Por Antonio Soler, Socialismo o Barbarie, 12/06/16


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Construir una movilización independiente para enfrentar los ataques históricos

 

La destitución de Dilma es sólo una parte de la ofensiva reaccionaria en marcha llevada a cabo por la clase dominante que pretende imponer a los trabajadores ajustes neoliberales y contrarreformas estructurales. En el primer mes de su gobierno, Michel Temer (PMDB) sufrió algunos embates, pero por otro lado, logró importantes victorias. Contamos con la politización y disposición a luchar de sectores de los movimientos populares y la juventud que lucha,pero para contener el avance de la política reaccionaria será necesario superar la fragmentación de las luchas en curso ​para superar la pasividad impuesta por la burocracia y que la clase obrera puedaaparecer definitivamente en la escena.

Debido a una filtración de conversaciones que sugieren articulaciones políticas para amortiguar la operación “Lava Jato”, Temer en las primeras semanas se vio obligado a destituir a dos ministros (de los ministerios de este gobierno son siete los investigados por tramas de corrupción de Petrobras). Así mismo, en sus primeras semanas el gobierno interino (e ilegítimo) ante la presión del movimiento social retrocedió en dos de sus medidas: la supresión del Ministerio de Cultura y el recorte de los fondos del programa «Mi casa, mi vida» destinados a los movimientos sociales para la vivienda. Sin embargo, estos son problemas secundarios frente a todos los ataques contra la clase obreraque el gobierno está planeado llevar a cabo.

En el Congreso Nacional Temer consiguió aprobar un presupuestocon un déficit de 170 mil millones y aprobar en dos instancias la continuidad y expansión de la Desvinculación de Ingresos de la Unión (DRU), que pasó de un 20 a un 30%. Además de estas medidas, el gobierno presentará la próxima semana una propuesta en el Senado destinada a establecer el gasto anual de la Unión cuyo techo no sea superior a la inflación del año anterior. Lo cual, por supuesto, significa una reducción brutal de las inversiones en los sectores sociales, lo que empeora aún más las condiciones de vida de la mayoría de las personas.

 

Los primeros enfrentamientos demuestran que es posible derrotar al gobierno

 

Como resultado de una maniobra para imponer una coalición de gobierno que excluyaal PT y a la CUT, este es un gobierno que a pesar de no ser popular [1] cuenta con el apoyo de la clase dominante en su conjunto, la gran mayoría del Congreso Nacional y de los medios de comunicación. Temer está llamado así a imponer políticas que estructuralmente violan los intereses de la clase obrera y la juventud para crear un ambiente político favorable para que los grandes capitales reciban altas rentabilidades. La gran diferencia del gobierno actual con el anterior es que tiene el respaldo de la clase dominante para imponer su política en un escenario de profunda recesión e inestabilidad. Por lo tanto, el de Temer es un gobierno relativamente más fuerte que el deDilma.

Añadido a este factor de unidad interburguesa, el desempleo es un factor que tiende a poner las luchas obreras en un primer momento a la defensiva. El hecho es que los trabajadores terminan yendo a luchar en un período de tiempo diferente que otras áreas, por lo que podemos observar a los trabajadores sin techo dirigidos por MTST que en la primera semana ya se colocaron contra el recorte de los fondos del programa “Mi casa, mi vida” y políticamente contra Temer. Sin embargo, la clase obrera es crucial para que el proceso se resuelva favorablemente para los trabajadores en general.

En nuestro favor pesa el hecho de que las intenciones de la ofensiva reaccionaria –  que sólo imponen a la clase obrera y la juventud los costos de la crisis económica y de las contrarreformas estructurales – que dio lugar a la eliminación Dilmase hayan vuelto cada vez más claras para un amplio espectro de la población. Las reacciones indignadas de muchos sectores frente a las medidas de Temer, sus retrocesosante la resistencia popular a sus políticas y su baja popularidad demuestran que este gobierno puede ser derrotado si una poderosa ola de luchas seimpone desde ahora. Pero no podemos ignorar los factores importantes a favor del gobierno, empezando por el hecho de que tiene todo el apoyo de

«Arriba» para aplicar sus paquetes de maldad y que la mayoría de la dirección del movimiento, popular, sindical y estudiantil está en manos de una burocracia que dificultará la acción política más autónoma del movimiento de masas.

