En
el momento que cerramos esta edición está realizándose un
paro de 24 horas en el gremio de la Alimentación a nivel
nacional. Si bien éste fue convocado casi de madrugada
entre gallos y medianoche –como está acostumbrando a
hacer la burocracia en este conflicto para evitar ser
desbordada– no hay dudas de que el conflicto de la
Alimentación ya es el más importante de un gremio
industrial en años. No casualmente, el mismo ha explotado
en el contexto de dos elementos. Por un lado, las patronales
de la Alimentación se vienen llenando de plata a dos manos
en el marco de los precios “intergalácticos” que las
materias primas y los alimentos tienen en el orden
internacional y también el aumento de los precios en el país.
Esto lo ve claramente la base y por esto la firmeza de su
reclamo. Por otro lado, está evidentemente la presión de
las burocracia de Daer, Morán y Morcillo ante la
experiencia de Kraft, la principal fábrica de todo el
gremio. En estas condiciones, la experiencia de la
Alimentación debe ser seguida y apoyada por toda la
izquierda independiente, empujando para el lado del desborde
a los dirigentes burocráticos, de la realización de
asambleas y la votación de paritarios por la base que
puedan asistir al menos como veedores a las negociaciones. A
continuación entonces, presentamos un informe de la situación
del conflicto en Córdoba, provincia que hasta el momento ha
venido siendo el epicentro de la pelea del gremio, más allá
de los combativos y publicitados cortes de la Panamericana
por parte del turno noche de Kraft.
Indudablemente
el conflicto por salarios desatado en el gremio de la
Alimentación es uno de los más importantes de los últimos
tiempos. Los trabajadores dijeron basta a la miseria
salarial que cobran mientras ven cómo la patronal gana año
tras año fortunas. El reclamo de $ 3.200 al básico es lo
que unifica a toda la base y es tan fuerte que ya hace casi
20 días que vienen luchando por este necesario aumento.
No
es un conflicto en el que el proletariado está a la
defensiva, ya sea por vaciamiento de la fábrica, no pago de
salarios o despidos y suspensiones, sino que se da la lucha
en empresas que vienen amasando fortunas, como son las
multinacionales de la Alimentación, sobre todo Arcor.
A
lo largo de este mes de lucha los trabajadores vinieron
desarrollando distintas medidas de fuerza, desconociendo la
conciliación obligatoria dictada por el gobierno nacional,
y le hicieron frente a
los telegramas con los que la patronal intentó intimidar a
los trabajadores.
La
base del gremio está realmente sólida y se la vino
bancando con cortes de rutas frente a las planta, paros de 4
horas por turnos, paros generales.
Esta
fuerza de la base hizo que la burocracia, liderada por Héctor
Morcillo (Secretario General de la STIA Córdoba, y
Secretario Adjunto de la FTIA, además de ex
legislador por el delasotismo), tuviera que reubicarse. La
fuerza de la los trabajadores cordobeses impuso los paros
nacionales de la Alimentación pero todavía no hubo
desbordes en otras provincias.
Divide y
reinarás
El
30 de abril se realizó una importante movilización de
alrededor de 500 trabajadores donde participaron
fundamentalmente trabajadores de las distintas plantas de
Arcor, (sobre todo Bagley de Córdoba Capital), la
burocracia se sentó a negociar con la cámara empresarial
en Buenos Aires, lo cual generó ciertas expectativas en los
trabajadores.
La
patronal tuvo la política de dividir el conflicto
intentando arreglar por separado fábrica por fábrica, cosa
que en cierto modo le dio resultado cuando Arcor Arroyito
firmó un acuerdo por menos de lo que los trabajadores de
las otras plantas pedían, lo cual motivó una ruptura entre
Arroyito (la principal fábrica de Arcor) y las otras del
mismo grupo. La burocracia se retiró, por un momento de la
negociación, endureciendo su posición, mientras Nestlé y
Georgalos, entre otras, se sumaban al pedido de aumento
salarial, lo cual demuestra que pese a la
distancia territorial, el reclamo se extendió como
reguero de pólvora a otras fábricas.
Rebelión y
desborde
A
pesar de las maniobras y piruetas de la burocracia para reubicarse, son muchos años de traiciones para poder
olvidarse. Muchos trabajadores se preguntaban dónde estaba
Morcillo todos estos años de ajuste tras ajuste, y
preguntaban: “¿ahora se hace el duro éste?”
Los
trabajadores de Bagley le siguen reclamando al gremio su
inacción frente al conflicto y la falta de profundidad que
le quieren dar a la lucha, tal es así, que en una asamblea
realizada el día lunes 10 de mayo, trabajadores “le
dieron” a Morcillo y otros dirigentes del gremio de la
Alimentación.
Estos
días venideros son vitales para el conflicto, puesto que ya
el desgaste al que jugaron tanto la patronal, como el gremio
se empieza a sentir, y lamentablemente ya hay trabajadores
que quieren entrar a trabajar.
Pero al mismo tiempo hay un grupo grande de otros que siguen muy fuertes para seguir peleando
por su salario y mantienen los cortes de rutas.
Para
que el conflicto triunfe es necesario que los trabajadores
no confíen en las negociaciones entre las patronales y el
sindicato. La única salida es poner de vuelta el conflicto
en la calle apostando a la unidad de todas las fábricas de
la Alimentación e imponer una huelga general de todos los
sectores de todo el país hasta conseguir los $ 3.200; al
mismo tiempo hay que exigirle a la CGT un paro de 24 horas
en solidaridad con los trabajadores de la Alimentación.