Socialismo o Barbarie, periódico Nº 116, 13/12/07
 

 

 

 

 

 

Casino Buenos Aires

Lecciones de una lucha en curso

La durísima lucha que están protagonizando los trabajadores del Casino va por varias semanas. En el momento en que está siendo redactado este artículo (mediodía del miércoles 12/12), se está enfrentando la circunstancia de una conciliación obligatoria que parecería no tener efecto práctico alguno al tiempo que la empresa ha sido “cerrada” por la jueza Servini de Cubría hasta nuevo aviso...

 

 

 

La lucha del Casino y la izquierda

¿La conciencia vale cero?

Siendo la del Casino un pelea tan política, y aunque parezca increíble, desde varias corrientes de la izquierda se exhibió una redonda negativa a ayudar en la politización de la lucha. Parece que en su sesgado criterio demagógico y / o sindicalista, muchas cuentan cero con el progreso de la conciencia de la base trabajadora.

Casi se podría decir que si algo distinguió la actuación de algunas corrientes, fue esta cerrada negativa a proyectar el conflicto al terreno político nacional, involucrando de lleno en el mismo al gobierno K.

¿Sindicalismo, demagogia o politización?

Cuatro hemos sido las corrientes de la izquierda que más cotidianamente nos volcamos a esta lucha: el PO, el PTS, el nuevo MAS y el PCR. Pero se puede decir que -en lo fundamental- solo tres han sido los alineamientos políticos básicos.

En el caso del PO, lo más “delicado” de su orientación ha estado en la creencia que habría alguna manera de “proteger” y/o “salvar” al cuerpo de delegados... independientemente de la suerte de la lucha por la reincorporación de TODOS los despedidos. Pero está claro que si los despidos pasan, los delegados tendrán los días contados. Esto no ha hecho más que ratificarse en la lista de “violentos” presentada a estas horas por la empresa, en la que figuran a la cabeza de la misma los más importantes miembros del cuerpo de delegados y el activismo.

A la vez, con su habitual comportamiento sindicalista y “autoproclamatorio”, una y otra vez desalentó la puesta en pie de una Comisión mínimamente seria de apoyo a la lucha  Esto con el ridículo argumento de que “la coordinación se hace dentro del PO”... al tiempo que no por esto dejaba de tener empacho en crear expectativas en la burocracia de ALEARA!

Por su parte, el PTS y el PCR expresaron -en varias circunstancias fundamentales-, un posicionamiento común. Quizás un desprevenido se sorprendería como una y otra vez algun compañero ligado a estas organizaciones han intervenido afirmando, taxativamente, que el problema del gobierno “no es lo principal”; o mismo, militado porque las banderas de la izquierda “no aparecieran en las movilizaciones”!

¿Cuál puede ser el hilo conductor de un comportamiento de estas características? En el caso del PTS, el creer que haciéndole el juego a los aspectos menos desarrollados de la conciencia de los trabajadores –el mismo comportamiento observado en FATE-, podría quizás sacar una tajada en relación al resto de las corrientes de la izquierda.

Una orientación diferente

El nuevo MAS ha venido insistiendo en una orientación diferente. Partiendo del punto clave que ha venido siendo el fortalecimiento y recuperación del acampe (al que desde la juventud del Ya Basta! venimos acompañando día y noche desde el principio), desde el comienzo de esta lucha hemos insistido en que la clave del conflicto es su proyección política nacional haciendo directo responsable por la suerte del mismo al gobierno K. Es decir, tener todo tipo de iniciativas para sacarlo hacia fuera y aumentar sus puntos de apoyo para transformar la pelea del Casino en un hecho político nacional.

En síntesis: en una lucha política que solo se puede saldar exitosamente con el ingreso de TODOS los compañeros despedidos y con claridad política. Es decir, contando con el desarrollo de la conciencia de la base trabajadora y no lo contrario.

Mientras la lucha prosigue, nos referiremos a algunas de las enseñanzas que va dejando esta pelea y a los debates que se han ido desatando entre las fuerzas de izquierda que estamos participando de la misma.

Una enorme “fábrica” de juego

¿De que hablamos cuando nos referimos al Casino Buenos Aires? Estamos haciendo alusión a una enorme “fabrica del juego”. ¿A qué patronal se le puede ocurrir montar un casino con casi 3.000 trabajadores, donde la inmensa mayoría de los mismos no superan los 25 ó 30 años? Esta realidad generacional y esta acumulación en un solo punto de tal cantidad de trabajadores, es uno de los elementos que explican la enorme combatividad y voluntad de lucha de l@s compañer@s.

