Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 85, 17/08/06
 

 

 

 

 

 

PSOL

Plataforma de Praxis

Estamos presentando esta Plataforma con el objetivo de iniciar una discusión sobre la construcción colectiva de una candidatura capaz de presentarse con una política que parta de la lucha en defensa de las necesidades más inmediatas de la clase trabajadora y que, al mismo tiempo, sea capaz de apuntar a la superación de la actual estructura socioeconómica. (...)

La realidad política brasileña plantea para los socialistas revolucionarios el desafío de presentar candidaturas capaces de denunciar las verdaderas causas de las desgracias que vive el pueblo trabajador y presentar un conjunto de propuestas de hecha salidas desde el punto de vista de la clase trabajadora, y por tanto se plantea la necesidad de romper con el sistema socioeconómico vigente, el capitalismo. (...) En la pelea abierta por el proceso electoral, los trabajadores, los perseguidos, discriminados y explotados de la nación pueden y deben echar mano a todas las armas disponibles, incluso candidaturas ideológicamente anti-régimen democrático capitalista, de perfil y contenido socialista.

En la actual coyuntura, es obligación de los socialistas –principalmente de los candidatos– aprovechar la campaña electoral para denunciar el modelo económico, su contenido e incorporar al programa  propuestas de ruptura con el sistema capitalista con la claridad que los sectores pobres y trabajadoras exigen y necesitan. Es en esta perspectiva que se hará efectiva la candidatura a diputado federal de Antonio Carlos Soler Notário, del  PSOL.

Ejes programáticos de la candidatura

En Brasil la tasa de desempleo alcanza el 17%. (...) Una investigación señala que de 23 millones de electores entre 17 y 25 años, 7 millones no estudian ni trabajan. De allí se deduce que la lucha por reducir la jornada de trabajo sin rebajar los salarios es la única forma eficiente para enfrentar la lógica capitalista que lleva a la reducción sistemática de puestos de trabajo. (...)

Más de un tercio de los ocupados están obligados a realizar alguna clase de sobretrabajo para lograr un ingreso que alcance para la mera supervivencia. Uno de cada tres trabajadores brasileños recibe mensualmente un ingreso inferior a un salario mínimo (350 reales). (...) Volkswagen, General Motors y Varig anuncian miles de despidos. (...) Las montadoras instaladas en Brasil viven superando récords de productividad y de ganancia, justamente porque vivemos un régimen de superexplotación de la fuerza de trabajo. Actualmente, la misma cantidad de autos se produce con apenas el 25% del personal utilizado en la década de 1990, (...) con la complicidad de las principales direcciones sindicales y su “sindicalismo ciudadano”.

Para terminar con el descalabro social resultante de las reformas capitalista hay que combatir el sistema de banco de horas, gravar horas extras y el trabajo de domingos y feriados, hacer obligatoria la efectivización de todos los trabajadores, eliminar las cooperativas de servicio, (...) impuestos a las grandes fortunas y ganancias de los grandes grupos nacionales y transnacionales y rever todas las privatizaciones, instaurando el control social sobre esas empresas (...).

La clase dominante viene vendiendo la ilusión de que enfrentar el problema de la pobreza de la mayoría de la población pasa por un proceso de crecimiento con estabilidad y baja inflación. Esa tesis no resiste el menor análisis (...).

No se puede aceptar el proceso de baja continua del valor de la fuerza de trabajo. Es una tarea inmediata la pelea por recuperar el salario (...), luchar por una remuneración que saque al trabajador del mínimo de supervivencia y pase al menos al de una vida digna. Esta lucha urgente se traduce en la conquista de un salario mínimo conforme a los valores indicados por el DIEESE. (...)

La transferencia de riqueza producida por los trabajadores a las arcas de la alta burguesía, los grandes conglomerados industriales, financieros y comerciales nacionales y transnacionales debe terminarse inmediatamente.

