Socialismo o Barbarie, periódico Nº 119, 07/02/08
 

 

 

 

 

 

La heroica lucha del Casino en momentos de definición

Antes de que sea demasiado tarde

La heroica lucha de los compañeros del Casino ha cumplido 80 días. Hace muchísimo tiempo no se veía una lucha tan larga y heroica. Los compañeros han dado todo de sí en una coyuntura malísima; una coyuntura en la que el gobierno K viene de lograr su reelección y cuando a lo largo de todos estos meses se ha configurado un momento político de chatura. Es decir, donde todavía no alcanzan a llegar los efectos de la creciente crisis financiera internacional. Porque, inevitablemente, cuando ésta impacte de lleno el país, muchas cosas van a cambiar.

En las condiciones ante dichas, han debido enfrentar a un enemigo muy poderoso: una verdadera Santa Alianza conformada por la patronal de Cristóbal López, el Ministerio de Trabajo, las burocracia patoteras de ALEARA y el SOMU, la represión de la Prefectura y la Federal, todo esto comandado desde la mismísima Casa Rosada por los esposos K!

Lo último que han debido padecer, ha sido la brutal represión comandada desde el Ministerio del Interior (miércoles 29/01) con el explícito objetivo de “quebrarlos” para suprimir su lucha. El accionar represivo ha sido típico del estilo de la dictadura militar. Y el gobierno K se llena la boca hablando de los “derechos humanos”!

Reorientar la lucha

La grave y dramática situación en la que se halla la lucha (no hay cómo esconder esto, ni sería correcto hacerlo), ha abierto un abanico de discusiones y posiciones que se están procesando de manera caótica. Como no tenemos ningún integrante de nuestro partido en el Cuerpo de Delegados, esto nos obliga a ser algo más “circunspectos” a la hora de poder saber realmente, a ciencia cierta y con total exactitud, cuales son las distintas posiciones que se están barajando.

Pero están claros algunos elementos. Por un lado, que la pelea viene casi totalmente desgastada por el esfuerzo de haberla sostenido a lo largo de tanto tiempo y enfrentando semejante enemigo.

Sin embargo y al mismo tiempo, todavía parece que la empresa no ha sido normalizada del todo porque –con buen sentido– buena parte de los compañeros se siguen resistiendo a subir a un lugar de trabajo que ya a estas alturas se parece más a un campo de concentración que a otra cosa.

Al mismo tiempo, no se ha logrado abrir ninguna línea cierta para ninguna negociación. Es que el gobierno K y la empresa quieren lisa y llanamente destruir por completo esta experiencia!

En estas condiciones, ¿qué se puede hacer? Desde el nuevo MAS creemos que –casi in extremis– se puede ensayar una última carta. No compartimos la visión de que haya condiciones para levantar así, sin más, la pelea. Las cosas han ido demasiado lejos y quedaría –por ese camino– realmente poco para “salvar”. Pero tampoco nos parece que sea correcto algo que se parece más a una “pose” que a otra cosa, cual es la letanía de que se podría “recuperar” el acampe en Puerto Madero...

Nuestra posición de fondo es la que venimos esgrimiendo desde el comienzo mismo de la lucha. Aunque, claro está, ahora las condiciones son muy distintas. Lo que nos parece es que la energía que queda y todas las medidas que se voten tomar, hay que reorientarla hacia hacerle pagar el costo político al gobierno por la brutalidad con la que ha actuado contra los justos derechos laborales y sindicales de los trabajadores del Casino. Y hay que enlazar esto con lo que casi inevitablemente se va a venir a lo largo del año. Es decir, que esta Santa Alianza antiobrera y antipopular que se ha conformado, va a intentar hacerles pagar los platos rotos de la crisis que se viene a los trabajadores.

Si los compañeros reorientan la lucha en este sentido, si logran de esta manera hacer de su lucha una bandera que pueda ser entendida por un conjunto más amplio de los trabajadores que la situación de aislamiento actual, hay una posibilidad de recuperar el terreno perdido y forzar al gobierno K a una negociación.

En todo caso, nos parece que el Cuerpo de Delegados del Casino haría bien en dejar de escuchar a una sola corriente y sentar a todos los que nos hemos venido jugando por esta lucha para un intercambio de ideas franco y abierto.