Podrían volver a la carga este viernes mismo –

El presidente Mauricio Macri llamó hoy «guerra sucia» a la última dictadura, afirmó que «no» tiene «idea si fueron 9 mil o 30 mil» los desaparecidos porque «es una discusión que no tiene sentido» y remarcó que «la mayor prioridad» del Gobierno son los derechos humanos del Siglo XXI (Diario El Día, La Plata, 10 de agosto.).

Un gran número de organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos y centenares de personas independientes nos dimos cita el miércoles 10 en la puerta de la Cámara Federal de La Plata (8 y 50) para repudiar el intento de la Justicia de otorgar la concesión de la “libertad domiciliaria” al genocida Etchecolatz. La presión popular que generó en los últimos días la noticia logró finalmente que el Tribunal Oral Federal no se constituyera. Uno de los jueces pidió licencia, quedando así suspendido el beneficio de la domiciliaria. Este hecho da un breve respiro en la resistencia contra esta ofensiva reaccionaria del gobierno de Macri y el Poder Judicial en barrer la política de Derechos Humanos y terminar con los juicios a los genocidas. Sin embargo, se rumorea que este mismo viernes 12 harían un nuevo intento de constituir el Tribunal y otorgar la “prisión” domiciliaria al genocida, por lo que nos mantenemos en alerta.

Una nueva provocación

Con el correr del tiempo se hace evidente la intención de este gobierno de reventar  las conquistas que los sectores populares han conseguido en materia de derechos humanos y en libertades democráticas en general. Fiel a la editorial de La Nación luego de la asunción del gobierno, éste no ha hecho más que avanzar en el pedido de “reparación histórica” de la oligarquía y la patronal; de mandar a la casas a quienes se han encargado de secuestrar, torturar y matar a toda una generación de luchadores populares y obreros durante la última dictadura. Ya en Tucumán, por pedido del Tribunal Oral Federal, se les ha sido asignado el beneficio de la jubilación a cuatro condenados, entre ellos el de Luciano Benjamín Menéndez.  En ese contexto se inscribe el intento de la domiciliaria al ex comisario Miguel Etchecolatz, mano derecha del ex general Ramón Camps.  Un represor y genocida que además de su accionar durante la última dictadura cívico militar, siguió accionando en democracia mientras se desarrollaba el juicio contra él en 2006, haciendo desaparecer por segunda vez a Jorge Julio López que era testigo en la causa. Y continuó con sus provocaciones durante el segundo juicio en 2014, esta vez por el centro de detención conocido como la Cacha donde mostró un papel con el nombre de López. El beneficio de prisión domiciliaria a Etchecolatz en el marco de los 10 años de la desaparición de López, constituye una enorme provocación a la lucha de los organismos de derechos humanos y a los sectores populares en general. Es querer que la historia vuelva para atrás! No se le puede permitir a este gobierno reaccionario que genere semejante impunidad! Etchecolatz debe pudrirse en la cárcel común!

Por una gran movilización unitaria que le pare la mano a Macri

Pero estos hechos no son más que un eslabón en el intento de Macri de eliminar las  conquistas que se consiguieron como subproducto de la rebelión popular del 2001. Fue esa situación política la que permitió reabrir los juicios contra los genocidas y derrotar social y políticamente la teoría de los dos demonios imperante hasta ese momento, una conquista en la conciencia de las masas. No fue esta justicia patronal sino la lucha de los organismos de DDHH y los partidos de izquierda que lograron estos avances. Sin embargo, este proceso tuvo límites por la  cooptación de muchos de estos organismos por parte del kirchnerismo y la política que desempeñó en este terreno, evitando así que los juicios no sean por centro clandestino de detención, dejando a muchos represores en libertad, así como también no dando protección a los testigos en las causas, algo que podría haber evitado la desaparición de López. Es innegable que el manto de impunidad y encubrimiento alrededor de su desaparición es responsabilidad del gobierno anterior. Pero es sobre esto donde el macrismo se monta para cortar con los juicios y dejar en “libertad” a su represor generando más impunidad y dificultando el esclarecimiento y la aparición de López.

Los dichos del Presidente acerca de los desaparecidos y la reivindicación de las fuerzas armadas son esclarecedores de hacia dónde se quiere avanzar: la reconciliación con los militares y una relectura de lo ocurrido en la última dictadura militar. En este sentido se le suma el intento de detención a Hebe de Bonafini y la política de hacer desfilar a Aldo Rico.

Frente a este escenario la izquierda tiene la enorme responsabilidad, junto con el resto de las organizaciones políticas y de DDHH, en soldar una lucha unitaria en las calles para pararle la mano a esta avanzada reaccionaria. Este 18 de septiembre, en el décimo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López, se hace más necesario que nunca una marcha multitudinaria para exigir justicia y que ningún genocida salga de donde tiene que estar: la cárcel perpetua, común y efectiva.

 

Agustín F.

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