúrgico, vestido, textil y madera. Nunca más un partido tuvo eso, esa es la desgracia del estalinismo, que terminó haciendo naufragar semejante desarrollo de un partid de izquierda e la clase obrera.

A partir de la huelga de la construcción de 1935 y de la huelga general de 1936 viene un período de avance, de proliferación de conflictos y de huelgas que se cierra, después lo vamos a ver, eso tiene que ver con la orientación estratégica del PC, pero se va acerrar obviamente con el golpe  de 1943. Y yo creo que ahí tendríamos que hablar de una fase muy vinculada al origen de peronismo, del 1945 por lo menos hasta el año 1947. Tiene que ver con los grandes conflictos y las grandes huelgas que le permiten a los trabajadores arrancarle, en un nuevo contexto, ciertas condiciones a la patronal: aumento de salario, mejoras en las condiciones de trabajo. Están vinculadas a la primera fase del peronismo pero que luego el peronismo logra revertir, logra obturar con la imposición de un modelo vertical, con la regimentación de la clase obrera y con la conformación de la burocracia sindical como capa. Este es un tema muy interesante, que me apasiona particularmente. Yo siempre señalo que ante el peronismo hay procesos de burocratización del movimiento obrero y que la burocracia sindical como capa social surge con el peronismo porque el peronismo significa la introducción sistemática del Estado burgués en del movimiento obrero. Y le da bases de reconstrucción que hace que si hablamos como capa social coagulada es el peronismo, a partir de 1945-1946, y todo lo que eso significa, la ley de Asociaciones Sindicales, la reconstitución de la CGT en un modelo como lo conocemos, vertical, lista púnica, monopolio de la representación, arrasar a las minorías, etc. Yo creo que hay una nueva fase que podemos ubicar en torno a los últimos años del peronismo, la clase obrera se retonifica y logra cierto margen de autonomía de la burocracia a partir del año 1953-1954. La lucha contra el proceso de la racionalización y contra los modelos de productividad, de ascenso de la productividad del trabajo, hay grandes huelgas como la huelga metalúrgica de 1954, muy interesante, que habla de la aparición de un nuevo activismo: peronista y no peronista. Aparece el trotskismo también, ya incidiendo, como fenómeno objetivo, lo que va a formar luego Palabra Obrera. Ese proceso empalma con la resistencia, con la lucha contra la Libertadora, contra los gorilas en 1955, es la etapa clásica de la resistencia. Acá hay un debate, hubiese estado bueno que venga Alejandro (Schneider), porque él tiene un debate sobre dónde se cierra si es o no en 1959. Es decir, si se cierra con la derrota de la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, él tiene una posición un poco diferente a James. Es cierto que los años sesenta hay conflictos muy importantes que matizan un repliegue de diez años pero me parece que, de conjunto, en comparación con el período clásico de la resistencia es un período mucho menos tonificado. Y creo que, obviamente, es el Cordobazo y los –azos que siguen a partir de 1969 lo que abren la nueva gran fase que hay una discusión de hasta dónde llevarla pero probablemente podríamos decir que hasta 1975 con el Rodrigazo y la disolución de las Coordinadoras. Podría hablarse de una fase 1969-1975, ya previa al Golpe pero que el Golpe viene con el programa explícito de exterminar, de cerrar la fase de ascenso y sobretodo liquidar a la vanguardia que surge del calor del proceso.

