Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 85, 17/08/06
 

 

 

 

 

 

La cruzada antiabortista del Gobierno y la Iglesia se ha cobrado una nueva víctima: esta vez se trata de L.M.R, una joven discapacitada mental de 19 años, violada por un familiar, y a quien luego de idas y venidas con la Justicia y los médicos se le impidió abortar.

La violación y la formación “cristiana”, de
la Justicia (laica)

Por César Rojas
Agrupación Carne Clasista
Contra la Opresión Sexual y Social

Según denunció la madre, L.M.R había sido violada por un tío de unos 40 años y ella misma tuvo que explicarle lo que era una relación sexual, ya que la chica no comprendía lo que le había sucedido ni, por supuesto, sus consecuencias. A pesar de esto la Jueza Siro había negado que la chica fuese idiota o demente y sostuvo que la violación aún no había sido probada, por lo cual en su momento ordenó la suspensión de la operación. Según explicó a la prensa en un comienzo la magistrada: “para mí es difícil dejar de lado la formación jurídica y cristiana”, pero días después aclaró: “Mi sentencia no está basada en convicciones religiosas, sino actúo conforme a la Constitución al proteger la vida de la persona por nacer, por eso propuse a la familia de la joven la posibilidad de la adopción, cosa que no fue aceptada”. Por supuesto que aquí en su “formación” parece haber olvidado algunos detalles: los derechos de la única víctima, una joven discapacitada mental que no pudo decidir ese embarazo es producto de una violación, y se le escapan otros pequeños detalles: el carácter laico de la Justicia y el Código Penal.

Pero las sorpresas no terminan aquí con Doña Inés Siro (*), ya que el viernes 28/7 declaró a Pagina 12 “La joven es débil mental pero anda con celular y se maneja por la calle”, “la sociedad cree que a la chica la agarraron en un baldío pero no hubo violencia física, fue un abuso intrafamiliar, como ocurre en tantos casos. ¿Sabe la cantidad de chicas de 12, 13, incluso 9 años que son abusadas por sus padres y quedan embarazadas? Veo un montón en mi juzgado y ellas no pueden abortar”. Según ella, todas estas barbaridades funcionan como atenuantes al caso: que la chica tenga celular(¡), que sea un tío (quien al ser un familiar directo puede ejercer amenazas y un silenciamiento más efectivo sobre la víctima), que no hubo “violencia” (un hombre adulto sobre una joven de una edad mental de ¡8 años!, ¿cuál es el concepto de violencia de esta bestia?) que no hubo desamparo porque no fue en un ¡baldío!, que son “tantos casos de violación” que uno más (éste) no importa…

Como contraparte de estas “cristianas animaladas”, el fallo de la Corte Suprema seguía el sentido de lo expuesto por la Procuradora de la Pcia María del Carmen Falbo, a favor de los derechos de la joven y la absoluta legitimidad contemplada en el Código Penal, estableciendo claramente este caso como “aborto no punible” y como no punible es cualquier aborto producto de una violación, independientemente que se trate de una mujer demente o no. También quedó expresamente establecido que estos abortos terapéuticos y no punibles contemplados en el artículo 86, no necesitan autorización judicial.

Los “cruzados” por la vida, los médicos y el “progresismo”

Trascendió que hubo presiones sobre los médicos, no sólo de la Iglesia, sino del propio Poder Judicial para que no realizaran el aborto.

Según las últimas declaraciones de la madre y la hermana de L.M.R, en ningún momento el Hospital informó del plazo de las 20 semanas, y hasta el propio 3 de agosto supuestamente aún se estaba dentro del tiempo aceptable para la intervención. La cantidad de semanas que venían contabilizando no coinciden con las “sorpresivas” 20 semanas que informaron de pronto, lo cual da cuenta de los estudios falseados para impedirlo.

Todo esto hace más que evidente que los médicos cedieron a las presiones del Gobierno, la Justicia y la Iglesia, y que el desenlace de todo tendió a que esto no sentara precedentes, dado lo emblemático del caso y el estado público que adquirió (¡hasta Macri salió a respaldar el aborto para la joven!). No vaya ser cosa que la sociedad se sensibilice y comience a discutir masivamente el Derecho al Aborto.

Ante estas dramáticas situaciones tanto el Ministro de Salud como el gobernador Solá pasearon sus compungidas caras ante los medios y nada más.

El gobernador ofreció un magro subsidio de $800 a la madre, con el cual él supone que Vicenta (quien obviamente ya no podrá trabajar fuera puesto que debe cuidar de su hija discapacitada y al bebé) podrá vivir, y todo eso por un año. Después: “Dios dirá”.

Por su parte Ginés, que denuncia las alarmantes cifras de los abortos clandestinos (entre 500 y 800.000 anuales y principal causa de mortalidad materna), no hace nada para impulsar el Derecho al Aborto, ni interviene efectivamente sobre un caso tan terrible como el de L.M.R.

A este “progresismo”, que juega con las cartas marcadas del “no me dejan hacer nada”, hay que decirle una vez más: Señores, no necesitamos la limosna de su lástima, ni sus palabras para la cámara. La verdad es concreta, sus verdaderas posiciones son sus actos, y Uds. no hacen sino dejar el terreno a la reacción, a la Justicia patronal, patriarcal hasta la médula, que culpabiliza y naturaliza la violencia hacia las mujeres y a una Iglesia medieval que pretende decidir sobre su cuerpo y su vida.

Por eso como socialistas revolucionarios debemos acompañar las movilizaciones y escraches que se están realizando sin quedarnos en la compasión contemplativa que despierta este drama social. Debemos poner toda esa legítima indignación por la injusticia, nuestra rabia y nuestra conciencia para luchar por el Derecho al aborto, Libre, seguro y gratuito; la Educación sexual científica en los colegios; exigir la Cárcel al violador y obligar al Estado para que garantice la atención social necesaria para la joven L.M.R y su familia.


(*) Quien además se da tiempo para posar como “modelo” para una publicidad de una marca de ropa de cuero (ver Pagina 12, 13/08/06).