Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 99, 29/03/07
 

 

 

 

 

 

Polémica con el PTS

“Giro reaccionario”… y seguidismo al PCR

Por Ariel Orbuch

En La Plata, donde se enjuició a Etchecolatz y fue secuestrado López, el nuevo MAS apuesta con todo al desarrollo de la multisectorial que se convirtió en un punto de referencia regional. Desde hace seis meses se da un creciente proceso de movilización y debate al interior de la multisectorial sobre cómo ordenar las tareas democráticas y cómo se ligan con las luchas de los trabajadores, los estudiantes y sectores populares en general. En este artículo, resumimos la polémica que sostenemos con el PTS en ese ámbito.

El Argentinazo del 2001 le dio impulso a la lucha democrática; el gobierno de Kirchner intentó montarse en esta ola para institucionalizarla, limitándola e incluso buscando que sirva para relegitimar a la justicia burguesa y al conjunto de las instituciones de la democracia de los ricos. Sin embargo, el triunfo que significó la sentencia a Etchecolatz y la posterior desaparición de López abrió un proceso de movilización de una amplia vanguardia que instaló la lucha contra la impunidad en el único terreno en que se puede resolver: la calle.

Una visión equivocada del momento político

Desde hace varios meses, los compañeros plantean como principal política la realización de una asamblea nacional democrática. A la hora de la argumentación, en palabras de su dirigente José Montes, tanto en reuniones de la multisectorial como en los encuentros de sectores de la vanguardia obrera, se vaticinaba que antes del 24 de marzo se "iban a producir varias desapariciones mas". Desde el nuevo MAS, si bien no descartábamos ni descartamos la posibilidad de nuevos zarpazos fascistas, nos parecía una caracterización totalmente unilateral que desarmaba para las tareas planteadas, que no eran sólo defensivas. En la misma coyuntura política de la desaparición de López, los trabajadores del Hospital Francés resistieron ser barridos por el gobierno y consiguieron la estatización del hospital, y ahora están peleando para que se efectivice en las condiciones que quieren  los trabajadores.

Esa caracterización del PTS tampoco recogía que la movilización por la aparición con vida de López no le dejó margen al gobierno para barrer bajo la alfombra la desaparición de Gerez, al calor de la cual tuvo que reconocer lo que había querido negar hasta ese momento: el carácter político de las desapariciones. El silencio de radio del gobierno sobre los culpables del secuestro da pie a pensar en una negociación con los captores, pero ya sobre la base de que Gerez está libre. Es decir, la acción por López achicó el margen para un nuevo desaparecido.

Tanto la liberación de Gerez como el triunfo de algunas luchas importantes como el Francés mostraban que estábamos en una situación política con elementos de polarización –aun cuando no se terminan de desarrollar– y no de un escenario dominado por la multiplicación de las desapariciones.

Consecuente con esta caracterización, el PTS peleó por que las multisectoriales democráticas fueran las organizadoras del acto del 20 de diciembre. En cambio, desde nuestra visión, defendimos que el aniversario del Argentinazo expresara la lucha democrática en un pie de igualdad con las luchas de trabajadores y populares en curso. Y planteamos la necesidad de un encuentro democrático y obrero. El PTS sostiene que da pelea para politizar a los obreros, "que no se deben limitar a las luchas corporativas", pero al darle a la lucha un carácter centralmente democrático, más que unir la lucha sindical con la política, la vuelve a separar, sólo que en clave más "política" y menos "sindicalista" (1). Nuevamente, los trabajadores del Francés hicieron una síntesis superadora al plantear como consigna que el hospital "no sea un desaparecido más".

El PTS continuó con su política de asamblea nacional democrática "por dos o tres puntos y llamando a todo el mundo, a todos los organismos de derechos humanos, a la CTA".

La obligación que significa la más amplia unidad de acción, por ese entonces, no estaba planteada como tarea práctica, porque tanto los organismos cooptados por el gobierno como los que sin estarlo del todo no quieren hacer olas para no desestabilizar a K, habían participado sólo de una movilización, tanto en La Plata como en Buenos Aires, tras lo cual nunca más salieron a la calle. Es decir, la asamblea por dos o tres puntos, que hubiese sido correcta con una participación masiva de todo el arco de organismos de derechos humanos resultó imposible. La asamblea nacional, en los términos planteados por el PTS, se volvió propagandística.

Seguidismo al PCR

A esa altura, la tapa de los diarios consignaban el pedido de extradición de Isabel Perón y ponían sobre el tapete el rol de Perón e Isabel en los asesinatos de obreros antes del golpe.

