La universidad TEA organizó para sus alumnos una conferencia en la que departió Gustavo Cordera, músico y cantante, mayormente conocido por haber sido el líder de La Bersuit Vergarabat. Y aunque parezca difícil de creer, sin ningún reparo y con total libertad soltó la siguiente declaración:

«Es una aberración de la ley que si una pendeja de 16 años con la concha caliente quiera coger con vos, vos no te las puedas coger. Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente. Si yo tengo algo bueno para darte puedo desvirgarte como nadie en el mundo. A mí hablame de cómo te sentís y te entiendo, pero si me hablás de los derechos no te escucho porque no creo en las leyes de los hombres, si en las de la naturaleza».

Si estos dichos hoy son de público conocimiento es gracias a Jonatán Dalinger, un joven que asistió a la conferencia y, horrorizado, los publicó en las redes sociales. Si por las autoridades de TEA hubiese sido, esto seguiría silenciado, ya que se pronunciaron en contra de la divulgación del contenido de sus conferencias y alertaron a sus estudiantes de que lo que hizo este alumno atenta contra el reglamento de la Universidad.

Desde Las Rojas celebramos el accionar de Jonatán, que salió en defensa de las mujeres, mientras que TEA resultó cómplice de la catarata de misoginia que soltó Cordera.

Palabra a palabra, Cordera se condena solo. No solamente defiende la violación a menores de edad (cuestión muy denunciada en los últimos tiempos en el ámbito del rock argentino), sino que lo hace apelando a las «leyes de la naturaleza», las cuales dictarían que todo hombre tiene derecho a violar de manera innata y toda mujer (más aún las jóvenes) son «histéricas» que «necesitan ser violadas» porque en verdad quieren tener sexo pero no se animan… No hace falta ahondar mucho en explicar por qué esto no es otra cosa que una defensa poco discreta del abuso sexual y la violencia de género, donde se intenta normalizar y naturalizar los roles que esta sociedad capitalista y patriarcal ha dispuesto para hombres y mujeres, de manera exacerbada. Lo que más llama la atención es el nivel de impunidad con el que hizo estas declaraciones. Ocurre que la Argentina es el país del NiUnaMenos, cosa que a Macri y todos los funcionarios de este Estado capitalista y patriarcal no les gusta nada. Si la justicia no dejara libres a violadores y femicidas, mientras condena a las mujeres que se defienden del abuso sexual; si el gobierno nacional destinara presupuesto para refugios, vivienda y ayuda económica y psicológica para las mujeres víctimas de violencia; si hubiera educación sexual laica, científica y feminista en todos los niveles; si dejase de financiarse a la Iglesia Católica y su educación machista y retrógrada y un largo etcétera de medidas; los tipos como Cordera no se sentirían tan libres de gritar a los cuatro vientos que está bien violar mujeres.

Desde Las Rojas insistimos que el primero en educar en la violencia hacia las mujeres es el Estado y todas sus instituciones cómplices, cuando fallan a favor de los abusadores y no garantizan la independencia económica y el derecho a decidir de las mujeres sobre su cuerpo y su vida. Por eso, para enfrentar la violencia patriarcal, la única salida es seguir construyendo un movimiento de mujeres que se organice y luche en las calles de manera independiente de todo gobierno y de las instituciones del Estado que amparan a violadores y femicidas. Que sean los violadores los que tengan miedo, no las mujeres.

 

Las Rojas

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