Socialismo o Barbarie, periódico Nº 119, 07/02/08
 

 

 

 

 

 

A cinco años de su detención

Liberar a Romina y conquistar el derecho al aborto

Por César Rojas
Carne Clasista - Contra la opresión sexual y social

Si, como dijera Fourier hace ya más de un siglo, el grado de emancipación de las mujeres es la medida de la emancipación de la humanidad, el caso de Romina Tejerina da cuenta del grado de barbarie a la que la sociedad capitalista y patriarcal nos ha conducido. El próximo 23 de febrero se cumplirán cinco años de su detención y posterior enjuiciamiento que la condenara a 14 años de prisión. Debemos prepararnos para la pelear por su libertad y arrancarle al gobierno el derecho al aborto con la lucha en las calles.

La contracara del “siglo de las mujeres”

Según los políticos capitalistas y sus propagandistas a sueldo, éste está llamado a ser el “siglo de las mujeres” y estaríamos presenciando el inicio del “ciclo de las mujeres presidentas”. Pero pese a que mujeres como Bachelet, Cristina K y otras han llegado a algunos sitios de poder, nada parece haber cambiado para las mujeres de los sectores populares y trabajadores; más bien, todo lo contrario. Las miles de muertes por abortos clandestinos, la “trata de blancas”, los circuitos de explotación sexual de mujeres y niñas, los feminicidios, están a la orden del día. Por ejemplo: sólo en lo que va del mes de enero de este año se produjeron 9 muertes por violencia de género, a manos de ex parejas o familiares de las víctimas (Clarín, 2-2-08). Pero ante esta situación, Cristina Kirchner, ex primera dama y ahora Presidenta, nada ha hecho para mejorar la condición de estas mujeres, como antes tampoco lo hizo Néstor K ni sus ministros (por más  “progres” y defensores de los derechos humanos que se presentaran).

De hecho, la actual Presidenta, pese a los coqueteos de aprobación hacia los derechos de las minorías sexuales, ya juró y perjuró ante el Vaticano que no va a conceder el derecho al aborto. Parece que a esta representante del nuevo “siglo de las mujeres” el “progresismo” se le termina ni bien se trata de los derechos de las mujeres, y quiere que la opresión hacia las mujeres siga como hace siglos. Estos cambios de pantalones por polleras suenan más bien a “recambio de elenco” del personal del capitalismo y sus gobiernos, o al conocido “cambiar algo, para que no cambie nada”.

Parte de todas esas calamidades que sufren las mujeres pobres a las que aludíamos, es la que le toca vivir a nuestra compañera Romina Tejerina.

Recordemos que Romina es una adolescente humilde del interior de Jujuy que en agosto de 2002 había sido violada por un vecino de 39 años (Pocho Vargas), quien la amenazó para que no lo denunciara. A raíz de esa violación quedó embarazada, y como los cientos de miles de mujeres pobres de este país, intentó interrumpir el embarazo sin conseguirlo a través de riesgosos métodos caseros. Seis meses después  de ocultar el embarazo y la humillación, luego de inducirse el parto y en medio de un episodio psicótico, se deshizo del producto monstruoso de esa relación no consentida. A partir de ahí comienza el infierno de un proceso judicial que no hizo más que ensañarse con ella culpabilizándola, y que terminaría con la infame condena de 14 años de prisión en julio de 2005, mientras se dejaba al violador en libertad.

Por supuesto que desde el primer momento el movimiento de mujeres tomó la causa en sus manos y es gracias a estas duras batallas de las compañeras que la sociedad ha empezado a reconocer y debatir sobre el derecho al aborto como parte del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Tanto es así que un alto porcentaje de la población está a favor del derecho al aborto. Se explicita así algo que en los hechos siempre estuvo más que claro: en la Argentina el 40% de los embarazos termina en aborto. El problema es que estos abortos son clandestinos, y para las mujeres pobres que no pueden pagar una clínica privada implican un serio riesgo de muerte: el ex ministro Ginés González García llegó a reconocer, con cifras estimativas, entre 600 y 700 muertes anuales por causa de abortos clandestinos.

La pelea por liberar a Romina

En la lucha por la libertad de Romina, hubo y hay aún que pelear contra muchos escollos. Paradójicamente, uno de ellos fue que la “Campaña nacional por el derecho al aborto”, quiso desligar el problema de Romina del derecho al aborto, tratándola como un caso aislado con el que había que solidarizarse individualmente pero del había que despegarse porque “manchaba la campaña”, al decir de una histórica feminista referente del movimiento. Por otro lado, la dirección de la campaña por Romina, a cargo de la CCC-PCR, siempre hizo seguidismo a esta política para no romper con las feministas, ni romper con las católicas que defendían a Romina pero no estaban a favor del aborto. Asimismo, la CCC nunca quiso confrontar con el gobierno para exigirle que se haga cargo de su responsabilidad política, llevando la orientación de la lucha por una vía estrechamente legalista y conciliadora, producto de lo cual la campaña para liberar a Romina, terminó limitándose a seguir los vaivenes de la causa judicial. Es así que de tanto “conciliar” y no querer confrontar pasaron cinco años y terminamos atados de pies y manos, cada vez pidiendo menos, más desmovilizados y esperando lastimosamente las instancias de la justicia patronal. Pero quienes conocemos a esta “justicia” que no sólo defiende a los patrones sino también los valores patriarcales más retrógados, que naturalizan la violencia y la opresión hacia la mujer y las minorías sexuales, sabemos que sólo podemos confiar en nuestras fuerzas y la lucha en las calles.

Con este espíritu de lucha es que las compañeras de Las Rojas (MAS-FTC), junto a las feministas de izquierda y las independientes, empezaron a dar pasos en Córdoba en el último Encuentro Nacional de Mujeres. Allí, acompañadas por las minorías sexuales, las compañeras realizaron una Asamblea y decidieron un Plan nacional de lucha por el aborto libre legal seguro y gratuito y, ligado a esto, la libertad de Romina Tejerina.

De cara a la fecha en que se cumplen los cinco años de detención de Romina, se impone redoblar los esfuerzos para realizar una masiva movilización exigiendo al gobierno nacional la libertad inmediata de Romina. Para esto, hay que seguir convocando y reforzando las alianzas estratégicas con el movimiento de minorías sexuales, aliado “natural” en la lucha contra el patriarcado, y demás sectores sociales, en especial con el pueblo trabajador consciente, que desde el primer momento ha comprendido que la lucha de género es parte de la lucha por otro tipo de sociedad, y como tal ha abrazado como propias las banderas del derecho al aborto y la libertad de Romina.

- Libertad inmediata a Romina Tejerina!

- Luchemos en las calles por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito

- Hagamos efectivo el Plan de Lucha Nacional votado en Córdoba