Fiel a su caracterización, el PTS permitió que el PCR [2] los utilizara y trabajaran juntos por un encuentro nacional de multisectoriales. Ya no por dos puntos –porque partían de una ubicación opositora al gobierno– pero sí barriendo bajo la alfombra la causa de la Triple A. La convocatoria al encuentro, que tuvo alcance regional por la participación activa de HIJOS y ex detenidos, ni siquiera mencionaba a la Triple A. Cuando se informó sobre los juicios que están por venir, Miriam Bregman, abogada del CEPRODH, en ningún momento se refirió a los que conciernen a la Triple A. El PCR, que durante meses ninguneó la propuesta de asamblea nacional, la tomó con todo cuando el punto Triple A se instaló en la escena política. Lejos de reordenar las tareas democráticas, con López en el centro, pero con un lugar de jerarquía para los juicios a la Triple A, el PTS fue víctima del abrazo del oso de la única organización de las que participamos en la multisectorial que, lejos de pedir cárcel para Isabel, se dedica a hacer una defensa del peronismo y de su gestión en los 70, en la que reconocen que el propio Perón fundó la Triple A para defenderse del "imperialismo ruso y yanqui".

En el encuentro, el propio PCR debió admitir que entre las consignas que se resolvieron, ante nuestra pelea, figurara "cárcel a los responsables políticos y materiales de la Triple A", aunque licuada por el agregado de "y otras bandas fascistas", que desdibuja el carácter gubernamental y estatal de la represión peronista.

El PTS fue más papista que el papa, porque oscila entre romper espacios de frente único correctos –como la lista contra el gobierno y antiburocrática en ATE, criticando… al PCR– y hacer acuerdos bajando las banderas, lo que se transforman en seguidismo... al PCR. ¡Una y otra política, en la misma coyuntura!

Lejos de ser rupturista, como nos acusa el PTS, nuestra intervención fue correcta, porque reflejaba la relación de fuerzas que existe sobre el tema Triple A entre las organizaciones que hoy estamos en la calle en lucha por la aparición con vida de López. El PCR, más coherente que el propio PTS, admitió que se mencione a la Triple A, sin que nada se rompiera en la unidad en la calle por López, precisamente porque sabe de su aislamiento en ese punto.

¿Pelear por la cárcel a los asesinos de la Triple A y sus cómplices es propagandismo?

El colmo es que, para el PTS, plantear en la multisectorial lo de la Triple A "es propagandístico". Efectivamente, tiene un elemento que se podría llamar propagandístico: el balance histórico sobre el peronismo, en particular, y la democracia burguesa, en general. Eso, por sí solo, ya amerita que se le dé un lugar destacado en nuestra lucha política, si las palabras de independencia de clase no son música sólo para los días de fiesta. Pero llamar “propagandística” a la agitación por la causa de la Triple A se vuelve directamente insostenible cuando la posibilidad de encarcelar a Isabel es una chance práctica, cuando el gobierno puso paños fríos tras la amenaza de la burocracia sindical de romper si "joden con Perón" y cuando la causa está trabada en la Cámara Federal y corre el riesgo de caerse.

Ni siquiera las enseñanzas del encuentro sirvieron para que el PTS pase a hacer frente único, incluso sin bajar sus propias posiciones. En el volante en el que invitaban al 24 de marzo, la consigna de la Triple A brillaba por su ausencia. Y en la comisión de Sociología de Humanidades, con hegemonía del frente Oktubre que integramos en común, se negaron a desarrollar el punto Triple A en el volante "en defensa del programa de la multisectorial".

Por último, el PTS cedió a la maniobra del gobierno, a través de la CTA, de licuar la convocatoria al acto por el aniversario del golpe y consideró correcto ofrecerle a una organización borrada de la lucha por López realizar una convocatoria unitaria con una base que no mencionaba la exigencia al gobierno de la aparición con vida de López. La CTA, que obviamente después hizo una columna lamentable, se salió con la suya de licuar la convocatoria –no así el acto, que fue un gran acto opositor– y de, a la vez, vestirse de luchador, siendo co-convocante a la par de la prestigiada multisectorial, en la que vamos a seguir trabajando unitariamente y planteando con firmeza nuestras posiciones.


Notas:

1. Un obrero de Zanón del PTS señaló en el encuentro de multisectoriales que no se podía pelear por la expropiación de la fábrica hasta que no apareciera López, cuando ya el gobierno había anunciado la estatización del Francés.

2. El mismísimo Otto Vargas debió bajar a La Plata a realizar una charla de carácter defensivo ante su militancia juvenil alrededor del tema Triple A.