Dilma, el PT, la CUT y el propio Lula utilizaron el discurso deque el gobierno sufrió un golpe apenas para mantener una presión política superestructuralpara permanecer en el poder y hacer una presión sobre la investigación de la corrupción en las altas esferas del gobierno y el PT. El discurso que han sido el blanco de un «golpe de Estado» no es consecuente con la práctica política de esta burocracia. Poco después del «golpe», la dirección del PT autorizó coaliciones con el PMDB – partido que estuvo al frente de la ofensiva reaccionaria para tirar abajo el gobierno del PT – en las elecciones municipales, con esto, Lula busca sistemáticamente un frente con sectores del PMDB que se encuentren en la mira de las investigaciones del “Lava Jato”para así correrse del avance de las investigaciones en contra de él y los cuadros del PT.

Es evidente que una burocracia que, políticamente, organizó un pacto social para apaciguar a la clase obrera con políticas compensatorias en los años de crecimiento económico (primera década de este siglo), acrecentó su capital a muy altas tasas de rentabilidad, financió campañas con dinero desviado del estado, habiéndose enriquecido con todas estas operaciones no tienen ningún deseo de estar a la vanguardia de una lucha eficaz para repeler la ofensiva reaccionaria actual y, mucho menos, para llevar una lucha por las reivindicaciones democráticas y sociales hasta el final.

La táctica principal de la burocracia es desgastar al gobierno provisional,posibilitando su recomposición política en las elecciones municipales de este año y nacionales en 2018 (el mismo Lula en la investigación anteriormente citada aparece con una intención de voto espontánea por encima de todos los demás candidatos presidenciales con un 8,6%) [2]. Por lo tanto, procurará evitar así la unificación de la lucha del movimiento social en torno a las banderas que cuestionan los estrechos límites de la democracia burguesa brasileña.

Las declaraciones de los dirigentes de la CUT van en la dirección de retrasar lo máximo posible la resistencia. Según el presidente de la CUT, Vagner Freitas, no es hora de llamar a una huelga general contra las medidas del gobierno, esto sólo ocurrirá «cuando Temer encamine en el Congreso medidas que representen retrocesos en los derechos.» Pues bien, este es el modus operandi de toda la burocracia, que para mantener su control sobre el movimiento busca ocultar la ofensiva patronal, lo que retrasa las acciones del movimiento de masas y dificulta la politización (nacionalización) de las luchas.

 

La izquierda socialista debe ayudar a la clase trabajadora a entrar en escena

 

Enfrentar los ataques que están en marcha demandará de la clase obrera la difícilsuperación del freno impuesto por la burocracia de Lula, avanzar en su nivel de politización y organización. Sin embargo, ciertas condiciones – el aumento del desempleo, seguido por el desgaste del gobierno y el impulso de determinados sectores – puedenpermitir un proceso de movilización que trascienda los grilletes burocráticos y que se coloque a la altura de los desafíos actuales.

 

La clase obrera en los últimos años llevo adelante importantes luchas por el salario, pasó en algunos momentos por encima de la burocracia que se ha mantenido inerte en el escenario político de la crisis crónica experimentada en los últimos años. Al mismo tiempo que no se unió al movimiento «fuera Dilma / Lula» -dirigido por la clase media alta con el apoyo de los partidos tradicionales de la burguesía- tampoco tomó una posición de defensa del gobierno. Esto, evidentemente, porque en medio de la recesión en su segundo mandato el gobierno Dilma traicionó abiertamente sus promesas de campaña y aplicó las políticas neoliberales que han alcanzado por completo a la clase trabajadora.

Pero con los ataques que ya están en marcha, principalmente a partir de la contrarreforma del Estado de Bienestar, la clase obrera no demorará en inquietarse y producir sus primeras formas directas de resistencia a este gobierno. En este escenario, encontrar maneras de acceder a los trabajadores y jóvenes que están en la vanguardia de la resistencia al gobierno a Temer es crucial para fortalecer el proceso de movilización en curso, desbordar a la burocracia – que ya han dado muestras de que evitarán llamar a acciones de lucha directa clase contra Temer – y crear puentes para acceder a la clase obrera. El peor escenario de todos sería que esta ofensiva burguesa fuese un éxito sin que una fuerte resistencia fuese a tener lugar, porque pondría dificultades aún mayores para que la clase obrera fuese capaz de recuperar la iniciativa en otros momentos.