Para los socialistas, actuar en el proceso electoral es denunciar al capitalismo, y el enfrentamiento al sistema financiero es una de las tareas decisivas. Una parte sustancial de la riqueza producida colectivamente en el Brasil (10% del PBI) se destina al pago de los intereses de la deuda interna e externa. Esta verdadera sangría financiera hace inviable cualquier inversión pública significativa para superar la pobreza creciente y la miseria de millones de trabajadores.            (...)

No se puede encarar el problema educacional brasileño sin considerar a) el enorme contingente de analfabetos (más de la mitad de los 85 millones de trabajadores no terminó la instrucción básica; b) la baja calidad de la escuela pública, con una repitencia y deserción escolar de las más altas del mundo, y c) las imposiciones del modelo económico vigente y su compromiso con los organismos financieros internacionales.

La privatización de la enseñanza, la municipalización, la reducción de la inversión, la reorganización curricular que permite el despido de docentes hace a la “pedagogía del Banco Mundial”, que tiene como objetivo real la formación superficial de las capas pobres. El gobierno Lula desarrolla políticas privatistas en la universidad (...)

(...) La corrupción chorrea por todos los organismos estatales y círculos políticos partidarios. El sistema judicial actúa siempre en el sentido de ocultar y no castigar los crímenes de las capas dominantes. Con esa certeza de impunidad es que un sector creciente de la burguesía (...) se viene dedicando fuertemente al cultivo, refinación, transporte y distribuición de drogas naturales y sintéticas, así como el tráfico de armas.

Con un ejército de pobres y miserables (inempleables, como los llamó Fernando H. Cardoso) a su disposición en las inmensas periferias de las ciudades brasileñas, los sectores dominantes “ofrecen” la oportunidad de actuar en tráfico de drogas y armas (...). Los traficantes tienen como socios en los negocios a altos funcionarios, militares, jueces, etc.

Es la clase trabajadora empobrecida la que más sufre el crecimiento del crimen organizado, (...) víctima de una doble represión: la policial y la del narcotráfico. La superación de este problema, entre otras medidas necesarias (...) pasa obligatoriamente por el fin del desempleo, por el aumento sustancial de los salarios, por el acceso a la educación y a la cultura.

Los socialistas y las elecciones

(...) Queremos dejar claro que la candidatura que defendemos tiene como uno de sus principales objetivos discutir con los trabajadores la necesidad de construir un  movimiento socialista que utilice todas las tácticas necesarias para enfrentar y superar al capitalismo. Los trabajadores deben ser capaces de realizar tanto la lucha  parlamentaria como, sobre todo, la extraparlamentaria (lucha directa). No cultivamos la ilusión petista de que es posible transformar la realidad social por la vía de la ocupación progresiva de cargos ejecutivos en el aparato estatal burgués (...) No negamos la necesidad de reformas, pero (...) las reformas sólo serán posibles mediante la luta revolucionaria de los trabajadores.

En otras palabras, la democracia que interesa a los trabajadores es la que desencadena el proceso de expropriación de los medios y bienes de producción y derriba el dominio de la clase dominante, con sus instituciones jurídicas, estatales y políticas contaminadas por la corrupción. El predominio de la podrida formalidad democrática de las últimas décadas ya demostró que no tiene nada que ofrecer a los millones de trabajadores brasileños, salvo una miseria y opresión crecientes. Para nosotros, ocupar puestos en instituciones políticas vía el voto popular sólo tiene sentido si colabora de alguna manera para desestructurar el poder de mando y control político-social de la burguesía. No se puede disociar la lucha por la democracia del combate anticapitalista, ni a éste de la lucha por el socialismo. Son tareas indisolubles porque las necesidades de los trabajadores son, inevitablemente, antagónicas con las de la clase dominante. Así, el movimiento de resistencia y emancipación pasa necesariamente por la superación de las amarras sociopolíticas del capitalismo.