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La coyuntura política muestra claramente cómo el gobierno nacional y sus aliados provinciales someten a los trabajadores a un infame ajuste  económico con evidentes consecuencias sociales y políticas, que sufren no sólo el movimiento obrero sino sus familias empobrecidas. En ese contexto, Macri se alió con lo más rancio de la burocracia sindical para que le garantice el freno de las luchas que espontáneamente surgen desde lo más profundo del movimiento obrero.

El gobierno de Macri vetó la ley que prohibía temporalmente los despidos y la burocracia de la CGT no movió un dedo contra esta arbitrariedad, los 27 millones en concepto de pago por las obras sociales gremiales fueron suficientes para silenciarlos e inmovilizarlos temporalmente.

Para posicionarnos en nuestra realidad provincial, José Niz, sindicalista identificado desde siempre con el gobierno de “Koki” Kapitanich, demostró en su momento y en la última disputa salarial, su pertenencia política e ideológica, y además, recordemos que cuando la movilización popular tenía entre las cuerdas al vice del “Koki”, Bacileff Ivanoff,  terminó con la más vil entregada, resultando con ello una dura derrota, una de las más importantes de los últimos años en el Chaco.

La frenada y posterior recule “en seco” de la “justicia” PRO-gobierno, ante el intento de  “intervención” al sindicato docente de SITECH, fue un punto de inflexión para fortalecer la moral de los sectores luchadores de la provincia. Otro peldaño ascendente fue obligar a la mismísima CGT a marchar a la Legislatura en contra de un proyecto de ley del gobierno provincial de carácter netamente proscriptivo y reaccionario, que por el momento se logró dejarlo en el freezer. Hoy la realidad del ajuste  golpea salvajemente los bolsillos de los trabajadores y llegar a fin de mes se torna cada vez más difícil. Se le había arrancado al gobierno de Peppo, en base a la unidad en las calles con trabajadores hermanos, una reapertura de la discusión salarial. En ese contexto de lucha y unidad, el cuerpo de delegados de la UPCP (Unión del Personal Civil de la Provincia) había votado democráticamente a principio de año, un pedido de aumento del 70%.

Niz y su nueva comisión directiva cerraron el acuerdo en este segundo semestre por un mísero 5%, más un plus de actualización mensual a partir de setiembre del 1½%, según el desprestigiado INDEC, esto sumado al 25% logrado para el primer semestre, apenas llega a la mitad de lo justamente solicitado por el cuerpo de delegados. Hasta el propio gobierno reconoce una inflación cercana al 50% anualizado, sin siquiera someterlo al análisis de los trabajadores, porque consciente de la grosera traición, el secretario general de la UPCP no permitió que los delegados bajaran esa información a la base. Todo se decidió rápidamente entre gallos y medianoche sin que los delegados tuviesen mandato para decidir.  Para la burocracia, salvar al gobierno  fue lo más importante, y los trabajadores que se jodan!

Lo que el acuerdo contiene es una mera promesa del pago de deudas que el gobierno tiene con el sindicato en concepto de cuota sindical. ¿Qué significan en síntesis estas “conquistas”? El gobierno le asegura al sindicato su autonomía financiera para que las utilice  como herramienta  de extorsión, para la atomización de los  trabajadores  y con ello la posibilidad de un mayor sometimiento.

El gobierno pretende asegurarse que la UPCP no salga a las calles, (como lo hizo Macri con los Moyano, Caló y Cía.) rompiendo la unidad que se venía gestando entre estatales, docentes, movimientos sociales, campesinos, pueblos originarios, organizaciones de izquierda, entre otros.

Desde la Corriente Sindical Carlos Fuentealba exigimos un sometimiento democrático con asambleas en cada lugar de trabajo para que sean los propios trabajadores los que decidan los pasos a seguir.

Corriente Sindical Carlos Fuentealba – Nordeste

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