Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 99, 29/03/07
 

 

 

 

 

 

UBA

¿Qué pasó en Sociales?

Por Sergio Revelli

El lunes 19, cuando debían empezar las clases en la Facultad de Sociales, el decanato decidió arbitrariamente cerrar las puertas y llamar a una “jornada de reflexión” sobre supuestos hechos de violencia entre agrupaciones políticas el sábado anterior. Llama la atención que una gestión tome una medida tan tajante como el cierre de la facultad cuando no hizo siquiera algo similar por la desaparición de Julio López, cuando nos golpeó la patota de la burocracia no docente en Medicina o  cuando el imperialismo bombardeó Irak, Líbano o Palestina. El cierre de todas las sedes de Sociales fue una medida desproporcionada, incluso frente a los “hechos” tal cual los relata la misma gestión, pero ¿qué pasó efectivamente el sábado y qué hay por detrás del “conflicto” entre agrupaciones?

La Vallese (PJ) no respeta consensos y patotea por un lugar

Ese día hicimos una reunión todas las fuerzas políticas, desde la Franja Morada y todas sus vertientes hasta el kirchnerismo, la derecha, la izquierda e inclusive La Vallese. Ahí, tras horas de debate con la gestión y entre las corrientes políticas, llegamos a un acuerdo de qué lugar le tocaba a cada fuerza política. La Vallese se negaba a pedir un lugar, ya que su intención era ocupar un lugar sin discutir siquiera pautas de convivencia.

Cuando todos ya habían consensuado su ubicación, inclusive agrupaciones que están en la gestión, La Vallese ocupa por la vía de la fuerza el lugar que había elegido otra fuerza política. Se negaron a consensuar para luego imponerse por sobre el resto de las corrientes y la gestión misma. ¡Un estilo bien de la burocracia sindical!

Desde todas las fuerzas políticas se le exige a La Vallese que se retiren, a lo que respondieron que de ese lugar “no los iba a sacar nadie, que no iban a consensuar con nadie dónde iban a ponerse y que ellos hacían lo que querían”. Ante esto los funcionarios de la gestión deciden retirarse, dejando el terreno libre para que el PJ hiciera lo que quisiese. Cabe destacar que La Vallese es una agrupación que apoya a la gestión de la facultad, aunque todos suponemos que hay alguna discusión sobre prebendas alrededor de todo este lío.

Al no retirarse  La Vallese-PJ del lugar usurpado, en una decisión avalada por el conjunto del resto de las fuerzas políticas, no quedó otra alternativa que sacarles la mesa del lugar, a lo que La Vallese respondió patoteando, forzando una pequeña gresca que no duró más que un par de minutos.

Frente a esto la gestión tomó una medida como si hubiese pasado algo de suma gravedad, cuando fue un hecho mínimo. El hecho del cierre de las sedes fue contestado en un comunicado público por un amplio espectro de fuerzas políticas, que incluye tanto a Octubre, conducción del centro, como a un gran número de fuerzas opositoras.

La medida adoptada por el decano fue absolutamente fuera de lugar e intentó empalmar con toda la política reaccionaria del Consejo Superior de echarle la culpa de todos los males de la UBA a las fuerzas políticas, cuando son sus camarillas las que vacían día a día la Universidad. Y lo que intentan ocultar es que el “nuevo edificio de Sociales”, tan promocionado por la gestión y el gobierno nacional, es un buzón grande como una casa. Sólo hay 16 aulas, no tiene instalación de gas, hay roturas de caños de agua, no hay sala para los no docentes, la sala de docentes está hecha con paneles improvisados y hay aulas separadas con paredes de durlock.

La lucha del estudiantado de Sociales debe seguir poniendo en pie la reivindicación por un verdadero edificio único para Sociales y denunciando a una gestión que miente y divide al movimiento estudiantil.