Vivimos en una ofensiva reaccionaria – que depuso al gobierno preventivamente [3] – en la que los principales sectores de la clase obrera son presionados por la recesión y están dirigidaspor una burocracia que se limita a las acciones específicas para desgastar al gobierno sin preparar la resistencia a los ataques brutales por venir.

Partimosde la caracterización de que a pesar de sus contradicciones la coalición de gobierno actual es más fuerte que la anterior y está en mejores condiciones para hacer cumplir el conjunto de las políticas neoliberales porque el gobierno Dilma estuvo en plena descomposición debido a la crisis económica y la pérdida de apoyo político. La clase obrera teme al desempleo, está pasando por un tiempo de “esperar a ver qué pasa” en relación al gobierno y está dirigida por una burocracia que hará todo lo posible para evitar enfrentamientos directos con los patrones y el gobierno. Además, la izquierda sigue siendo muy minoritariaentre los trabajadores y la juventud y está dividida en varias facciones sindicales y diferentes partidos.

Esta coyuntura demanda de la izquierda socialista políticas para acceder a la clase obrera y a la juventud radicalizada a través de iniciativas sistemáticas de frente único con los sectores no Lulistas y la unidad de acción con los grandes aparatos. Es importante que la CSP-Conlutasconvoque acciones clasistas, como el del 16 de junio,exigiendo “Fuera Temer, todos los corruptos y reaccionarios del Congreso, por la construcción de una huelga general contra los ajustes y por un gobierno de los trabajadores sinpatrones” [4] para unir a los sectores clasistas del movimiento. Pero la izquierda socialista no puede perder de vista que sus fuerzas dentro del movimiento obrero, los movimientos populares y la juventud son extremadamente minoritarias y para contribuir efectivamente a que la clase superelas barreras burocráticas debe desarrollar iniciativas para construir un bloque con otras corrientes independientes de la burocracia de Lulista (Intersindical) y semi-independiente (MTST), sólo entonces se podrá intervenir significativamente en la coyuntura actual.

En la coyuntura de ofensiva reaccionaria en la que vivimos tenemos que estar atentos a los movimientos de la consciencia de la clase obrera. El acto “Fuera Temer”, el 10 de junio, organizado por Frente Brasil Popular (FBP – dirigido por el lulismo) y por el Frente Pueblo Sin Miedo (FPSM – dirigido por MTST) reunió en Sao Paulo alrededor de 40 mil personas. Estas son las acciones que se deben ser disputadas políticamente por las corrientes de la izquierda socialista a través de la acción unificada. Los actos de esta magnitud, que agrupan a la vanguardia del movimiento obrero, jóvenes y mujeres, no pueden ser ignorados si pretendemos disputar seriamente con la burocracia Lulista la influencia política en los sectores sociales clave para la resistencia a las políticas de Temer.

Por eso, corrientes políticas como el PSTU y la izquierda del PSOL deben romper con su pseudo autosuficiencia y establecer foros unificados para discutir las acciones de resistencia al gobierno y para romper el bloqueo de la burocracia. Así, se podrán construir acuerdos políticos mínimos que permitirán intervenir de manera sistemática en la lucha contra los ataques en curso,en columnas políticas de la izquierda socialista, en actos que reúnan a amplios sectores, como el del 10 de junio y otros eventos.

 

Sin banderas políticas no se construye unidad 

 

Por otra parte, la lucha contra el gobierno Temer no puede limitarse simplemente a la resistencia contra las medidas o a palabras del orden de lo negativo. Contrariamente a lo que piensa un sector de la izquierda socialista, no basta con que luchemos por la negativa, por el «Fuera Temer» o contra sus medidas. Esta actitud, como hemos señalado en otras ocasiones, tan bien intencionada como puede parecer ser, limita la acción de los trabajadores y la juventud al estrecho horizonte de la política de la burocracia de Lula, una política que solamente quiere desgastar al gobierno para recuperar el terreno perdido en las elecciones municipales este año y crear mejores condiciones de elegibilidad de Lula en las elecciones de 2018.

