Bariloche estalló de bronca el lunes 28 de marzo. Al grito de ni una mujer menos, ni una muerta más, el movimiento de mujeres de la ciudad andina salió a la calle a exigir justicia. Y no es para menos: en una semana dos mujeres fueron asesinadas, una mujer está desaparecida y otra fue violada y su violador puesto en libertad.

Ruth Sagaut tenía 29 años y fue asfixiada por su ex pareja frente a sus hijos. Natalia Báez salió a bailar y fue encontrada muerta con signos de violación, hay cuatro imputados, uno es el hijo de un policía. El juez Calcagno junto al fiscal Fernández dejaron en libertad a tres de ellos a pesar de estar acusados de femicidio y encubrimiento.

Y más apretamos los dientes cuando nos enteramos que una mujer fue violada en la costanera, encontrada por la policía con su violador y este mismo liberado a tan solo unas horas por el fiscal Campana. A una semana del hecho la mujer violada fue a retirar su denuncia, pidiendo por favor que aceleraran el cese de la investigación. ¿Retiró la denuncia porque antes mintió? ¡No! Porque denunció y le dieron la espalda. Porque esta mujer está completamente desprotegida. Nos la pasamos escuchando de grandes jornadas contra la violencia hacia las mujeres por parte de los organismos del estado, como fue, paradójicamente hace unos meses, la IV Jornada Internacional Contra la Violencia de Genero organizada por los Jueces y Fiscales en el hotel Panamericano de Bariloche. Jornadas en la que se llenaron la boca hablando sobre la violencia hacia las mujeres pero que encierra la farsa de la justicia patriarcal, una completa mentira, ya que ante cualquier caso como el de esta mujer estos jueces y fiscales se nos ríen en la cara. Les importa un bledo si después de que liberan violentos o violadores estos vuelven a amenazarnos y corremos riesgo de muerte. Pero los jueces y fiscales no están solos, son parte de las instituciones de los gobiernos capitalistas y patriarcales.

El lunes 28 de marzo cuatro mil personas nos apostamos a la puerta de la intendencia a exigirle explicaciones y acciones inmediatas a intendente Gennuso, que tuvo que salir tres veces a hablar para tratar de apaciguar la bronca y que no se tomara la municipalidad. Cuando vio que el movimiento de mujeres no se iba a mover de ahí, llegó a decir que enseguida se aprobaría la ley de emergencia de género y, para desconcentrar, que él mismo al día siguiente acompañaría a la movilización a la fiscalía para pedir explicaciones (por supuesto nada de esto fue verdad). Mientras tanto una funcionaria de desarrollo social explicaba que era mejor hablar con ella porque era mujer y el intendente no iba a entender porque era hombre, funcionaria que fue absolutamente abucheada y ya no pudo asomar la cabeza ante semejante movilización enardecida con justa razón. Ya que Micaela Bravo llevaba cinco días desaparecida, el miércoles 23 de marzo cuando fue a llevar a sus hijos al Jardín fue la última vez que se supo algo de ella, algunos testigos afirman que vieron cómo metían a Micaela forzadamente dentro de un auto, y el fiscal Fernández todavía tiene dudas de que Micaela fue secuestrada o se fue por voluntad propia, llevándose solamente su celular. Si fue por una red de trata que Micaela desapareció, como todo lo indica, los secuestradores ya tuvieron bastante ventaja gracias a la deliberada inoperancia judicial. Ya que fue la familia de Micaela la que se puso a la cabeza de los rastrillajes en diferentes zonas de Bariloche. Solo veinte oficiales estaban disponibles para buscar a Micaela, y después de la movilización tuvieron que poner casi cien policías. Claro que comparado con el operativo que montaron para Obama parece un chiste la búsqueda de esta joven. El día siguiente a la desaparición de Micaela en Bariloche hubo más de 30km de ruta cortada, mil efectivos, tres aviones, cinco helicópteros, interceptación de teléfonos y computadoras, todos estos recursos destinados a proteger, no la vida de una joven a la que posiblemente hayan secuestrado las redes de trata, sino al presidente de uno de los estados más proxenetas del mundo. A donde van a parar miles de mujeres secuestradas de Latinoamérica. No esta demás agregar que Bariloche como importante ciudad turística, ofrece servicio completo, gracias a la calidad de funcionarios nacionales, provinciales y locales, decenas de prostíbulos con mujeres, en su mayoría de Centroamérica son entregadas al turismo adinerado, para que además de alquilar cabañas de lujo, botes, esquíes, pueda también alquilar mujeres por unas horas durante su estadía. El libre comercio también vale para las mujeres.

Y cuando de comercio y economía se trata tanto Macri, como el gobernador Weretilnek, como el intendente Gennuso están muy preocupados por la “administración de los recursos” que significa nada más ni nada menos que achicar gastos: con los trabajadores y con las mujeres entre otros sectores, que además del desempleo, la baja en los salarios, la triplicación del precio de los servicios, también significa el precio de la vida de las mujeres. No es casualidad que en Bariloche, como en muchos otros lugares, Gustavo Gennuso, el nuevo intendente, a los dos meses de gestión, desarticuló la Secretaria de Género que recibía su propio presupuesto y tenía a su disposición la línea de atención a las víctimas, no para subirla de rango debido a la cantidad de mujeres que matan por día en el país sino para subsumirla y que desaparezca dentro de la Secretaria de Deportes y Cultura! Esto no es ingenuo, el ajuste en el estado también implica que lo poquísimo que había para frenar la violencia hacia las mujeres intenten hacerlo desaparecer, porque las mujeres no podemos ser un gasto más para un estado patriarcal. Y si el precio es la muerte o la violencia o las violaciones es problema de las mujeres.

Por eso es que fue tan importante esta movilización, porque la lucha es la única manera de no perder las pequeñas conquistas del movimiento de mujeres, porque es necesario que el estado responda ante tantos femicidios, violaciones y violencia hacia las mujeres. Porque no hablamos de gastos del estado, hablamos de la vida de las mujeres. Porque queremos que los violadores y los violentos estén presos, porque no queremos más Ruth ni mas Natalias, y porque queremos a Micaela Bravo con vida. Por eso el movimiento de mujeres barilochense no se queda de brazos cruzados y va a movilizar todas las semanas hasta que aparezca Micaela.

Las Rojas Bariloche

 

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