Una experiencia de organización independiente y de lucha que comenzó en los inicios del año 2006 y que paso por tres conflictos de creciente magnitud hasta llegar al actual, él de mayor envergadura e importancia política. De pleno derecho, la base trabajadora del Casino, tiene todos los rasgos que venimos caracterizando como el ingreso a la lucha y al proceso de reorganización de una nueva generación de trabajadores. [1]

Es que no todos los días se ve la suma de tanta combatividad, espíritu de lucha y creatividad a la hora de tomar medidas. En este sentido, el ejemplo de la marcha “fúnebre” y el “cotillon” preparado para la ocasión por los compañeros, fue una buena expresión de lo que estamos señalando.

Combatividad que se combina –también hay que decirlo- con una cierta falta todavía de mayores elementos de politización; aunque esta también ha venido avanzando al calor del conflicto. Esto, no sin vencer también la resistencia de algunas de las corrientes de la izquierda que vienen teniendo el triste privilegio de tocar los acordes más apolíticos de la lucha.

Es de destacar, a la vez, la masividad y espíritu combativo de una amplia franja de compañeros “activistas”; luchadores que son, digamos, la avanzada de la pelea. Es así que el Cuerpo de Delegados se puede apoyar en varias líneas de activos compañeros que dan sustento e impulso a la pelea.

Acampe y lucha política

Del conflicto en curso, dos son los elementos que creemos necesario destacar. En primer lugar, el acampe que se viene realizando en torno al casino. Ha sido de enorme importancia esta medida de lucha y organización, así como la disposición a la pelea que se ha reflejado en el hecho que, a lo largo de ya prácticamente un mes, cientos de compañeros trabajadores se hayan dado cita en dos turnos en un acampe-piquete que bloquea las tres puertas de acceso al establecimiento impidiéndole a la patronal que pueda hacerlo funcionar con un mínimo grado de normalidad.

Aquí hay otra particularidad. La mayoría de los asistentes al Casino son clientes; es decir, gente que va asiduamente al mismo. A más de la “enfermedad” –y disponibilidad de fondos- de estos jugadores empedernidos, muchos de ellos tienen relaciones de “usuarios” establecidas con sus trabajadores. En este sentido, la política de los compañeros de intentar “persuadirlos” para que no ingresaran al establecimiento -realizando piquetes de convencimiento- ha sido otra de las experiencias dignas de ser subrayadas.

Pero si alrededor de la necesidad de realizar el acampe se ha venido expresando una clara comprensión entre toda la base trabajadora, el entendimiento no ha sido tan “lúcido” a la hora de precisar que orientación política darle al conflicto. Es decir, del problema de la responsabilidad política directa del gobierno K en esta pelea.

En este punto, tallaron las distintas posiciones que expresamos las corrientes de la izquierda. Porque contradictoriamente con las naturales tendencias “reivindicativas” de la base trabajadora, lo que se ha venido revelando como la “llave” principal para evitar que la pelea quede “sin aire”, ha sido el proyectar la lucha al plano político nacional.

En este sentido, desde el nuevo MAS, desde el comienzo mismo de esta lucha caracterizamos la misma como una pelea política, razón por la cual tendimos a coincidir con un importante sector del activismo independiente que veía y ve la cosa en este mismo sentido.

Las banderas

Precisamente, otra importante característica que ha tenido esta lucha, es que se ha tratado de una pelea de “puertas abiertas”. ¿Que queremos decir con esto? Nos interesa subrayar que más allá de las reiteradas discusiones acerca de si “las banderas si o las banderas no”, las mismas características de la medida de lucha del acampe y también, la amplitud de criterios de los trabajadores del Casino, les ha permitido rodearse del apoyo militante de varias de las más importantes organizaciones de la izquierda, apoyo que en determinadas circunstancias criticas fue, a todas luces, de fundamental importancia.

Subrayamos esto porque no todos los días ocurre lo propio. Pero en los conflictos donde sus trabajadores se manejan de manera independiente de los aparatos sindicales burocráticos, esta viene siendo la norma.

Sin embargo, en muchos casos todavía pesan los “prejuicios” que se encargan de hacer circular el gobierno y los burócratas sindicales contra la izquierda; izquierda que es la que –en última instancia- es la única que se hace presente y se juega al apoyo de la lucha.

Y el carácter de puertas abiertas del acampe, evidentemente facilitó esta tendencia, al tiempo que sirvió (y sirve) para que toda una camada de militantes socialistas hiciera –en muchos casos- sus primeras armas en el apoyo a una lucha de trabajadores; y no de cualquier lucha, sino una de las más apasionantes de los últimos meses.


[1] Es de señalar que el referido ingreso de una nueva generación a la lucha, es un fenómeno que tiene alcances internacionales. En diversos artículos de análisis respecto de la reciente ola de huelgas del transporte contra el gobierno francés de Sarkozy se señalaba este mismo fenómeno. Lo mismo que es un hecho la tendencia a crecientes luchas de la clase obrera, como las recientes huelgas ferroviarias y del transporte en Alemania e Italia, o el desarrollo de luchas obreras de magnitud en países tan disímiles como Rusia, Sudáfrica y Egipto.