La ofensiva reaccionaria de la burguesía necesita una respuesta no menos política de la clase obrera. Sin una respuesta global (política) las múltiples demandas específicas tienden a disiparse, debilitar la misma resistencia y ​​dificultar el ataque posterior. La lucha por el «Fuera Temer» sin una contrapartida por la positiva deja a los trabajadores rehenes de las burocracias que van a, simplemente, respetar el calendario electoral y el marco institucional vigente y se redirán al «golpe» sin mayores enfrentamientos. Es deber de la izquierda socialista construir banderas que muestren a los trabajadores salidas por la positiva a partir de la correlación de fuerzas concreta. En este sentido, la bandera por la negativa de “Fuera Temer” debe ir acompañada de la bandera por la positiva de la lucha por Elecciones Generales y una Asamblea Constituyente, Democrática y Soberana.

Defendemos el “Fuera Temer” y Elecciones Generales para quela lucha para derrocar al gobierno reaccionario que pretende imponer brutales ataques a las condiciones de vida de los trabajadores no tenga como resultado el regreso de un gobierno (Dilma) que traicionó las expectativas de las masas. Por otro lado, cada vez es más evidente para las masas que el sistema político burgués está gobernado por corruptos y que el sistema económico sólo sirve a los intereses de los patrones.

Por eso, luchamos para que los trabajadores elijan otro gobierno y una asamblea constituyente para resolver las demandas democráticas históricas que están pendientes en Brasil, tales como la reforma agraria / urbana, “cupos raciales”, aborto legal, público y seguro, el matrimonio igualitario, la legalización de las drogas y otras. Sin embargo, las luchas contra los ataques del gobierno, el “Fuera Temer”, Elecciones Generales y la Asamblea Constituyente Democrática sólo podrá ser impuesta por una amplia movilización de los trabajadores desde abajo a través de encuentros de base para organizar el apoyo a los sectores en lucha, jornadas de movilización unificadas y huelgas generales.

 

Por un frente de izquierda socialista en las luchas y en las elecciones

 

Por último, no podemos ignorar que estamos a unos meses de las elecciones municipales en una situación de avance reaccionario, pero también de politización y confrontación que pueden radicalizarse y generalizarse. Las elecciones municipales estaránnecesariamente marcadas por los problemas nacionales, tales como el ajuste neoliberal, el desempleo, la contrarreforma del Estado de Bienestar y la participación en ellos con una política correcta puede ser un importante punto de apoyo en la lucha contra la ofensiva reaccionaria y la construcción alternativa política propia de los trabajadores.

En momentos dramáticos como estamos viviendo, en el que están en juego las demandas fundamentales de la lucha de clases, el sectarismo es desastroso. En 2014, la oportunidad de presentar una alternativa socialista unificada y el diálogo con sectores más amplios de trabajadores y jóvenes que estaban rompiendo con el Lulismo se perdió. Ahora, en esta coyuntura, repetir esta política sería un crimen total, debido a que dificultaría aún más el acceso a la clase trabajadora y la juventud a una orientación independiente, lo que sin duda tendrá una influencia directa sobre el resultado de las luchas.

Repetir la política sectaria del PSOL y PSTU en las elecciones es retrasar aún más la influencia de la izquierda socialista. En este sentido, creemos que es importante construir un Frente de Izquierdaentre el PSOL, PSTU y PCB con el fin de hacer propaganda,ante la crisis estructural, de un programa socialista entre los sectores más amplios de trabajadores y jóvenes y ofrecer una alternativa independiente más consistente a la burocracia Lulista y, por lo tanto,contribuir eficazmente a la lucha para derrotar al gobierno reaccionario Temer y sus políticas.

 

 

[1] La investigación reciente encargada por la Confederación Nacional del Transporte (CNT) da cuenta de que el 54,5% de la población considera que el rendimiento Temer es idéntica a Dilma,para el 28% la actual gestión es negativa y el 46,6% piensa que la corrupción gobierno será igual a la anterior.

 

[2] Lula: 8,6%, AécioNeves: 5,7%, Marina Silva: 3,8%, DilmaRousseff: 2,3%, Michel Temer: 2,1%.

 

[3] Véase El colapso del lulismo: ascenso y caída de un pacto social.

 

 

[4] http://cspconlutas.org.br

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