Bien, ahora una reflexión que me parece interesante. Yo no las conté pero son seis, siete fases. Si uno ve en detalle cada uno de éstas, lógicamente no puede entenderse sin las determinaciones o los condicionamientos objetivos, detrás de cada una de estas fases hay condicionamientos objetivos: caída del salario, no suba de la desocupación porque por lo general las fases coinciden con momentos de recuperación, no hay mucho desempleo, este es un elemento clave. Pero si situaciones que afectan las condiciones de vida de los trabajadores. Ningún proceso se explica sin los procesos de organización previos, sin la intervención decisiva de nuevos activistas, nuevas vanguardias, que no surge necesariamente luego de iniciado el momento de la lucha sino que incidieron, o fuero un proceso anterior. Es decir, el elemento de preparación de esos activistas es fundamental para explicar las fases de ascenso, y esto se podría demostrar en cada una de las fases. La primera fase, de 1898 a 1896, nada puede entenderse de ese proceso de lucha sin la acción de los activistas del primer Partido Socialista, porque uno cuando habla de Partido Socialista lo ubica en el partido reformateado por Justo, cuando Justo toma el control. Sino del primer partido Socialista, que es más marxista, mas kautskysta por momentos, pero que tiene una dimensión de la lucha de clases muy fuerte. Y son esos activistas socialistas fundamentales en el proceso de organización de los sindicatos y de las luchas. Y el anarquismo. Y sobre todo el anarquismo que está empezando a cambiar sus concepciones y eso explica mucho la segunda fase, la de 1901-1910, la fase de la FORA. Si no se hubiera dado el proceso de viraje del anarquismo con la llamada Corriente de los Organizadores, que es la que rompe con las viejasconcepciones de los anti-organizadores. Los organizadores son los que lanzan el periódico “La Protesta” en 1897 y dicen “hay que ir al movimiento obrero, la lucha pasa por el movimiento obrero”. Y van al movimiento obrero y son los que crean la FOA en 1901. Entonces la fase de ascenso que se abre a partir 1901 no puede entenderse sin el proceso de preparación previa. Y lo mismo podemos decir del ciclo de 1917-1921, donde la intervención de una nueva vanguardia vinculada también al Sindicalismo Revolucionario o corrientes revolucionarias del sindicalismo. Hay que empezar a distinguir al Sindicalismo Revolucionario de corrientes revolucionarias dentro del sindicalismo porque ya el Sindicalismo Revolucionario va a ser una corriente que va a, de algún modo, traicionar su nombre original. Esas nuevas expresiones de sindicalismo rojo, de anarquismo que tiene una concepción de la lucha desde el movimiento obrero y la nueva vanguardia surgida en torno al ala izquierda del partido Socialista que va a constituir el PC –inicialmente el partido Socialista Internacional- fueron elementos decisivos en explicar el período 1917-1921 de lucha. El ciclo de 1935-1943 es clave en las grandes luchas que uno ve, de la huelga de la construcción en adelante el papel de los comunistas, es decisivo. También es decisivo para que la lucha no se profundice y no pegue un salto a plano político, recordemos que es el mismo partido comunista que a partir del año 1935 ha virado al frente popular y tiene toda una concepción programática y estratégica de colaboración de clases. Entonces lógicamente esa dirección no puede llevar al movimiento obrero a la independencia política, lo lleva a la idea de frente popular: a un acuerdo con sectores de la burguesía nacional que termina en la tragedia de la coyuntura 1944-1945. Yo digo que es una tragedia en el sentido de que hay dos alternativas de conciliación de clases, nunca nos olvidemos, la que está proliferando, la reformista, el Partido Socialista, el Partido Comunista, aliado a la UCR, aliado inclusive hasta de la Embajada Norteamericana. Pero del otro lado, enfrentando, una coalición con base obrera pero con dirección también con una orientación de conciliación de clases. No hay una alternativa en la coyuntura de 1945-1946 que plantee una alternativa obrera independiente sino dos campos de conciliación de clases. Y la derrota del movimiento obrero tiene que ver con esto, la derrota como sujeto consciente y como sujeto independiente se inicia en ese proceso y viene la experiencia del peronismo que todos la conocemos. Hay una base militante que lo tiende a tensionar con elementos más combativos, más democráticos e inclusive clasistas, casi al borde de la desnaturalización, una suerte de contradicción de términos en “peronismo clasista”. Pero hay un peronismo concebido por el activismo que lo entiende casi con connotaciones clasistas que son obviamente traicionadas por la propia configuración del peronismo que es hostil al clasismo.  Sin la intervención de ese activismo consciente no se puede explicar este proceso de lucha y de resistencia de 1954 en adelante. Hay que hacer ahí la historia del activismo para entender, por ejemplo, huelgas como la metalúrgica que mencioné.

El clasismo no se generó por generación espontánea, uno no puede decir que el clasismo empezó con el Cordobazo que le sacudió la cabeza a los trabajadores. Cuando uno hace la historia del clasismo va a ver que está llena de facciones y corrientes políticas, luchas, debates luchas de tendencias, que van preparando el momento. El Cordobazo es una puerta que se abre, es un dique que se abre. Esto me llevaba a la reflexión de la combinación de elementos objetivos y subjetivos a los que antes hacía mención. Tenía toda otra parte de las que les iba a hablar, estaba buena esa, eh (risas). Les iba a hablar de cada una de las expresiones, de cada una de las corrientes y los puntos que posibilitaron avances objetivos de tipo verificables e los niveles de organización y de lucha del movimiento obrero y los elementos que los obturaron, en cada una de las culturas políticas, en el anarquismo, en el Partido Socialista, etc. Sería muy interesante hablar hoy de Partido Socialista porque fue un partido de izquierda muy importante en la Argentina de las primeras décadas, como empresa política de izquierda fue muy importante y atención que el partido socialista se reivindicaba como partido de la clase obrera. Era un partido absolutamente reformista y extraño a un programa revolucionario pero que además traicionaba su propio contenido de partido obrero, porque era un partido obrero electoral, totalmente parlamentarista que escindía completamente la lucha electoral y política de la lucha de clases, de la lucha sindical. Y por eso escindió lo sindical de lo político. Esa es la tragedia que tuvo la izquierda en las primeras décadas, tuvo un gran partido como empresa política porque tenía una estructura de liderazgo, experiencia de lucha parlamentaria, lucha cooperativa, lucha cultural pero no lucha de clases. Es decir, Justo hablaba de lucha de clases pero era una lucha de clases medio entendida como debate de ideas, una cosa como un ágora.

Por otro lado está el Sindicalismo Revolucionario que, ya lo dijo Trotsky, ya lo dijo Gramsci, “sindicalismo revolucionario es contradicción de términos”, ninguna lucha sindical puede ser revolucionaria. Eso lo demostró e hizo escuela en la Argentina el Sindicalismo Revolucionario que fue la gran corriente del movimiento obrero en la década de 1910-1920, dirigió al movimiento obrero. Y lo dirigió inicialmente desde perspectivas y planteos revolucionarios y luego terminó en todo lo que termina el sindicalismo revolucionario: reformismo, neutralidad ideológica, apoliticismo, corporativismo y luego burocratización. Cualquier parecido con elementos que después retoma el peronismo no es mera coincidencia. Es decir, Moyano diciendo “yo soy camionero” ¿y el resto del movimiento obrero? Rompes la unidad de clase, y cuando rompes la unidad de clase rompes la clase. Los ferroviarios, dirigidos por el sindicalismo, “yo ferroviario, mejores salarios, jubilaciones, etc. El resto del movimiento obrero, allá”.

Y por último la experiencia del Partido Comunista con lo que antes comentaba, la tragedia de un partido que penetró como ninguno en la clase obrera, sobre todo en la clase obrera industrial, organizo a la clase obrera más explotada más oprimida, a lo que se llamó la nueva clase obrera de 1930 la organizó el Partido Comunista. Y la organizó con niveles increíbles, con una experiencia a nivel de fábrica increíble, con células clandestinas, periódicos de fábrica pero con una orientación programática que la condujo casi conscientemente a anular la independencia de los trabajadores y llevarlos a todo tipo de acuerdos con la burguesía.

Muchas gracias.

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